~KAREN~
Aprieto las manos en un puño y observo los alrededores mientras el vehículo se dirige a la enorme mansión de una sola planta que hay al final del camino. Cada segundo que pasa, el miedo sigue creciendo en mi estómago.
Creí que no volvería a ver este lugar, o al menos esperaba no hacerlo. Es extraño. Nunca pensé que pudiera amar y odiar al mismo tiempo el lugar donde viví mi infancia.
El conductor aparca el vehículo junto a las amplias escaleras de piedra que conducen a la ornamentada puerta principal. Hay 2 hombres, con sus rifles a la espalda, montan guardia a ambos lados. Nada ha cambiado. Tomo mi mochila, salgo del coche y subo las escaleras, tratando de mantener mi rostro inexpresivo.
No pienso mostrar lo aterrorizada que estoy. La gente dice que el miedo a lo desconocido es el más fuerte. Pues bien, no tienen ni idea, porque sé exactamente lo que me espera aquí, y cambiaría cualquier cosa por la ignorancia. Justo antes de llegar al umbral, la puerta se abre. Nana Lupe sale corriendo y me abraza.
—Mi niña. —Ella lloriquea—. ¿Por qué demonios has vuelto aquí? Cuando Diego lo dijo, no le creí.
—Una larga historia, Nana —susurro en su cabello y aprieto su frágil cuerpo contra el mío. Verla sana y salva hace que todo esto sea un poco más fácil—. Tenía tanto miedo que Diego te hiciera daño.
Se inclina hacia atrás y toma mi cara entre sus manos.
—¿En qué estabas pensando Karen? —Sacude la cabeza—. Deberías haberte quedado allá.
Abro la boca para contestar, pero una carcajada masculina viniendo del otro lado del pasillo me hace vacilar.
—Bueno, pero si es nuestra pequeña fugitiva...—grita Diego, y mis latidos se aceleran. Alzo la vista para verlo acercarse a nosotros tambaleándose. Es aún más repugnante de lo que recordaba, cabello grasiento y una camiseta manchada de lo que parece ser comida, cubriendo su enorme barriga.
—Diego. —Asiento y rodeo a Nana para situarme frente a ella, ocultándola con mi cuerpo. Todavía tengo miedo que pueda hacerle daño.
—Espero que hayas disfrutado de tu pequeño viaje, porque no volverás a salir del complejo. —Llega a situarse frente a mí, sus labios se estiran en una sonrisa maligna—. Bienvenida a casa, palomita.
Me golpea tan fuerte que me derrumbo en el suelo.
* * *
Siento algo húmedo en el costado de mi rostro. Por un momento, pienso que debe ser Mimi lamiéndome la mejilla. Abro los ojos y al girar la cabeza, un dolor intenso se apodera de mi lado izquierdo.
—Bebe esto. —Nana Lupe me mete una pastilla en la boca y me acerca un vaso a los labios. Me trago el analgésico y tomo un poco mas de agua, intentando mover la mandíbula lo menos posible.
—¿Qué ha pasado? —pregunto.
—El bastardo te golpeó. Te desmayaste. Hice que uno de los chicos te trajera aquí.
Me siento en la cama y miro alrededor de mi antigua habitación. De alguna manera, se siente como si nunca me hubiera ido.
—¿Sabes lo que Diego está planeando para mí?
—Va a dar una fiesta mañana por la noche —dice ella—. Va a anunciar que ustedes van a casarse.
—¿Cuándo planea que sea la boda?
—El miércoles. —Agarra mi mano y aprieta mis dedos—. ¿Por qué mi niña? ¿Por qué volver cuando sabías lo que iba a pasar?
La miro, sintiendo que las lágrimas se acumulan en las esquinas de mis ojos. Entonces, le explico todo. Cuando termino, estoy llorando tanto que apenas puedo ver su cara entre tantas lágrimas.
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Verdades ocultas. (3)
RomanceMin Yoongi Hogar. La mafia es mi hogar. Mi santuario del pasado. El solo lugar al que pertenece una máquina de matar como yo. A veces, mis demonios regresan precipitadamente, y me siento fuera de control, lleno de rabia, a punto de perderme por comp...