Después de que el cenizo se viniera por tercera vez en su cuerpo, anudo. Aquellos momentos de paz, donde su vientre se sentía caliente, su omega interior, satisfecho; ahí es cuando la lucidez y la lujuria dejo un poco el cuerpo de Izuku, y pensó:
¿Qué se suponía que acababa de hacer? Estaba desnudo, puesto en cuatro, con el rostro pegado a la almohada. Su respiración era irregular, debatiendo internamente si debía poner su mano en su pecho, para intentar calmar los latidos de su corazón, o en la parte baja de su abdomen, para sentir una pesada carga de semen y fertilidad. Estaba seguro de que Katsuki no había terminado su celo, pero para que pudiera seguir, tendría que dejar el nudo bajar. Ahí, huiría.
El olor a canela quemada, la feromona del Alfa, excitado todavía a niveles claros de un celo, se metía en las fosas nasales de Izuku, mareandolo un poco, evitando que pudiera pensar con claridad. Pero ese momento era todo lo que necesitaba.
En cuanto el nudo bajara, correría hacia la puerta, y aunque saliera en pelotas, huiría del emperador del Imperio Sombra.
...
— ¿En qué piensas? — La respiración de Katsuki estaba sobre su nuca. Se le escuchaba feliz, tranquilo. Parecía que también había reaccionado un poco, debido a la pausa. Sus dientes rasparon el área de su cuello peligrosamente, abriendo una petición muy clara hacia su persona — ¿Deberíamos...?
Midoriya se levantó abruptamente, golpeando al mayor en el rostro con su nuca.
— ¡No!
— ¡Carajo! — El movimiento no solo rompió la nariz del Alfa, sangre corriendo por la espalda de Izuku, siguiendo la depresión de esta. También provocó un pequeño sangrado en la entrada del omega, siendo que el nudo salió abruptamente de él — ¡Deku! ¿Estás bien? — Lo volteo, sus manos sobre sus hombros.
Izuku estaba paralisado por el miedo, pero de igual forma, su propio celo le estaba jugando una mala pasada. Katsuki no estaba mejor. Ambos estaban asustados, cada uno por diferentes razones, pero igualmente, las feromonas de ambos, el anterior olor a sexo en la habitación... Les era muy difícil concentrarse en sus problemas cuando ambos estaban así, desnudos frente al otro.
El peliverde no tuvo otra opción.
— ¡¡¡OOOCHAAAAKOOO!!!
...
La castaña no tardó ni un minuto en tumbar la puerta de la habitación de Midoriya. Segundos antes de escuchar el grito, sintió una fuerte incomodidad en el pecho (algo que no supo explicar, pero que no le dio mucha importancia, debido a que seguía entre Alfas, y entre la decepcionada mirada de la peliverde), luego de que todos los presentes se alarmaran por el repentino alarido, Uraraka no perdió tiempo y se transformó en su forma lobuna, bastante más pequeña que los alfas a su alrededor, pero mucho más ágil.
Corrió por los pasillos, sin tener que siquiera abrir los ojos. Conocía el palacio como la palma de su mano, así como conocía el olor a romero de Izuku, esparciéndose, sintiéndose cada vez más fuerte.
Lo primero que hizo al llegar, fue clavarle una mordida en el abdomen del rubio, tacleandolo hacia al piso. Pero Bakugou, al ser un Alfa puro en celo, el cuál había sido "irrespetado", al tener una visita en su aparente nido, despertó una parte instintiva de sí.
No tardó tiempo en transformarse y atacar a la Omega, golpeandola con el hocico, aventándola hasta el otro lado de la habitación; no era solo el olor pesado a feromonas iracundas, densas del Alfa, lo que estaba afectando más a Ochako, sino la intimidante fuerza del lobo, una fuerza a la cual no se había enfrentado, y una que estaba segura, la sobrepasaba en sobremedida.
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El Rey Imperial (KATSUDEKU MEDIEVAL OMEGAVERSE AU)
Fanfiction- MY HERO ACADEMIA AU MEDIEVAL OMEGAVERSE - Ambos, herederos de Imperios distintos. Antes de nacer, habían sido comprometidos a estar juntos por el resto de sus vidas, como la pareja que derrotaría al Imperio de Sangre. Aquella farsa de relación, fu...