12. Libreria.

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Le es realmente impactante todo, el repentino cambio de casa cosa con tan solo un aleteo de mariposa, el gran giro que dan las cosas con tan solo un paso que este de en cualquier dirección sin importar si va todo al pie de la letra, no importa realmente qué hace sino que razón del porqué lo hace, avanza un poco más y derepente todo cambio, sus padres no enfermaron y ahora su única misión es mantener a Yut-lung a salvo, no a tenido descanso desde que llegó a ese extraño mundo donde todo parece real pero cada momento cambia drasticamente y se siente agotado física y mentalmente y no sabe cuando parar ya que en cuanto se recuesta su mente lo lleva algún lugar lejos de ahí donde hace de todo menos descansar, cuando logra conciliar el sueño la alarma suena haciendo que este corra apurado y se largue dejándolo ahí, se siente mal y parece que a veces olvida las cosas cuando probablemente esté en su mano literalmente, eso le da miedo pero tiene que ignorarlo.

Un poco más, se dice a sí mismo al ver la sonrisa del chino y sabe que es feliz a su lado y que espera mantener esa sonrisa, quiere ser egoísta y mantener esa hermosa sonrisa para toda la eternidad sin importar el precio, quiere salvarlos, a los dos, no a uno sino que a los dos. En cuanto acaba el entrenamiento esta agotado así que se recuesta en el suelo y espera a recuperar el aliento pero realmente los huesos lo están matando y aunque hace un año era todo el día y solo tenía minutos contados para arreglar la mansión como si fuera el único trabajando ahí ahora solamente son dos horas al día y el resto es pasarla con el menor, es una gran diferencia pero realmente no sabe cuando parar, Yut-lung se recuesta a su lado y aunque escucha las quejas por su mal olor solamente ríe esperando que nunca acabe esto, le recuerda cuando subían al techo y veían el cielo esperando ver una estrella en medio de la contaminación de la ciudad, el momento exacto donde su corazón se rompió y se dio cuenta de su enamoramiento.

Patético.

—Mañana tráeme ese postre que tanto me gusta—. La voz infantil y demandante del chino lo saca de sus pensamientos y ahora lo ve con una sonrisa cálida—. Si no lo haces te mataré.

—A sus ordenes, príncipe.

Ambos ríen por el apodo pero algo le preocupa demasiado y es que aún con todo ese entrenamiento mental y físico sigue creyendo que todo eso lo rebasa en todo sentido, todo se le cae como si fuera una galleta desmoronando todo a su paso con tan solo un mordisco, todo se va destruyendo a su paso y realmente cree que es capaz de soportarlo y creer que podrá con ello pero la verdad es que esta asustado y no sabe cuando va a durar con todo eso, a veces lo olvida pero es un Mocoso y aunque trate no va a poder lograrlo, suspira y trata de volver a pensar, llegará temprano y empezará su plan maestro, si podrá hacerlo, si puede, lo va a hacer.

Llega el siguiente día y con ello el momento que más miedo le a dado, aunque la señora Jia le haya pedido que se fuera temprano y pasara tiempo con su familia se negó a esto y decidió estar ese día con ellos, su sorpresa fue demasiada al notar que el día iba como de costumbre y no sucedía nada de extraño, ni un solo ruido se le escapaba y aunque odiaba ver a las personas retorcerse de dolor o solamente estar en cama sin poder moverse tenía que entrar y salir de la habitación de Hong-Lung a checar su respiración y de más cosas para evitar su muerte pero se preguntaba en que momento la desgracia sucedería sin que lo esperara, arreglo cada mesa de centro y de cocina que había en la mansión, arreglo cada ventana y cama que existía hasta que la tarde cayó y con ello el día acabó dejando a un niño confundido, ¿se habrá equivocado de fecha? Creyó firmemente que aquel día sería el día del juicio final pero no sucedió nada que le recordará alguna tragedia.

Todos estaban en perfectas condiciones que le daba miedo creer que estaba soñando realmente, la pequeña chispa de esperanza que tenía dentro le hizo creer que había ganado en ese mundo pero sabía que no era cierto, en cuanto este muriera sus hermanos vendrían y tomarían todo como si fuera de su propiedad aún si sabían que era mentira, ¿que sucedía entonces? Traga saliva y regresa a su casa, regresa a su hogar y ve a su familia feliz y tranquila mientras comen, sabe que estas comidas eran más animadas con Yut-lung a su lado pero tampoco estaba nada mal en que solamente fueran ellos en la mesa y diciendo cada cosa que veían o sucedían en el transcurso del día, era tan lindo verlos felices y tan doloroso al creer que en otro mundo fue todo lo contrario, se aferraria a estos momentos. Cuando menos lo espero los siguientes días pasaron cual rayo y sin darse cuenta termino cada día más cerca de esos dos chinos y dándose cuenta del como la vida misma daba vueltas en toda dirrecion como si al detenerse caería en alguna clase de desgracia o acontecimiento aleatorio, realmente no sabe que a sucedido pero todo está en paz y aunque sus defensas y barreras le piden no bajar la guardia esto parece imposible y termina en aquel mundo otra vez.

Blue Fire.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora