Blue Fire.

10. Exiliado.

Vueltas, eso es lo único que siente ahora mismo, siente todo moverse tan rápido que no sabe realmente qué hacer, siente el frío del suelo y al mismo tiempo no lo siente, su cabeza se parte en dos y los dolores van disminuyendo como si le drenaran la energía que sentía, derepente todo el cuerpo lo siente tan pero tan frío que es insoportable pero no puede moverse, ¿donde está? No lo sabe realmente pero quiere irse de ahí, se siente como si recorriera el infierno descalzo sin razón alguna pero al mismo tiempo siente que esta en un río congelado son poder hacer un movimiento al tener el hielo a nada de romperse y llevarlo consigo, siente como si se estuviera ahogando.

¿Qué es esa sensación?

Esta desesperado porque escucha la voz de Ash y Yut-lung a lo lejos pero no entiende realmente lo que dice y derepente todo esta tan confuso que no sabe que es real y que no, realmente no sabe si decir que va a morir o está muriendo y ver y escuchar derepente ambos mundos unirse no sabe que sentir o decir, todo va tan rápido que solo ve los colores de todo, tic tac, tic tac, aquel mundo tan hermoso derepente se empieza a distorsionar y no sabe nada realmente, tantos secretos y gritos lo dejan sordo y siente la desesperación y la felicidad en el mismo momento que no sabe si lo que siente es realmente suyo o de alguien más, todo es tan difícil de ver y la ilusión se rompe ante él que no siente más que el miedo.

El presente de poco a poco se va cayendo hasta oír una campana y notar su cuerpo tirado y verlo tan asustado que realmente piensa que esta muerto, otra vez. No puede ver la cara del chino al estar aferrado a su pecho y eso le causa ternura y al mismo tiempo desesperación y al tratar de tomarlo entre sus brazos no puede y es casi como si fuera un fantasma vagando en la oscuridad, nota la misma sensación que tuvo cuando le inyectaron la Banana fish y eso le da demasiado miedo, se toma la cabeza tratando de callar todo pero realmente no sabe que debería callar, ¿sus pensamientos o las voces? Derepente toda ilusión cae al igual que el cielo y lo tragan de un bocado sin esperar a que haga algo.

Siente todo arder y derepente vuelve a oír las voces de su hermana, madre y padre, las escucha tan claramente y derepente no hay más guerra, no hay más sangre ni armas y solo hay un hermoso patio con flores de todos los colores pero destacan más las blancas al ser el que más hay, nota los claveles y las rosas, también nota el olor tan tierno y dulce de los jazmines y es tanta paz que parece un sueño, ve a su familia llamarlo para que se acerque hasta un pequeño picnic en el suelo, derepente aquella desesperación y tristeza ya no está y solamente queda la felicidad y el bonito sentimiento de calidez, ve las sonrisas, ve a su padre feliz junto a su madre, ve a Nadia ser feliz con aquel policía con el que salía y...y su corazón se siente tan lleno que podría quedarse para siempre ahí.

—¡Sho, ven con nosotros!—. Escucha gritar a su madre con aquella voz tan amable y cálida que solamente ella tenía, ve aquella piel blanca y ve aquel vestido que su padre tanto trabajo para pagarlo y dárselo de aniversario.

Ve a todos felices y no recuerda porque tanta preocupación, se acerca de poco en poco hasta que escucha un lloriqueo detrás suyo que le hace detenerse.

—¡Mamá, suelten a mi mamá!—. La voz está rota en dolor y aquel sentimiento se pasa a su corazón—. ¡Mamá, Shoter, tío!

Y derepente no ve a un adolescente si no a un niño de seis años que perdió todo su mundo en tan solo un segundo, ve aquel niño que una vez creyó que era un peligro y que no conocía el amor por ser cruel, ve aquel niño que conoció tan bien y quizo salvar a costa de su vida. Su familia sigue llamándolo pero la ignora, no puede dejarlo ahí solo y solamente irse, mereces ser feliz, cuando toca la negra cabellera de aquel niño puede sentir la suavidad de este al igual que aquel roto corazón, no puede evitar abrazarlo y llorar con él, no puede evitar amarlo y querer que este bien.