Fue el destino

Capítulo 1

Estaba en el asiento de detrás del copiloto escuchando música, escuchaba; Gorgeous, de Taylor Swift. Conducía mi hermano y junto a él se sentaba Luke, que no dejaba de suspirar porque mi hermano, Tim, no se callaba.

A ver, me presento. Soy Addison Lewis, tengo 17 años y vivo con mi hermano y sus amigos. Tim, tiene 23 años, al igual que sus amigos, pero aunque suene raro, me respetan. Vivimos en una casa de California bastante grande, podría llamarla mansión. Los chicos son modelos de pasarela y ganan mucho dinero, por eso decidieron comprar una casa en la playa de Readear para vacaciones, y ahora vamos para ella.

A mí no me ilusiona mucho ir. Soy una chica bastante introvertida e insegura, así que ir a la playa no me gusta mucho, encima, escuché a los chicos decir que Readear era un sitio muy fiestero y a mi las fiestas no me gustan mucho, no tengo buenos recuerdos en ellas.

-¡Mirar la playa!- exclamó Jacob.

Le escuché con dificultad, ya que tenía los auriculares puestos. Me los quité y los guardé para luego mirar hacia la playa. Estaba tranquila y había gente surfeando.

-Cuando lleguemos, me voy a ir a surfear.- comentó mi hermano.

-Si no sabes surfear.- le contesté.

-Pues aprendo.- me respondió bordemente.

-Tampoco tienes tabla de surf.- seguí molestando.

-¡Pues me la compro!- espetó él.

Yo reí, ya que había conseguido molestarle. Después, cuando vi que Julien se había dormido, le hice un gesto a Jacob para que me ayudara a molestarle. Jacob era mi mejor amigo, me daba igual que me sacara 6 años, conmigo era muy amable y era con el que mejor me llevaba.

Jacob cogió una pluma que había en el coche (era de carnavales) y le empezó a hacer cosquillas a Julien en la nariz. Julien, aún con los ojos cerrados, se puso la mano en la nariz y yo comencé a gritar tonterías. Antes dije que era introvertida, y lo soy, pero con ellos no, ¿cómo lo voy a ser con ellos si vivimos en la misma casa? De repente, me asusté con un brusco giro que hizo el coche.

-¿¡Addison eres idiota!? ¿¡Porque gritas!?- gritó Tim.

-Perdón...- dije cabizbaja.

-¡No, perdón no! ¡Por poco nos matamos!- Jacob le interrumpió.

-Ya ha pedido perdón, déjale.- dijo.

Yo sonreí aún cabizbaja. Julien aún seguía dormido. En el resto del camino nadie volvió a hablar, aunque no fue un momento incómodo, ya que solo quedaban 10 minutos para llegar y cada uno estaba a lo suyo. Cuando llegamos, Tim, aparcó en una parcela que había frente a la casa. Salí del coche con el móvil en la mano. Era una casa blanca con detalles azul marino. Miré a la derecha, a la casa de los vecinos. Era blanca y algo más grande que la nuestra.

Los chicos, corrieron a la parte trasera de la casa y les oí gritar de emoción, yo también fui por curiosidad. Los chicos se habían tirado a una gran piscina que había ahí. Yo reí al verlos con la ropa mojada, sobre todo porque, que yo recordase, Tim tenía el móvil en el bolsillo del pantalón.

-¿Y el móvil?- le pregunté a mi hermano.

-¡Mierda!- exclamó él al darse cuenta.

Rápidamente salió del agua y sacó el móvil del bolsillo trasero del pantalón. Miré a los chicos que se aguantaban la risa, al igual que yo, y volví a mirar a mi hermano, que miraba como caían gotas de agua de su móvil.

-Ponlo en arroz.- comentó Luke.

-No tenemos comida aún.- contestó Tim.

-Si tenemos, mi novia y yo compramos comida y la trajimos hace unos cuantos días.- dijo Julien.