La casa del amigo de Marcus , estaba llena de gente, había una chica en el jardín acostada en un banco durmiendo, otro saltando por ahí totalmente borracho y y si mirabas a la derecha había un concurso de meadas, tres tíos de espaldas a mi, gritando ''Haber quién apunta más lejos'', todo era muy normal, sí. En la puerta, un chico de pelo castaño y ojos azules recibía a la gente, la verdad es que no estaba nada mal, cuando vio al orangután chocaron las manos sonrientes llenos de efusividad y a mi se me quedó mirando expectante, dándome una mirada de arriba a bajo, pero sus ojos se quedaron en un lugar concreto, mi escote. Puse los ojos en blanco, todos eran iguales.
-Todo bien? Esta es Hannah.-Ojos verdes me dio un beso en cada mejilla.-Han, este es James, mi mejor amigo.
-¿Así que esta es ella?-Dijo con una risa James.-Encantado de conocerte.
¿Ella? ¿Le había hablado de mi? sospechoso.
-Sí, ehm, encantada.-Dije torpemente aún shoqueada.
-Venid, que os consigo unas bebidas.
Entramos dentro, el salón era todo un desmadre, cosas rotas en el suelo, la gente bailando en el medio del salón con la música que provenía de la mesa del DJ, parejas enrrollandose en el sofá, hasta ahora todo normal. Sarcasmo modo-on.
-Hannah, ¿que quieres beber?-Preguntó James detrás de la barra.
-Un malibú con piña.-Respondí sin pensármelo dos veces, era mi bebida favorita, además de que no emborrachaba tanto.
Era mi tercera copa, estaba sentada en un sofá más aburrida que una ostra, los tontos me habían abandonado por que querían jugar una partida al billar, y yo aquí sola y sin conocer a nadie.
Yo no es que fuera una chica aburrida, pero si no había nadie con quien bailar y no estaban mis amigas, pues no era de las típicas que se soltaban a la primera y cogían a cualquiera y hablaba con ellos, simplemente no podía. (A no ser que estuviera borracha, como la otra vez, claro)
De repente y sin previo aviso apareció un chico y se sentó a mi lado, se me quedó mirando un buen rato sin decir nada.
-¿Qué?-Pregunté confusa.
-Café.-Respondió con una sonrisa.-Es que pensaba ¿que hace una chica así
de guapa, sola y aburrida aquí sentada?
-Dios, ¿realmente te funciona esa frase con las tías?.-Pregunté sonriendo.
-No es lo que piensas, no estoy ligando contigo.-Soltó una carcajada.
-¿A no?
-Nope, a mi no me gustan las mujeres, ¿acaso tengo pinta de ser hetersexual?
-Preguntó soltando una carcajada.
Lo miré nuevamente, desde el flequito al lado, pasando por su camisa rosa, sus pantalones blancos y sus bien cuidados zapatos a rayas. Tonta de mi.
-Bueno...-Dije un poco incomoda por la situación.-Leí en un libro que los
hombres de verdad van de rosa.
-Oh, tenemos a una persona inteligente entre todos estos borregos, aparte de mi, claro.-Me guiñó un ojo.-¿Que libro era ese?
-Instinto.
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El chico que vive en mi casa.
RomanceHannah es una chica de quince años divertida, competitiva y un poco inocente, que vive con su tía. Un día, se encuentra una sorpresa en su casa, un tal Marcus, que viene a pasar el verano con ellas por problemas familiares. Él tiene dieciocho años...