·Narra Marcus·
Eran las diez de la noche y no había nadie en casa, entré en el cuarto de Hannah esperando encontrármela dormida o haciendo cualquier tontería de las suyas pero nada, esto era muy extraño.
Mi móvil comenzó a vibrar en mi bolsillo, lo saqué y tenía un mensaje de
whatsapp de mi mejor amigo James. Decía:
''Te viens a una disco nueva k an abierto hoy?? ;)''
Él y su buena escritura, sarcasmo modo ON. Le contesté enseguida y entré en el baño para darme una ducha y arreglarme. Media hora después James y yo estábamos en la puerta de la discoteca, que estaba a tope. Nos pidieron los carnets y yo se lo dí sonriente, por fin tenía dieciocho años y podía entrar a donde me diera la gana.
Dentro, estaba todo lleno de gente, algunos apartados en los sofás, unos
cuantos sentados en la barra, y otros bailando sudorosos en la pista de baile, debajo de la bola de discoteca que lanzaba luz de colores a todas las
direcciones.
-Dios, esto esta lleno de pivas.-Murmuró James más para él mismo que para mí, apostaría lo que fuera a que esta noche se llevaría a alguna a la cama.
-Venga, vamos a pedir algo a la barra.
Nos escabullimos entre la gente y le pedí al barman dos vasos de ron con
coca-cola. James se había quedado mirando como bobo a una chica que
aparentaba ser menor de edad, tenía el pelo negro y los ojos azules, la verdad es que era guapa. Ella también lo miró y se ruborizó, entonces él se le acercó.
-Hola, ¿te invito a algo guapa?-Le dijo James sonriendo.
-Vale, gracias.-Le dijo tímida ella.-Un vodka con fanta de naranja por favor.
-¿Y como te llamas?-Le preguntó James.
-Me llamo Kiarah, ¿y tu?
Me aleje de la parejita feliz, haber si yo también encontraba a alguna chica que me gustara.
Entré en la pista de baile mezclándome entre la gente, y un pivón se me
acercó meneando las caderas y su cuerpo al ritmo de la música, era rubia y de ojos marrones, estaba muy buena. Le sonreí y me acerqué a ella.
Diez minutos después ya nos estábamos liando, yo tenía las manos en su culo y ella en mi nuca, apretándose contra mi, y mordisqueando me el cuello. Entre la gente distinguí a una pelirroja bajita que bailaba muy pegada a un chico de pelo negro, la chica en cuestión me sonaba un montón, pensé por un momento que esa chica podría ser Hannah, pero ella tiene quince años y en teoría no puede entrar en las discotecas, así que seguí con lo mío sin distraerme.
·Narra Hannah·
Un chico muy guapo, de pelo negro, ojos grises, y un piercing en la ceja se me acercó mientras bailaba, ya llevaba dos vasos encima y estaba algo mareada, al contrario que mi amiga Kiarah que no había bebido nada y me había dejado abandonada bailando sola.
-Hola guapa, ¿como te llamas?.-dijo el chico con una gran sonrisa.
-¿Hannah y tú?-Le pregunté yo también sonriente, yo sabía lo que iba a pasar
ahora, y para eso había venido a la discoteca, para olvidarme de el pesado de Marcus y volver a ser yo misma.
-Soy Raul.
Y ya esta, sin contemplaciones ni nada, estampó sus labios en los míos y puso sus manos en mi cintura, yo le seguí el beso, el chico se notaba que tenía experiencia, y la temperatura comenzó a subir, él puso sus manos en mi culo, algo que nadie había hecho hasta ahora, y me sentí muy nerviosa, el beso se volvió más agresivo por su parte, y me estaba empezando a marear, así que me separé de él.
-Lo siento, pero no quiero.-Le dije mirándolo a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas y su semblante sonriente ya no estaba.
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El chico que vive en mi casa.
RomansaHannah es una chica de quince años divertida, competitiva y un poco inocente, que vive con su tía. Un día, se encuentra una sorpresa en su casa, un tal Marcus, que viene a pasar el verano con ellas por problemas familiares. Él tiene dieciocho años...