Capitulo #8

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En mi oreja, sentí la canción de 'Mal de amores' de Juan Magan, ¿enserio

estaba soñando con una canción? abrí mis ojos soñolientos y me los froté, la dichosa musiquita aún seguía sonando debajo de mi cabeza.

-Mierda...

Me había dejado el puto móvil debajo de la almohada. Desbloqueé la pantalla y vi que eran las nueve de la mañana.

-¿Que coño quieres a esta hora, Kiarah?-Contesté de mal humor.

-Buenos días a ti también.-Dijo mi mejor amiga con una risita.

-No le veo la gracia.

-¿Puedes quedar?-Preguntó.

-Sí, ¿para eso me llamas tan temprano?

-Digo, si puedes quedar ahora.

-¿Ahora? ¿para que?-Pregunté con curiosidad, a saber.

-Cuando te vea te lo digo, por cierto, estoy delante de tu casa, así que vístete y baja.-Colgó.

Mi amiga definitivamente no era normal. Suspiré con pesadez y abrí el armario para ponerme cualquier cosa, en este caso unos shorts vaqueros y una camiseta de tirantes que ponía ''Chicago 33'', muy hipster yo.

El orangután seguía durmiendo en su habitación así que me ahorré un mal de cabeza y bajé silenciosamente la escalera, cuando abrí la puerta de la calle Kiarah estaba sentada en el suelo mirando el móvil con una sonrisita tonta.

-Esa sonrisa como que me la conozco yo.-Dije sonriendo.-Eh pillina, que te he pillado.-Se giró sobresaltada.

-¡Ostia! me has asustado.-Luego su cara se puso de color rosado.-No es nada de lo que tu piensas.

-No que va.-Me senté a su lado en el portal.-¿No será... el chico de la

discoteca?

Miró el móvil una vez más y otra estúpida sonrisa tonta le salió de la cara.

-¡Sí! Se llama James, tiene el pelo castaño, y los ojos de un verde

impresionante, dios... no pasó nada en la discoteca por que me tuve que ir

temprano, pero me dio su número y ahora no paramos de enviarnos mensajes.

-Wow, que suerte tienes tu, ¿cuantos años tiene?-Le pregunté sorprendida.

-Tiene dieciocho.-Dijo bajando su mirada al suelo.-Si mis padres se enteraran de que me gusta un chico de dieciocho no me dejarían salir de casa.

-Los mismos que Marcus...-Susurré pensativa.

-¿Qué has dicho?

-Nada.

Pasamos el día por ahí y a la tarde fuimos al centro comercial, cuando Kiarah divisó un escaparate lleno de vestidos, me cogió de la mano y me arrastró literalmente dentro de la tienda.

-Me encanta este vestido.- dije saliendo del probador.- ¿A ti que te parece?- le pregunté a Kiarah, quien me miraba seria de arriba a bajo.

-Hannah, ¡te queda genial!- gritó, llamando la atención de algunos clientes.

-Cuando te vea Marcus con ese vestido... seguro que va a querer quitártelo de

inmediato.-Dijo sonriendo picara.

-Oye, ¿y a ti quien te dijo que lo voy a comprar para impresionarlo?-Gruñí.-Me cae mal, es medio bipolar así que no pienses estupideces.

-¡Está claro que te gusta!

El chico que vive en mi casa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora