·Narra Hannah·
Miré el reloj del salón, tragando saliva, eran las cinco en punto de la tarde. El ruido sonoro de la manecilla, tic, tac, tic, tac. Marcus estaba nervioso a mi lado, frotándose las manos y repitiéndome siempre la misma pregunta.
-¿Estas segura de que quieres decírselo?
-Sí, mi tía y yo nunca nos ocultamos nada, así que si estamos saliendo tengoque decírselo.
-Pero y si me manda...La frase se cortó con el sonido de la puerta principal, los tacones retumbaban por el parqué hasta que Laura entró al salón con una sonrisa.
-Hola chicos, ¿que tal?-Dijo actuando extraño. Algo le pasaba, de eso estaba segura.
-Bien...-Contestó Marcus, se aclaro la garganta.-Tenemos que decirle algo.
-¿Sí? ¿que cosa?
-Pues... es que hoy pasó algo importante.-Dije mirando al suelo ysonrojandome sin poder evitarlo.
-¡¿Qué?!-Gritó abriendo los ojos desmesuradamente.-cuando los vi estamañana no pensé que nada pasaría, ¿Estas...? osea digo, ¿lo habéishecho...?
-¡¿Nos viste?!-Preguntó Marcus alterado.
-¡Si! Pero no pensé en que vosotros haríais algo, y menos sin protección.
-¿Sin protección?-Pregunté confusa.
-Hay dios mio, cuando planeamos Mary y yo juntaros, nunca pensé que tanpronto vosotros... ¡y menos lo de quedarte embarazada!.-Gritó cogiendo elabanico y haciéndose aire en la cara.
-¿Embarazada?-Preguntó confuso Marcus mirándome con el ceño fruncido.
-Vamos a ver si me entero bien.-Dije sorprendida.-Tu y la madre de Marcushicieron un plan contra nosotros para que fuéramos novios, nos viste estamañana en la cama, ¿y ahora crees que estoy embarazada?-Dije mirándolacomo si tuviera dos cabezas.
-¿No lo estas?-Preguntó con cierta duda.
-¡Pues claro que no!
-¿Entonces que cosa importante a pasado para que te sonrojes de esamanera? Recorcholis, que susto me he llevado, ¡pensaba que te habíaembarazado!Marcus soltó una risotada enorme que me contagió enseguida.
-Recor... ¿ha dicho recorcholis?-Siguió riendo tumbado en el suelo.
-No os burléis de mi.-Dijo indignada mi tía.-Volviendo al punto, ¿que tenéisque decirme?-dijo mirándonos con desconfianza.
-Que estamos saliendo.-Dijo Marcus.
-¿Era eso?-Dijo mi tía para nada sorprendida.-Y yo que pensaba que estabais saliendo en secreto desde hacía tiempo. Hasta ayer os hice una foto mientras dormíais.
-¿Una foto?-Pregunté horrorizada, por favor, si yo durmiendo era lo peor, con mi pelo revuelto y media baba cayendo de mi boca.
-Sí, esta en la cámara, ahora la traigo.Cuando volvió nos enseñó la foto y yo salía bastante aceptable, mi tía siguió repitiendo lo monos que eramos y etcétera. Pero luego, le entregó una bolsa que tenía el logotipo de la farmacia del pueblo a Marcus.
-¿Que es eso?-Preguntó él abriendo la bolsa, sus ojos se abrieron de golpe y su cara se torno roja. Miré lo que había en su interior, pequeños sobrecitos de color lila. La miré horrorizada, de nuevo.
-No digáis nada, no quiero saberlo. Ya me daréis las gracias luego, no quiero bebés hasta que estés casada, ¿entiendes? ahora me voy, que he quedado y no volveré hasta bien tarde.-Nos guiñó-Ah, si queréis más, pedídmelo, que sé que a los adolescentes os da vergüenza ir a la tienda. ¡Adiós!-Acto seguido, desapareció.Me di una tremenda ''palm-face'' en toda la cara. en cambio Marcus se destornilló de la risa.
-Esta loca...-Murmuré mirando los condones, diez paquetes en total.
-Pues ya que tenemos, podríamos hacer buen uso de ellos.-Dijo moviendo las cejas en movimientos rápidos.Le dí un golpe en el estomago.
-Pervertido.
******
Por la noche, a la una de la madrugada exactamente, oí como la puerta de mi habitación se abría y me incorporé asustada.
-Coño, que susto me has dado.-Susurré somnolienta mirando a Marcus con una sonrisa, él me la devolvió y cerró la puerta detrás de si.
-He venido a dormir contigo.-Dijo acurrucándose en la cama conmigo. Pasósu brazo por mi cintura y acomodó su cabeza en mi pecho.-Que cómodo.Resoplé divertida y le hice cosquillas, pero él era de esa clase de personaslas cuales no tenían.
-Con que esas tenemos.-Dijo mientras me hacía cosquillas a mi, yo era de las que tenía muchas así que me retorcí soltando grandes carcajadas, terminé debajo de él sin escapatoria.
-Bájate.
-No quiero.- Sus brazos estaban flexionados y mostraba todos sus músculos, su tatuaje del brazo al pecho y las entradas que tenía en la parte baja de su barriga.Malditas hormonas, pensé tragando saliva.Puso sus labios en los míos y me dio un profundo beso, como nadie me lo había dado nunca, e inició su tortura lamiendo el lóbulo de mi oreja. Solté un leve gemido de placer y cosquillas, que por supuesto no pasódesapercibido. Joder, como sabía que eso me gustaba. Lo miré con sorpresa al notar su erección contra mi vientre mientras que sus manos se posaron en mi trasero.
-Si quieres que pare, dímelo. Por que creo que más tarde no podré hacerlo.- Dijo mirándome con sus pupilas dilatadas.Alcé una ceja y lo miré de la forma más sensual que pude.
-Tendremos que darle utilidad a los condones, no vaya a ser que caduquen.El soltó una carcajada y volvió a besarme con furor. Me quitó rápidamente la camiseta y los shorts dejándome solo con mi ropa interior negra, estabaavergonzada de no llevar algo más provocativo pero él siguió mirándome con admiración.
Por el calor que hacía, parecía que lleváramos ropa de abrigo cuando enrealidad estábamos medio-desnudos.Lo que vino después quedará en mi memoria para siempre. Al principio dolía, pero luego todo lo que sentía era placer. No había palabras para describir lo que sentí, las sensaciones extrañas que nunca había tenido. Tampoco olvidaré las ultimas palabras que me dijo al oído antes de caer dormidos.
-Te quiero pequeña.
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El chico que vive en mi casa.
RomanceHannah es una chica de quince años divertida, competitiva y un poco inocente, que vive con su tía. Un día, se encuentra una sorpresa en su casa, un tal Marcus, que viene a pasar el verano con ellas por problemas familiares. Él tiene dieciocho años...