Oí un ruido que me despertó por completo, y abrí los ojos, primero vi mi
habitación borrosa pero distinguí un bulto negro delante de mi, así que me
restregué los ojos y vi a un chico castaño de ojos dorados mirándome con una sonrisa maliciosa en el rostro, entonces recordé el día de ayer y lo fulminé con la mirada.
-¿Que haces en mi habitación?-Le pregunté mirándolo con sospecha.
-¿Yo? nada...-dijo saliendo rápidamente.
Algo había hecho, de eso estaba segura. Me levanté observando mi
habitación detenidamente, estaba todo en su habitual sitio, desordenado
como siempre, pero igual. Fui al baño y me miré al espejo, pero no había nada raro en mi aspecto, cuando Marcus salió de la habitación había sospechado que mientras dormía me había pintado la cara o algo así, como es tan inmaduro, pero no tenía nada extraño. Decidí que dejaría pasar el tema por el momento y entré a la ducha, abrí el grifo y algo azul cayó en mi pelo, miré extrañada la alcachofa de la ducha, y descubrí lo que había estado tramando el muy sinvergüenza.
-Yo lo mato, ¡juro que lo mato!-Grité a la nada.-El muy idiota me ha puesto
colorante...
Cuando terminé de lavarme, me puse la ropa que había elegido, que consistía en una camiseta negra pegada, unos shorts vaqueros (iba a ponerme falda pero recordando el suceso que pasó la pasada noche me lo pensé mejor) y mis convers grises. Me miré al espejo y la imagen que me devolvió era la de una chica con el pelo mojado de color azul (por el colorante, ya que mi pelo era de color pelirrojo). Puse mala cara, y me sequé el cabello que ahora era azul, con mis ojos azules debía admitir que pegaba, pero yo no era de esa clase de chicas que se teñían el pelo de colores, bueno, al menos no de momento, aún no tenía claro mi estilo.
Bajé a desayunar pero solo estaba mi tía cosiendo sentada en una silla, así que Marcus había escapado seguro.
Mi tía al verme puso cara horrorizada.
-Tita, ya se que soy fea pero tampoco pongas esa cara.-Bromeé.
-¡Pero que te has hecho en el pelo!-dijo gritando.
-Yo no he sido, a sido el idiota de Marcus que se aburre y solo quiere hacerme la vida imposible.-Refunfuñé.
Mi tía sonrió misteriosamente y la miré extrañada
-¿qué?
-Nada, nada, tu tranquila que cuando se vaya ya no te molestara.-Se fue a
saber donde.
Terminé el desayuno y una bombillita se encendió en el interior de mi cabeza,
tenía la venganza perfecta.
-¡Tía! ¿en donde exactamente esta Marcus ?-Le pregunté.
-Cielo, ¿tiene partido de fútbol por que lo dices?
-Nada tranquila.-Le sonreí y corrí escaleras arriba, preparando lo que
necesitaba.
·Narra Marcus·
Había sido divertido poner el colorante azul en la alcachofa de la ducha de
Hannah, ella estaba durmiendo como un tronco enrollada en las sabanas, tendría que haberme quedado para verle la cara que ponía al verse con el pelo azul, pero para mi mala suerte tenía que acudir al partido de fútbol, contra unos chavales que me caían fatal.
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El chico que vive en mi casa.
RomansHannah es una chica de quince años divertida, competitiva y un poco inocente, que vive con su tía. Un día, se encuentra una sorpresa en su casa, un tal Marcus, que viene a pasar el verano con ellas por problemas familiares. Él tiene dieciocho años...