Prólogo

1.3K 111 5
                                    

El cielo azul estaba cubierto por una enorme capa de humo negro que ocasionaba desesperanza y miedo para quienes estuvieran en ese lugar. Las cenizas volaban por todos lados al compás de la suavidad en que el viento soplaba y, a pesar de que el fuego estaba casi por todos lados, se podía sentir algo de frío.

Grandes y pequeños robots destrozados siendo mezclados con la tierra y demás hogares destruidos. Se podían escuchar algunos gritos llenos de dolor y de tristeza como eco provocando que el lugar pareciera un sitio de terror.

No solo había robots por todos lados, sino también estaban algunos cadáveres de muchos que dieron sus vidas en la guerra.

Un pequeño gato de color rojo y ojos azules caminaba entre todos los escombros, sus manos estaban cerca de su estómago sujetándose entre ellas mostrándose muy temeroso, incluso su postura estaba un tanto encorvada y su cola pretendía enrollar sus propias piernas.

Sus azules ojos llenos de lágrimas y el lado derecho de su mejilla despeinado totalmente con algunas gotas de sangre, además de haber estado manchado de polvo y humo por todo su cuerpo.

Miraba a todos lados, miraba cada robot destruido y cada soldado muerto de una manera muy cruel.

Su mirada se entorno hacia adelante topándose con un pequeño erizo negro de betas rojas que estaba de rodillas en el suelo con la mirada completamente pérdida, además, su respiración era un poco agitada y con mucha pesadez.

Inmediatamente, se acercó a él hincándose frente a él y los ojos de los dos pequeños se miraron reflejando un pequeño destello lleno de protección al verse que se abrazaron muy fuerte dejando que las lágrimas volvieran a salir.

Los dos pequeños lloraban sin parar, sus cuerpos temblaban llenos de temor y sabían que ahora se tenían a ellos dos.

Unos reconocibles pasos los hizo separarse de su abrazo y ambos voltearon encontrándose con la mirada fría de un gato adulto de color rojo oscuro. No decía ni una sola palabra y tampoco emitía algún sonido, solo bastó con una mirada para que ambos pequeños se pusieran de pie manteniendo sus miradas abajo, sus cuerpos delataban el miedo que estaban sintiendo con ligeros temblores en las manos y piernas.

El gato adulto comenzó a caminar, a su vez, ambos pequeños caminaron detrás de él sin levantar la mirada, pero las protestas hicieron que ambos levantaran las miradas hacia toda esa gente que miraba con mucho odio al pequeño gato.



– ¡¡Mira lo que ocasionaste!!

– ¡¡Deberían encerrarte para siempre!!

– ¡¡No eres más que un asesino!!



Las lágrimas del pequeño gato volvieron a salir sin parar, sus manos temblaron sin control y buscaba la manera de poder esconderlas o hacer algo para que pudieran mantenerse quietas.

El gato adulto los detuvo en seco y él continuó su camino hacia uno de sus soldados, los pequeños esperaban temerosos cerca del jet y varios soldados subían una camilla en donde un cuerpo estaba cubierto por una manta blanca.

El pequeño erizo negro miraba atentamente como subían el cuerpo de su madre al jet, de sus ojos comenzaron a salir nuevamente aquellas lágrimas llenas de dolor y tan solo se dejó caer de rodillas. Sintió una mano ponerse en su espalda, su pequeño hermano se hincó a un lado de él y juntos lloraron dejando que las lágrimas salieran mientras aún estaban los gritos detrás de ellos.

La luz de la oscuridad ~ ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora