Capítulo 9

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La pelirroja observó cuidadosamente el pasillo que conducía a su habitación y claro, a la habitación de Sasuke; sintió que el no estaba cerca y decidió "Investigar". Colocó su mano sobre la perilla y abrió.


Aquel aroma la capturó, el aroma del pelinegro; se adentró a la habitación y cerró la puerta, supuso que, al no encontrarlo allí, estaría con la pelirosa. Ella no era tonta, se daba cuenta de aquellas miradas, aquellas que la herían y aquel vengador no tenía ni la sutileza de disimularlas claro, en su propia ignorancia.


Al irse de Konoha no tenía intenciones de decirle a nadie, a nadie excepto a el.


Karin observó la cama donde se suponía Sasuke dormiría esa noche. Se sentó en ésta y acarició la almohada...


FlashBack


– Sasuke-kun, Lord Orochimaru...


–  Hn, buen viaje a donde sea que vayas.


– ¿Lo sabes?


– Así es, no pienses que te voy a detener. Es tu vida, haz lo que desees, no estás bajo mi mando


– ¡No te estoy pidiendo nada! ¡Amargado!

 

La risa sutil del pelinegro se hizo notar, nunca había reído al frente de ella de esa manera, sin embargo él ya había puesto las cosas claras con Karin anteriormente y ella lo había aceptado, dolorosamente, pero a fin de cuentas lo había aceptado, sólo y lo único que podrían aspirar a ser, sería amigos.


– Sasuke-kun...


– Hn...


– No la dejes ir.


Sasuke la observó, sonrojada, apenada.


– Ella te ama, todos lo saben, todos se dan cuenta de que eres su preocupación principal. No deberías desaprovechar la oportunidad. Se que tu también...


– ¡¿Quieres callarte de una buena vez?! – El pelinegro la interrumpió – No se de que diablos hablas. No me fastidies.


– No es por fastidiarte, lo sabes, e incluso sabes que lo ocultas, y muy mal, de hecho. Solo te recuerdo, y te advierto. No la hagas esperar mucho, no la lastimes más de lo que has hecho. – La pelirroja se dirigía a la puerta de aquella habitación; tomó la perilla de la puerta entre sus dedos y le dijo: – Si ella decide irse de tu lado, no quisiera verte en su lugar.


La pelirroja abrió y antes de cerrar la puerta se despidió.


– Si algún día quieres hablar, si alguna vez necesitas de una mano amiga, no dudes en contactarme Sasuke. Yo siempre te voy a escuchar.

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