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— Steve — alguien llamó desde la sala de reuniones

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— Steve — alguien llamó desde la sala de reuniones.

El mencionado alzó la cabeza para encontrar a Nancy señalando un papel colgado en la pared de corcho tras ella, específicamente el papel con el horario semanal de turnos de guardia.

Llevaban solo tres días de clases en el tercer trimestre y Steve no había mirado los horarios de guardia ya que prácticamente nunca debía hacerlos a no ser que fuera una emergencia.
Alzó una ceja, confuso, y Nancy suspiró.

— Hoy te toca a tí después del almuerzo, Steve.

— ¿A mi?

— Si. Ahora podemos hacer más turnos ya que hemos retomado las clases de música y artes plásticas.

Steve parpadeó confundido y miró alrededor, conectando mirandas con Jhonatan, Chrissy y Robin, quienes mostraban un rostro que demostraba que ya eran conocedores de esta información.
Steve no iba a rechistar ni nada parecido. No le gustaban hacer guardia pero si debía hacerlo no había de otra si no quería enfrentarse a la ira de Nancy.

A veces extrañaba a la Nancy dulce con la que solía salir en su juventud pero entendía que su humor hubiera cambiado con el estrés del trabajo en el departamento de dirección.

Agarró sus cosas y se fue a la sala de guardia donde encendió un pequeño ventilador a una esquina de su mesa. Estaba a mitades de Abril pero en ese aula hacía algo de calor.

La sala de guardia era un aula más pequeña que las demás aulas lectivas ya que solo tenía algunas estanterías con libros y una mesa grande con asientos alrededor en la que suelen estar profesores que en esas horas no tienen que dar clases y usan ese tiempo para corregir exámenes o tareas y planear los siguientes temas a enseñar a cada curso.
También era el lugar a donde enviaban a los alborotadores para que no molesten más en la clase y puedan avanzar sus tareas o hacer los que les dé la gana mientras tengas la supervisión del profesor de guardia.
Y no hay que malentender a Steve, a él le gusta planear, corregir y estar con alumnos pero no le gusta la soledad que conlleva la sala de guardia o el hecho de tener que soportar a algún malcriado sin el balance de un buen alumno que esté realmente escuchándolo.

Suspiró aliviado ante la pequeña brisa que le proporcionaba el ventilador mientras sacaba de su mochila su cantimplora de agua y bebía un trago antes de abrir una de sus carpetas de los alumnos más pequeños y comenzar a revisar los dibujos que había recogido el día anterior sobre una tarea de dibujar algún lugar en que habían estado en las vacaciones de primavera.

Steve sonrió mientras miraba el primero. Eran dibujos de niños de cinco años así que estaba todo dibujado con stikmans y cosas muy simplificadas.
El primer dibujo era de un niño llamado Noah, quién se había dibujado a sí mismo, señalando con una flecha que era él, en un parque  junto a su amiga Millie, otra alumna, a quien también señaló con una flecha uniéndola con el nombre. Y de fondo parecían estar las madres de ambos.

SEE YOU LATER [Steddie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora