Capítulo 8.

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Adam se despertó con un enorme bostezo y parpadeó varias veces, tratando de ubicarse en tiempo y espacio después de una merecida siesta de cuatro horas. Le tomó un par de minutos y varios bostezos más pero al fin recordó que esa mañana había ido al médico con Nigel, y que el médico le había dado una noticia. Le dijo que estaba embarazado de siete semanas y media… al llegar a esa parte se despertó del todo y se irguió con brusquedad de la cama, mirando a su alrededor. Nigel no estaba y Venus tampoco, así que supuso que su esposo se la había llevado para darle de comer. Sí, ahora que lo pensaba en eso habían quedado antes de que se acostara a dormir la siesta.

-Descansa tranquilo, precioso, que yo le doy el biberón a Venus y lavaré los condenados platos. No te preocupes por nada, ¿de acuerdo? Aquí tienes un esposo para que se haga cargo de todo. Tú ve a dormir un poco que lo necesitas, todavía estás pálido.

Pálido, sí, porque a pesar de ser una noticia feliz la revelación de que estaba embarazado había sido todo un shock. Uno de los peores rasgos de su autismo era la dificultad para adaptarse a situaciones nuevas, aunque fueran buenas, porque no sabía procesar lo bastante rápido las emociones. Incluso las sorpresas felices le resultaban incómodas, lo hacían sentir fuera de lugar, y era por eso que saberse embarazado cuando ya se había rendido con la idea de quedar encinta le había resultado poco menos que terrible. Se vio de pronto con dos bebés muy pequeños a cargo cuando ya habían arreglado todo para criar a uno solo, se vio abrumado por la posibilidad de fallar como madre para su nuevo bebé, y para Venus, pues todos sus planes de crianza ya no servían y él no tenía cabeza para rearmar toda su vida de un momento a otro. Ante esa catarata de emociones Nigel le había sugerido que tomara una siesta para apagar el cerebro un rato, y que ya hablarían luego del embarazo. 

"Nigel es tan dulce conmigo. Siempre lo ha sido, ¿verdad? Siempre me ha cuidado, me ha dado su amor y su apoyo… realmente, tengo mucha suerte de haberme casado con él" pensó algo más animado mientras buscaba sus pantuflas y salía del cuarto. En efecto encontró a Nigel en la cocina con Venus, dándole su biberón de las cuatro y canturreando feliz una nana en su idioma natal. Al verlo su rostro se iluminó con una enorme sonrisa y le hizo un gesto para que se le acercara, cosa que hizo sin dudar. 

-¿Te ha dado algún problema?- le preguntó al tiempo que se inclinaba para besarlo en la mejilla y rodearlo con los brazos por el cuello, algo que por cierto Nigel disfrutó mucho.

-Qué va, precioso, nuestra niña es un ángel y se porta maravillosamente. Además mi camisa huele a ti, así que eso ha ayudado. Te siente con ella.- Lo miró con amor.- ¿Dormiste bien?

-Sí, muy bien. No recuerdo qué soñé pero no importa, lo que pensé al despertar fue mejor.

-¿Y en qué pensaste?

-En nosotros, claro- respondió con total seriedad, sin captar la sonrisita de Nigel.- En cómo cambia nuestra vida con la llegada de este bebé, y en que a pesar de todo me hace feliz que esos cambios vayan a darse.

-Ya veo… entonces, en cuánto termine de alimentar a Venus, ¿ya podemos festejar tu embarazo y gritar a los cuatro vientos que seremos padres nuevamente?

Ambos esposos rieron sin control después de eso, provocando que su hija los mirara con curiosidad. Adam acercó una silla y se sentó, tratando de recuperar el aliento antes de seguir hablando.- Sabía que dirías algo así, te conozco tanto… te hace muy feliz que vayamos a tener dos bebés, ¿no?

-¿A ti que te parece, precioso? Desde que te eché el ojo la primera vez, cuando te vi entrar perdido al club para pedir indicaciones, supe que quería formar una familia contigo. Le dije a Darko, "hermano, ¿ves a ese chico divino de allá? Pues será mi esposo y madre de todos mis hijos". Imagínate entonces cuando realmente empezamos a salir, y luego tras casarnos. ¡Claro que me hace feliz que estés embarazado, porque tener una familia numerosa contigo siempre fue mi meta!

-¿Y qué pensaste entonces cuando empezó a pasar el tiempo y no quedaba embarazado? ¿No consideraste dejarme por otro hombre que sí fuera fértil? ¿O por una mujer?

-¿Estás loco? Jamás ni por un segundo pensé en dejarte, con hijos o sin ellos eres el amor de mi vida. Lo único que pensé es que si no podíamos tenerlos los adoptaríamos, muchos de ellos, tantos hijos como estrellas en el cielo.

-Nigel, eso sería imposible por muchos motivos. Para empezar, las estrellas no están en el cielo, si no en el espacio exterior. Luego está el hecho de que contabilizar la cantidad de estrellas es algo que…

-Amor, amor. Precioso. ¿Me haces un favor?

-¿Eh? Sí, claro…

Nigel ayudó a su hija a eructar tras terminar su comida, y luego besó a su esposo en la frente.- Deja de hablar un momento y ayúdame a llevarla a la cuna. Tú y yo tenemos tanto que hacer ahora, que será mejor que empecemos a hacerlo pronto, ¿no te parece?

-Sí, sí, claro… eh… ¿y por dónde empezamos?- preguntó el menor algo confundido, aunque más tranquilo después de que Nigel le sonriera. Su esposo de hecho se arrodilló ante él y apoyó la cabeza sobre su vientre, agradecido con la vida por aquel milagro tardío.

-Podemos empezar por esa fiesta de bienvenida que estábamos planeando en casa de Darko, ¿no? Solo que ahora, además de presentar a Venus, les contaremos del nuevo bebé. Quiero que todos lo sepan, que el mundo entero lo sepa.

Adam acarició con amor el cabello de su esposo, quien se paró para darle un gran abrazo y para besarlo como solo él podía hacer. Nigel tenía razón, ¿por qué no aprovechar la reunión que ya estaba a medio organizar para contar la buena nueva? Todos de seguro se pondrían tan felices como ellos de saber que otro Mihai Raki vendría al mundo. Otro pequeño, se dijo, no haría que amasen menos a Venus, estaba seguro. Entre ellos había amor suficiente como para todos los hijos que el futuro les tuviese preparados.

HEU Mpreg Set: Doble PaternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora