𝐝𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐨𝐮𝐬 𝐠𝐚𝐦𝐞 | ❝ 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 𝑔𝑢𝑟𝑑𝑎𝑟𝑎𝑛 𝑒𝑙 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑝𝑟𝑜ℎ𝑖𝑏𝑖𝑑𝑜 ❞
donde Ander y Noah dejan
todo por mudarse con el marido
de su madre.
O
dond...
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ANDER
AL FINAL, NANO HA PAGADO la apuesta. No pensé que lo haría, pero lo hizo. Ahora tengo mil euros en el bolsillo.
También nos sorprendió que Nick no apareciera, pero supongo que se enterará tarde o temprano de que usamos el coche de Ava.
Después de celebrar y de que Nano me pagara, devolví el coche de Ava a su lugar. Y ahí me quedé, sentado en el capó del coche, observando la fiesta a lo lejos mientras encendía un cigarro.
Justo cuando di la primera calada, mi móvil vibró en el bolsillo de mi pantalón. Al sacarlo, se encendió mostrando un mensaje de un número desconocido que me había enviado una foto de Álvaro y Cayetana.
Y de nuevo, era otra foto de esos dos. Pero esta vez, ambos se estaban besando en el interior del coche de Cayetana.
—¿Desde cuándo fumas? —la voz de Ava me hizo sobresaltarme.
Estaba cruzada de brazos y con cara de disgusto, se veía bastante tierna. Apagué mi teléfono y lo metí en mi chaqueta.
—Desde la preparatoria. —me encogí de hombros, dándole otra calada al cigarro. Ava suspiró y comenzó a acercarse a mí.
—Deberías dejarlo, tú y Nick no deberían matar las únicas neuronas que les quedan. —Ava se puso frente a mí, tanto que nuestras rodillas se rozaban.—Y si lo vas a hacer, —me arrebató el cigarro de la mano.— no lo hagas cerca de mi auto. —Ava tiró mi cigarro al suelo y lo aplastó con su bota.— o de mí. A nadie le gusta besar un cenicero. —Ava se volvió a cruzar de brazos y me miró a los ojos.
Lo que dijo hizo que la mirara con una ceja levantada.
—¿Qué? ¿Piensas que quiero besarte?—la miré con picardía, pero aparté la vista y encogí los hombros.— ¿Qué te hace pensar eso?
—Tu preocupación.—le dije, volviendo la vista hacia ella.—Noah se preocupa de la misma forma.—solté un bufido antes de continuar.— Me esconde las cajetillas y los encendedores, por eso evito fumar frente a ella.
—Gracias por el dato, lo tomaré en cuenta. Me encantará ver la cara de Nick estresado por no saber dónde están sus cigarros.
Ava se colocó entre mis piernas, ya que las tenía ligeramente separadas, y pasó sus brazos por mis hombros. Mis manos descansaban en mis muslos, pero sentía cómo la tela de la falda de Ava rozaba mis dedos.
