𝐝𝐚𝐧𝐠𝐞𝐫𝐨𝐮𝐬 𝐠𝐚𝐦𝐞 | ❝ 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 𝑔𝑢𝑟𝑑𝑎𝑟𝑎𝑛 𝑒𝑙 𝑠𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑝𝑟𝑜ℎ𝑖𝑏𝑖𝑑𝑜 ❞
donde Ander y Noah dejan
todo por mudarse con el marido
de su madre.
O
dond...
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MESES ATRÁS ANDER
UN MES DESPUÉS DE QUE MI MADREME compartiera la 'maravillosa' noticia de que se iba a casar, me obligó a acompañarla de vez en cuando a casa de los Leister y ayudarla, junto con un decorador, a dejar la habitación de Noah tal y como siempre había querido.
Aunque también dedicaba tiempo a decorar mi futura habitación en la casa de los Leister, se centraba más en la habitación de mi hermana pequeña, en un intento de calmar el enfado de Noah hacia ella.
Noah tampoco estaba muy contenta conmigo. Solo me dirigía la palabra si era estrictamente necesario y a mamá ni siquiera le dedicaba una mirada. Noah estaba molesta porque no le había dicho desde el primer momento que nuestra madre se iba a casar con un desconocido.
Cada vez que intentaba pedirle perdón, me reprochaba que había violado nuestro 'código dehermanos': 'Por más grave que sea la noticia, la diremos sin rodeos'. Y yo no le dije nada y evitaba hablar con ella.
Al principio dejé de llamarla, luego ignoraba sus llamadas y finalmente decidí que solo hablaría con ella por mensajes, ya que sabía que si contestaba alguna de sus FaceTime no dudaría en contarle que mamá se había comprometido con un hombre llamado William Leister.
No podía mentirle en la cara a mi hermana pequeña, no podía hacerlo. Con los demás puedo hacerlo perfectamente, pero con Noah no puedo. Con solo mirarla a los ojos, digo lo que sea que tengo que decir y no trato de engañarla, ni siquiera lo intento.
Al menos por mensaje era más fácil, ya que no la veía cara a cara, pero cada mensaje que le enviaba me hacía sentir terrible.
¿Por qué le hice caso a mamá?
Porque yo también estaba bastante molesto y mi cerebro no funcionaba bien. Además, mamá me hacía llevar a Ava, la hija menor de William, a cualquier lugar al que fuera y eso no ayudaba mucho.
Ava Leister era la hija menor de William Leister. Ava tenía la misma edad que Noah, era una joven de pelo negro, delgada, con ojos azules y expresivos, siempre vestida con elegancia y con una actitud bastante atrevida.
Aunque Ava tan solo tenía 17 años, no podía negar que era guapa y que sabía aprovecharlo. Si mi madre no me hubiera dicho que tenía la misma edad que Noah, hubiera dicho que tenía alrededor de 20 o 21 años.
Tampoco podía negar que era bastante coqueta. Yo lo asociaba a la edad en la que estaba, solo para evitar pensar que una niña de la edad de mi hermana pequeña me estaba coqueteando.
