-¡Espera! Grité despertando de mi inconsciencia. Todo lo de esa mujer había sido un sueño, pero no entendía porque me resultaba tan familiar. Desperté de golpe mirando mi alrededor. Estaba tumbada en una cama, era la de Peter?
-Ya era hora, llevas días durmiendo. Añadió Peter, asustandome.
-Porque no me dejasté morir?Te importo una mierda que más da. Dije levantandome y yéndome del lugar, enfadada con el.
-La próxima lo haré. Me fui, empezaba a pensar que mi amor por el era cada vez más débil y mi odio crecía. Era por la noche, nadie estaba despierto ni en pie. Asi que me fui a dar un paseo por la playa, para despejarme. Me tumbé en la arena, con el sonido de las olas, el viento cálido que pasaba por mi cuerpo conseguí quedarme dormida en medio de la playa.
-Hija despierta, es hora de irnos a casa. Se repetía una y otra vez, era la misma mujer de mi sueño. No entendía que pasaba, porque soñaba con ella.
Al despertar me dí cuenta que me quedé dormida en la playa. Me levanté directa a mi cabaña para cambiarme ya que estaba llena de arena.
En mis aposentos me encontraba cambiandome el atuendo, un crujido sonó, parecía una puerta abriendose y cerrandose.
Me giré y vi a Pan apoyado en la puerta.-Sin mi estás perdida, no sabes nada de lucha ni de cazar, mucho menos como sobrevivir. Me acerqué a el amenazandole con la mirada.
-Saldré de aquí, tarde o temprano, y te quedarás con tus niños perdidos y tus humos de superioridad. Te crees la gran cosa y solo eres un niño asustado, huérfano y solitario. Solté lo que pensaba en ese momento sin saber la repercusión de mis palabras. Peter me miró con ira, nunca lo había visto así. Sentí una bofetada en mi cara, dolió, pero dolió más que me la diese el.
-Vuelve a dirigirte a mi de esa forma y te mataré sin remordimiento alguno. Lo miré a los ojos, nunca sentí miedo de el pero era la primera vez que tuve miedo de verdad. Al ver sus ojos cada vez más oscuros y perversos se me erizó la piel. Dando un paso atrás y tapandome el golpe salí corriendo. De tanto correr tropecé con alguien, era Félix, al verme llorar y ansiosa, se preocupó pero recordo su misión y su expresión cambio a seriedad.
-Pan quiere que te enseñe a luchar. Confesó serio.
-Ahora no Félix.
-No es una pregunta, es una orden. Me levanté, intentando prepararme para luchar.
-Toma tu espada, lucharemos. Me lanzó una espada aún asi, no habiendo tocado una en mi vida. El primer paso lo dió el, intenté parar el golpe con mi espada y lo conseguí. Yo estaba débil por lo tanto era fácil derrotarme. Félix atacó con fuerza y mi espada cayó bajo mis pies, así yo cayendo al suelo de rodillas.
-Dejamelo a mi Félix. Sonó una voz detrás mio. Félix se alejó, hasta que se desvaneció. Vi a Peter con rabia en los ojos, estaba furioso, y lo quería recompensar luchando contra mi.
-Ponte de pie y lucha.
-No, no quiero. Contesté. Peter harto de la situación cogió su espada y puso el filo en mi cuello. Sin pensarlo cogí mi espada y ataqué desde el suelo para no salir dañada. Me puse en pie lo más rápido que pude. Peter ansioso me atacó, yo seguía débil pero detuve el golpe como pude. Furiosa le ataqué recuperando mi fuerza y energía. El contraatacó y tiró mi espada al suelo. Llena de ira me lanzé a el con toda mi fuerza. Pero me esquivó asi yo cayendo al suelo, el me atacó y agache mi cabeza evitando el corte que podría haber sufrido. Gateando lo más deprisa que pude, cogí mi espada y me levanté. Volvió a atacar, lo suficientemente cerca que nuestras espadas quedaron en cruz, la suya encima y la mia evitando que sobrepase. Estabamos tan cerca el uno del otro que podiamos sentirnos. Con su pie me empujó al suelo con fuerza, lo único que se me ocurrió fue protegerme con la espada al caer.
-Pensaba que era una lucha de espadas, no física. Dije furiosa pero sarcastica.
- En pie. Soltó Peter sin ninguna emoción. Cansada de la situación no me pude levantar, estaba tirada en el suelo, sentada con mi espada protegiendo mi rostro. El volvió a atacarme y lo tiré al suelo con una patada pero cayó encima de mi. Soltando la espada acorralandome en sus brazos. Solté mi espada y con una llave me puse encima de el, a horcajadas. La situación se volcó y yo también, ahora el estaba arriba, se acercó tanto que podíamos compartir el mismo aire. El se levantó cogiendome del brazo y empujandome. Se volvió una lucha cuerpo a cuerpo. Me puse firme y ataqué primero con un puñetazo, el cual el esquivó, y atacó con una patada, me dió tan fuerte que gemí de dolor.
-Muy lenta. Medio sonrió, pero volvió a su normalidad. Me subí encima de el, el me cogió con las dos manos del culo, poniendome de espaldas a un arból. Pusé mis brazos detrás de su cuello. Nos quedamos mirandonos fijamente un par de segundos, mientras nuestro pecho subia y bajaba irregularmente. La situación nos excitó, pero no quitaba nuestro enfado mutuo. El me dejó caer al suelo. Y por la rabia le metí el pie haciendo que se caiga. Me puse encima de el.
-He ganado, Peter Pan. Susurré mientras le cogía de la camisa por la parte de su cuello. El sonrió un poco impresionado y sucio a la vez. Parecía que su enfado se esfumó. Mirandonos a los labios durante varios segundos, lo medio levanté de la camisa y lo besé. Nos besamos con pasión, como si nos fuera la vida en ello. Nuestras lenguas estaban en guerra, y nuestros corazones también. Se incorporó y me senté encima de el, me agarró de la cintura acercándome más a el. Yo seguía agarrando su camisa con fuerza pegandolo a mi. El me volcó y bajaba sus labios hasta mi cuello, besandolo y mordiendolo poco a poco. Solté un gemido de placer, cosa que lo excitó más. Estabamos revolcandonos en la tierra pero no nos importó. Dándome cuenta de todo lo que estaba sucediendo lo aparté de mi y me fui. Me gustaba lo que estabamos haciendo pero no quitaba el hecho de todo lo que el me hizo. Sin decir ni una sola palabra nos fuimos, desaparecimos de nuestra vista.