Capitulo 8.

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Una semana había pasado desde la discusión de Taehyung con JinYoung y cada vez que recordaba el motivo le daba aún más coraje con ese alfa del que ni siquiera sabía su nombre pero no le agrada nada por su aroma pero principalmente porque Jungkook lo culpaba de lo sucedido y no le dirigía la palabra.
Al día siguiente de lo sucedido intento disculparse con Jungkook pero por varias cuestiones le fue imposible y cuando lo vio Jungkook se dio la vuelta a lado contrario pero lo que más le pudo molestar fue cuando estaba riéndose con aquel alfa tan tonto. Al ver aquello, Taehyung, soltó un gruñido que espanto a quienes estaban a su alrededor pero sin importarle siguió su camino pasando junto a ellos, dándole un ligero golpe a Yugyeom porque  Jungkook fue más rapido jalandolo hacia él; en consecuencia estaba decidido a no disculparse con el supuesto alfa. Su decisión fue firme hasta el segundo día que se encontraron en la cafetería y no solo iba en compañía de Yugyeom, sino también de aquella chica que nunca se despegaba de él e iba colgada de su brazo además de otro alfa que al parecer era muy cercano.
Por alguna razón que desconocía se sentía triste y no solo él porque Tete no dejaba de observarlos con  ilusión dejando más confundido al alfa que nuevamente planeaba disculparse. Todo el día estuvo pensando como acercarse que no puso atención a sus clases ganándose varios regaños  de sus profesores hasta que durante su última clase a minutos de que terminará  él ya estaba más que listo para salir y así lo hizo cuando el profesor justo empezaba a despedirse. Salió corriendo hacia el salón de Jungkook con la intención de solucionar todo y que siguieran siendo amigos, sin embargo, cuando llegó ya no había nadie ademas de que seguía sin entender porque sentia la necesidad de solucionar todo con el alfa cuando apenas lo conocía.

-¿Por qué estas ahí, Taehyung?.- preguntó Namjoon a su hermano que estaba hecho bolita en el suelo en la sala de su departamento.
- Solo quiero estar aquí.- dijo el alfa dándose la vuelta para ver  a su hermano que que iba en compañía de Yoongi, Hoseok y Jimin.- ¡¿Qué no puedo estar aquí?!
- ¿Por qué el mal genio?.- susurró Hoseok a Yoongi.- Ohhh, seguro es por su celo.
- No, no es por eso.- respondió Taehyung que alcanzó a escucharlos para después cubrirse la cara con un cojín.

De repente el aroma de Taehyung comenzó a ser un poco agrio, dándoles a entender que estaba triste algo que los sorprendió porque el alfa era muy alegre y aunque había días malos intentaba ser positivo y buscaba distraerse  un rato pero ahora su aroma comenzaba a molestarles al punto de alejarse y abrir las ventanas. Jimin se sentó a su lado, quitandole el cojín del rostro y le acarició el cabello para relajarlo; conocía tan bien al alfa que estaba seguro de cual era el motivo por el que estaba en ese estado pero no había querido hablar de ello fingiendo que todo estaba bien pero al parecer aquellas palabras de Jungkook le afectaron mucho.

- ¿Ya lograste hablar con Jungkook?.- dijo suavemente Jimin que seguía acariciandole el cabello pero en cuanto el omega mencionó ese nombre, Taehyung, empezó a patalear e hizo un puchero llamando así la atención de los demás.
- ¡No aún no y cada vez que me acerco él se da la vuelta y se va!.- exclamó el alfa menor mientras se levantaba provocando que Jimin diera un pequeño brinco.- ¡Pero sabes que ya estoy cansado de esto sino quiere hablar bien no me importa!.- decía con seguridad cruzando los brazos.
- En 5...4...3...- contaba Yoongi.
- Aunque...
- Deja de pensar tanto y discúlpate porque Jungkook tiene razón fue tu culpa.- lo interrumpió el alfa mayor para regañarlo y Taehyung se dejó caer en el sillón.- Hiciste un drama cuando aquel chico no hizo nada nosotros lo empujamos.

El alfa lo miró lleno de indignación pero era el único porque los demás estaban de acuerdo con el mayor y él en el fondo lo sabía solo que no quería admitirlo. Fue muy grosero con aquel chico pero por alguna extraña razón no le agradó nada y a Tete tampoco, que si hubiera podido se lanzaba sobre aquel lobo que era más manso que un cachorro pero aún así seguía gruñendole. Todo era su culpa y ahora no podía solucionarlo o tal vez...

Mi destinado oculto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora