La Jaula Del Noble.

Capitulo 0

Antes de leer
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Esta obra se basa en la era Joseon en la antigua Corea. Dentro de la obra encontrarán caracteres extraños que no son comunes. Para dar una mayor claridad dentro de la historia, al final de cada capítulo se dejará un glosario con las palabras poco comunes para quien no lo entienda.

Aviso

Esta obra contiene contenido violento y escenas de sexualidad moderada.

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Nota explicativa.

Kisaeng
eran mujeres coreanas dedicadas al entretenimiento. Las kisaeng eran artistas que trabajaban entreteniendo a otros, tales como los yangban (nobles de mayor rango)  y reyes.

Existían tres tipos de kisaeng

Las de alto rango encargadas de entretener a los reyes y nobles importantes especializadas en música, canto, danza y escritura.

Las de segundo rango tenían habilidad artística pero también ejercían como prostitutas.

Las de tercer rango solo se dedicaban a la prostitución.

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Los gemidos se volvían más intensos, los jadeos de esa mujer eran tan vulgares que incluso una persona decente era capaz de tragar saliva. Mientras él seguía empujando contra ella, las lágrimas y las súplicas por qué parará se convertían en rasguños que ella dejaba marcados en su espalda, los suspiros acelerados y sus cuerpos mojados en sudor y sexo, eran igual a dos animales.
Sus miradas parecían tan iguales, llenas de lujuria pero mientras la kisaeng era consumida y tomada por ese hombre, él solo pensaba en aquella mujer. Esa chica que lo desprecio e insulto tantas veces, era ella quien más deseaba él, era ella quien él imaginaba penetrando una y otra vez hasta que su voz desapareciera y sus ojos quedarán en blanco, solo imaginando su rostro y la suavidad de su piel él llegaba al clímax, y era eso lo que más odiaba. Llenos de sudor y temblorosos la kisaeng intento besar al joven maestro SeoJoon pero él la rechazo.

—¿Qué crees que haces?

—¿Mi señor? Es sólo que estoy un poco ansiosa.

—Después de todo lo qué acabamos de hacer, ¿Sigues ansiosa? ¿Fallé como hombre?

—¡No! No me refería a eso mi señor. Pero no entiendo, desde que llegó lo hemos hecho sin parar pero estoy segura que no me ha dado ni un beso y además esta vez es diferente.

—¿Diferente?

—Su mirada mi señor, no me mira como las otras veces.

—Es difícil complacer a una prostituta. —le responde y luego se lanza a besarle bruscamente —¿Es esto lo que buscas?

—Mi señor, por favor —le pide jadeando entre cada beso —Me gusta, mi señor.

—Ya que me pides demasiado, —acaricia su mejilla — cada vez qué me mueva dentro de ti me dirás lo mucho que te gusta y me llamaras por mi nombré.

—¿Por su nombre? Mi señor pero eso, yo...

La volvió a penetrar haciendo que ella soltara un gemido de dolor.

—Sólo obedece lo que se te pide. —siguió moviéndose —Di mi nombre.

El sonido de sus cuerpos chocando y sus suspiros eran tan excitantes para ambos.

—SeoJoon. — logró decir jadeando — Me gustas, SeoJoon.

—Dilo de nuevo. —el gruñido de satisfacción que SeoJoon daba lo decía todo, estaba más complacido que antes.

—SeoJoon... Lo amo mi señor.

SeoJoon al escuchar esas últimas palabras se detuvo, miro con determinación y con una sonrisa casi alegre beso a la kisaeng con ternura, lo hizo como nunca lo habría hecho, con cuidado casi con amor. Ese beso tan especial que solo fue dado una vez a esa mujer que él tanto deseaba, la kisaeng quedo sorprendida y sintió miedo.

—¿Mi señor?

—Maldición. —apretó su puño y frunció el ceño —Creo que me enamore de ti, Eunjin.

Lo hizo una vez más, estando enredado con otra mujer, sudando y casi sin aliento, la llamo. El deseo de SeoJoon por Eujin crecía cada vez más al igual que el odio que Eujin sentía por Seojoon.
SeoJoon no encontraba la forma de acercarse a ella y Eujin no tenía ninguna intención de acercarse o ser amable con él.