Parte 5

308 37 36
                                    

 PARTE 5

Parecía chiste como su ser amado se había cambiado de crucero dando la vuelta y eso que nada más se tardaron tres horas en dar la vuelta. Yuji estaba decepcionado, pero, pronto se le quitó en tanto el señor Sukuna llamó.

Quiso avisar a sus jefes que iba a salir a rolear un rato, pero, su papá Santiago acababa de volver de una importante gira de negocios y si había algo más clásico de sus jefes que pelearse por cualquier pendejada cada que se podían ver...era dejar el futuro de su relación a manos de las Águilas del América. Parecía que estaban metiendo muchos goles porque sus padres gritaban y aplaudían de la emoción desde su habitación y no se atrevió a molestarlos cuando se estaban llevando tan bien. Así, por si las dudas, les dejó un WhatsApp porque esas no eran formas de avisar "Mejor pedir perdón que permiso". Antes de salir escuchó un ruido fuerte del segundo piso, como que algo había tronado y pudo escuchar el plasma en la habitación de sus papás con las bocinas a todo lo que daban. Pero no le dio importancia ya que en menos de diez segundos volvieron a aplaudirle un golazo que hasta a él le dieron ganas de subirse a gritar también pero el ruco ya lo debía estar esperando.

Los grandes árboles patrocinados por los inversores de la privada cubrían del calor del verano con una sombra más que agradable, era un día muy bonito. Yuji caminaba apresurado y se sentía hasta algo emocionado de tener con quién pasar la tarde y no morirse del hartazgo. Además, Don Sukuna era un señor muy agradable si le quitabas lo mamón o lo altanero típico de la gente de tercera edad. Seguramente en sus años más jóvenes debió ser un tipazo. De pronto una duda le pasó por su generalmente vacía mente...

"Un hombre así de guapo y adinerado ¿Será casado o divorciado?"

Francamente se veía demasiado joven para ser viudo pero lo suficiente mayor para estar casado, igual que sus padres. Cierto malestar se asentó en su estómago. Si Don Sukuna estaba casado o no, no era asunto suyo más la curiosidad le estaba picando y no las muelas. Frunció el ceño y apretó los ojos intentando recordar si el Don traía o no un anillo. No le había puesto atención...Aunque tenerlo o no, no probaba gran cosa, su papá Sergio hace ya años que no usaba el suyo pese a tener más de quince años de casado.

Llegó a la avenida reforma bien awuitado. Yuji entendía que los casados siempre andaban pedos de pareja bien cabrones.

¿Y si la vieja de Don Sukuna lo malentendía y le decía que ya no se ande juntando con morritos? ¿O si se la quería venir a hacerla de a pedo porque le daría miedo que alguien mas joven se lo baje? Nah, no sería tan grave realmente. Solo eran conocidos...No. Ya había chillado con él.

"¿Podría decir que ya somos amigos?"

Los autos pasan y Yuji, parado en la vereda se preguntó qué carro podría traer Don Sukuna. Lo primero que vio fue un bocho, demasiado humilde y pequeño para un ego tan alto. Después pasó un March, práctico, pero muy moderno para un señor de rancho. Pasó un Tsuru, ni se diga. Sukuna era demasiado rico para andar en un carro de taxista. Finalmente viendo por la vía principal una troca le llamó la atención, alta, de color negro reflectivo. Para subirse había un cuarto de metro con el piso, las llantas eran exageradamente grandes y seguro iba a traer un motorsote que hiciera run, run. Toda una camioneta de narco.

La trocona se paró frente a él y los vidrios polarizados bajaron.

"Mocoso, voy a dar vuelta en la esquina. Vete cruzando la calle para subirte."

Yuji quedó de a seis. Pensó que Don Sukuna solo era un hombre de rancho, no que su Bisness fuese ser narco. Y por andar en la pendeja se cruzó en amarillo, recibió mentadas de madre, sonadas de cláxones e incluso alguno que no quiso pararse para darle pase y en cambio con mucho valor gritó: "¡A la próxima te llevo, morro pendejo!".

A MÍ NO ME IMPORTA QUE USTED SEA MAYOR QUE YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora