🎀 . ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠɪ 💌✨

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ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴠɪ;
ᴠᴏʟᴠᴇʀ ᴀ ᴠᴇʀᴛᴇ.
¿ᴀʟғᴀ?

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Se sentía como estar en una nube.

Era como estar durmiendo en el paraíso.

Tenía tanto tiempo sin dormir así, tan cómodo, tan tranquilo, y se sentía tan protegido.

¿Era acaso otro de sus sueños?

No lo sabía, pero esperaba que fuera así, le gustaba estar ahí, le gusta el olor a roble protegiéndolo.

Se sentía como si omega hubiera estado corriendo sin cansancio alguno, para llegar a ese cálido y maravilloso lugar, y dormir hecho bolita en su nido en medio de ese bosque de roble y menta tan extenso, y tranquilo.

Quería quedarse ahí para siempre.

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Ya habían pasado una cuantas horas desde que trajo consigo al omega.

En todo el tiempo que llevó de la mansión a su ahora nuevo departamento, el solo durmiendo durante todo el trayecto, en su pecho mientras lo oía ronronear cada uno que acariciaba alguna parte de su cuerpo, dejano salir su aroma a menta para que estuvieran tranquilo entre sus brazos.

Había notado también la miradas sorprendidas de Iida y Shindou, en cuanto salió del lugar con el omega en brazos, ninguno dijo nada, solo lo veían debes en cuando, por el retrovisor, sobretodo el pelinegro, quien era su guarda espaldas personal, y que veía mucha curiosidad al omega, más que todo sus piernas descubiertas.

Había tenido que quitarse su abrigo, y cubrir la blanquinas piernas del omega, gracias a todo lo ocurrido en la habitación, no se había fijado en que el omega traía puesto un vestido blanco suelta por debajo de las rodillas, era uno muy ligero y sube, un tanto transparente, de finos tirantes dejando al descubierto su cuello y hombros.

Con razón le fue tan fácil meterse entre sus piernas sin ningún problema.

En cuanto llegaron, le pidió a Shindou que se fuera a dormir a su habitación, normalmente, el se queda en donde el estuviera, a veces le hacía compañia las veces que entrenaba o corría en las mañanas.

Había llegado a Japón una semana antes del entierro de su madre, ya su equipo y el se habían instalado en su lugar de preferencia.

Shindou por ser su guarda espaldas, vivía en el mismo hotel que el, pero unos pisos más abajo, pero la mayoría del tiempo, estaba en el suyo, y a veces dormía en la otra habitación que esta tenía.

Está vez, no podía quedarse.

No debía quedarse.

Por primera vez, alfa no quería al pelinegro en su territorio.

Y estaba de acuerdo con el.

El pelinegro tan sólo asintió y se fué a su piso, a descansar.

Ya más tranquilo, entró a su ahora "hogar" en dirección a su habitación.

ᗰ᥆mmᥡ ᥆mᥱgᥲ, ᗷᥲᑲᥡ ᥲᥣ𝖿ᥲ (Omegaverse./DekuKatsu.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora