Reo es un Omega divorciado con una pequeña a cargo.
Nagi es un Alfa oficinista vago, cansado de su trabajo.
Los dos son tienen vidas y mentes diferentes pero que pasará cuando se encuentren? Y AUN PEOR
¿¡QUE PASARÁ CUANDO SEPAN QUE SON DESTINADOS!?
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Ya se habían apiado del auto, su amigo fue rápidamente a la parte de atrás para quitar la seguridad y sacar a Nori. La pequeña se había despertado cuando sintió el auto detenerse, abrió sus bracitos para ser cargada y el omega la cargó gustosamente.
— ¿Cuál es tu piso? — Pregunto curioso tratando de que la bebe no se llevara a la boca uno de sus preciados mechones de cabello. — Es el cuarto — Bufo viendo como su hija estaba tratando de comerse el cabello de su amigo, a la vista de la bebe ese cabello era un delicioso postre de frambuesas.
— Nori ya deja el cabello de tu tío Gigi. — Quito las manitas de la bebe del cabello del omega, viendo cómo empezaba a balbucear cosas que solo ella entendía pero de repente vio como su bebé se detenía en seco y dejó los cabello del omega.
— TUTU, TUTU — La pequeña movía su cabecita de un lado a otro exasperada empezando a buscar algo, los omegas la miraron curiosos pero su progenitor no tardó en entender que lo que su bebé buscaba era su chupete al cual le decía "tutú"
Ese chupete era la vida de su hija, si no lo tenía un segundo se volvía una bolita de lloriqueos y se preguntaba cuando llegara el momento de quitarle el chupete ¿Cómo le iba a hacer? Suspiro derrotado.
— Al parecer el chupete se quedó en el auto, Chigiri ¿Podrías ir a buscarlo por favor? — Puso ojos de cachorro abandonó, a la vista de él otro omega está acción era "Cringe" y lo miro con cara de asco, pero cayó derrotado al ver que la bebé ya iba a iniciar a llorar y aunque él ame a los bebés no soporta su griterío así que asintió y fue a su auto a buscar ese dichoso chupón.
El azabache de ojos morados no los espero y empezó a subir las escaleras dándose cuenta de que no tenían ascensor como en su lujosa mansión, bueno ya no era su lujosa mansión, pero lo positivo era que todos los días iba a hacer ejercicio subiendo y bajando esas escaleras, se dio una cachetada mental para dejar de pensar tanto, él decidió hacer todo esto por su hija y por el.
Sonrió esto no era nada, solo una vida de pobre, pero esto no era nada, esas escaleras no eran rival para el.
Ya iba apenas por el segundo piso y se sentía que iba a morir.
Enserio como la gente de este edificio aguantaba esto todos lo días, a este paso iba a quedar mas flaco que un palo subiendo y bajando escaleras, siguió subiendo casi muriéndose pero al ver que ya solamente le faltaban unas cuantas escaleras y llegaba a su piso, se limpió el sudor por que puede estar cansado pero nunca derrotado.
Llegó a su apartamento viendo que a su lado había otra puerta, el ya sabía que iba a tener vecinos así que no se sorprendió, bajo su mano hacia los bolsillos de sus pantalones buscando las llaves del que ahora sería el nuevo hogar de él y de su hija sonrió esta sería su nueva vida dispuesto a introducir la llave en la puerta pero se detuvo al sentir un olor algo particular pero que hizo a su omega interior despertar de golpe.
