Parte Única

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Feng Xin entró apresuradamente a su apartamento. Suspirando de alivio cuando sintió el calor de su hogar en su piel. 

A mitad de su camino de regreso a su casa el granizo lo golpeó fuertemente. Era extraño que eso pasara, pero, cuando vió el pedazo de hielo que cayó del cielo golpeando el suelo solo pudo proteger la caja que tenía en manos. 

Varias veces hubo pedazos de hielo que lo golpearon fuertemente, y solo pudo correr para evitar que lo siguieran molestando. 

Una vez dentro, dejó su saco en el perchero de la entrada, sus zapatos los puso en el zapatero y, luego de quitarse sus calcetines, se puso unas chanclas. 

Dejó la caja que tenía en las manos y que había cuidado desde que lo atacaron los granizos en la mesa. 

Subió las escaleras y fue hasta su cuarto, viendo un bulto entre las sábanas de su cama, sonrió con suavidad. 

Caminó suavemente, intentando no llamar la atención del bulto, y cuando estuvo frente a él, golpeó la cama, haciendo saltar al bulto. Las sábanas volaron, dejando al descubierto al bulto, que se había convertido en un gato blanco con pequeñas manchas negras en su cabeza y lomo. 

El gato se quedó parado en la cama, mirando a su dueño, parecía desconcertado pero a la vez enojado. Feng Xin se inclinó hacia la cama, y tomó al gato en sus brazos bronceados, acercándolo a su cara y llenando la pequeña cabecita mitad negra de besos. El gato empezó a retorcerse y arañar al humano. 

Luego de una buena sesión de cariños, Feng Xin se separó. 

— Qing-er, ¿Sabes qué día es hoy? —dijo el castaño hacia el gato que aún seguía a la altura de su cara. 

El gato solo maulló. 

— Hoy fue el día que te encontré hace 5 años, y traje un postre para festejarlo —contestó el mismo hacia su pregunta. 

Los ojos plateados del gato brillaron y maulló dulce. 

— Solo espérame un momento Qing-er, me cambio y bajamos  

Feng Xin dejó al gato en la cama y se volteó, empezando a desabrochar su camisa blanca, flexionando la espalda cuando se sacó las mangas largas. El gato viendo atentamente el buen espectáculo. 

Luego siguió con sus pantalones, Qing-er veía las piernas largas y tonificadas del humano y maulló dulce. 

Feng se volteó hacia él y preguntó— ¿Te gusto pequeño? —bromeó. 

El gato, mientras se recostaba en la cama, volvió a maullar feliz. Ésto hizo reír a Feng Xin. 

Después de ponerse unos pantalones grises cortos de chándal tomó, nuevamente, al gato en sus manos, y lo acurrucó en sus brazos como a un bebé. Salió de su habitación y bajó las escaleras, llegando a la cocina se sentó en una silla y puso al gato encima de la mesa. 

— Qing-er, este es un regalo para ti —dijo señalando la caja gris con agarraderas.

Feng Xin acercó la caja hacia el mismo y la abrió, el animal mirando expectante la caja. 

Lo primero que sacó fue una caja más pequeña de cartón, la abrió y eran unas galletas de salmón y calabaza, sabía que a su gato le gustaban mucho esas y había comprado en una cantidad considerable. 

La cara del gato se iluminó y fue hasta las galletas. Empezando a lamer una de salmón. 

Lo siguiente que sacó el humano fue un collar negro, de cuero y delgado, con un broche en forma de luna, que tenía grabado por el frente "Mu Qing" y por la parte de atrás "De Feng Xin". 

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2023 ⏰

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