Dejarte ir [BakuDeku]

V

No soy católica así que si me equivoco en algo siéntanse libres de corregirme
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El tiempo transcurrido desde aquella fiesta no era mucho sin embargo la amistad que Izuku y Katsuki habían estado forjando era bastante profunda y realmente sincera sin otras intenciones, era una amistad muy bonita ante los ojos de todos aunque para algunas personas les pareció que había algo más, algo de lo que los dos involucrados tal vez no eran conscientes aún. Para la época en la que vivían, el tipo de amistad que tenía el rubio y el pecoso, pasaba algunos límites a lo que se consideraría "común", pero nadie decía nada pues creían que era de esas amistades que pocos logran tener.
Toga y Ochako eran las únicas que tenía la sensación de que había algo oculto en esa amistad, sin embargo están conscientes de que ambos chicos no estaban preparados para escuchar lo que ellas sospechaban. Sin duda era algo difícil de explicar y por eso las amantes se habían juntado en la iglesia a las 2 a.m de la noche, para poder hablar sobre la situación, a pesar de estar consientes de que era algo que no les cumbiera.

-Ee verdad cariño, puedo ver cómo el amor está creciendo entre ellos dos, pero no se dan cuenta y creen que sólo se trata de una amistad especial- Dijo Uraraka mientras limpiaba un santo- ¿A caso son ciegos?, ¿Tan poco se conocen a sí mismos?

-No... lo que pasa es que no están preparados para aceptar que su amistad va más allá de lo permitido entre dos hombres- Habló Toga a modo de burla.

-Toga, yo sí tengo la esperanza de que en algún momento, Kacchan y Zuzu estarán preparados para dar un paso más, pero necesitan un empujón-.

-¿Pero qué dices cosas dices Cariño? Tu eres monja, predicas la palabra de Dios ¿pero te dedicas a juntar parejas homosexuales como Murió y Tamaki?, rompes todas tus creencias teniendo una relación conmigo y encubriendo las apasionadas noches de Jiro y Denki, no están casados... Los dejas Fornicar, ¿Ahora quieres que es ese puro y santo ángel este con Katsuki? Estás haciendo todo lo que una monja no debería...

Toga, lejos de sonar preocupada o como si estuviera llamándole la atención a su novia, lo decía más bien con un tono burlesco y de jugueteo. Ochako por su parte se mantenía serena mientras dejaba reluciente la figura del santo.

-Uraraka, yo sí quiero predicar la palabra de Dios pero hay algo que esta iglesia está haciendo mal y es distorsionar la verdad de esto, nuestro señor es amor y no va a juzgar a ninguno de sus hijos por amar... yo quiero enseñar eso aunque me cueste la vida en algún momento-

-No... A mí me han castigado en público sólo por las sospechas de amarte y los rumores de que me gustan las chicas y no se equivocan... Pero prefiero que esos rumores continúen para ser yo quien sea castigada en lugar de ti, y en algún momento escaparemos de este maldito lugar-.

-Se qué te dije que en algún momento tú y yo escaparemos para vivir nuestra vida juntas, y créeme que lo haremos en su debido momento pero por ahora necesito tiempo... Aún hay cosas que quiero enseñar como ya te dije-.

-¿De verdad vas a esperar tu libertad y felicidad por qué quieres predicarle a un mundo homofóbico, racista y clasista qué Dios no juzga realmente a los homosexuales o a los negros? Es como dijiste antes, este mundo aún no está preparado para esa conversación-.

-Sí, Toga, es lo que quiero... Siento que de verdad puedo hacer un cambio aunque sea pequeño, siempre hay alguien que te escucha-.

-Quisiera apoyarte cariño pero se en lo que va a terminar y no quiero que corras ningún riesgo... Me he aguantado todas las humillaciones públicas y castigos para poder protegerte... ¿Y resulta que ahora no te da miedo exponerte? ¿Entonces por qué no lo dijiste antes? Me hubiera ahorrado muchos problemas y le hubiera evitado sufrimiento al pequeño Kota- Parecía molesta-.