Dejarte ir [BakuDeku]

X Fin

Final

.

.

.

-Pov Izuku-

sentí una sensación de calma y felicidad que solo Katsuki podía brindarme. Su presencia era como un refugio en medio de la agitación del mundo exterior. Cada palabra que compartíamos, cada silencio compartido, solo fortalecía mi convicción de que lo amaba profundamente.

Mientras nuestras voces se desvanecían en el viento, nuestras miradas se encontraron en un entendimiento tácito. Habíamos superado tantos obstáculos juntos, habíamos compartido risas, discusiones y momentos de apoyo incondicional. Era como si cada uno de esos momentos nos hubiera llevado a este punto, a este sentimiento que había crecido dentro de mí.

Respiré hondo, reuniendo mi valentía para lo que estaba a punto de decir y entregar lo que podría cambiar mi vida.

—¿Por qué estás tan temprano aquí? Pensé que nos veríamos en la fiesta de hoy — Dijo sonriente Katsuki— Estoy feliz de verte...

Algo que no esperaba fue el beso que Kacchan me dio en la mejilla, jamás me había dado uno así, sin razón—.

—Kacchan, hay algo que quiero compartir contigo. Es sobre la foto que nos tomamos juntos en la fiesta. Me di cuenta de que ese momento capturado significa mucho para mí, porque... porque representa algo que quiero expresarte...

Katsuki parecía intrigado pero también un poco confundido.

—¿A qué te refieres, Zuzu?

Saqué la foto de mi bolsillo y la sostuve en mis manos temblorosas.

—Esta foto, Kacchan, es un recuerdo de la noche en que nos divertimos tanto juntos. Y... también es un recordatorio de algo que quiero decirte desde hace tiempo—.

Katsuki miró la foto con curiosidad, sus ojos analizando la imagen. Luego, finalmente, me miró, esperando a que continuara.

—Je... salimos muy bien Zuzu —.

Tomé una respiración profunda, sintiendo cómo mi corazón latía aceleradamente.

—Lee lo que escribí para ti, está detrás de la foto. ¡Pero léelo cuando estés solo!

No dijo nada más, se fue corriendo de la casa Bakugo. Quería llegar a su cuarto y encerrarse ahí por la vergüenza que sentía. Pero no llegó al ser empujado a un callejón, encontrándose ahí ese par de ojos que lo atormentaban y lo hacían sentirse reducido a un muñeco de trapo.

—¿Qué? ¿Acaso no dirás nada? ¿Ya te olvidaste de mí?

—Hola... T-Tomura—.

—¿Te olvidaste del trato que hicimos?

—No...

—Parece que olvidaste una parte importante de nuestro trato... Habrían consecuencias graves si me fallabas-.

—Es que yo... Yo ya no quiero seguir siendo tu juguete, no me gusta nada eso- Dijo Izuku mientras retrocedía—.

—Belleza... Para mí tú nunca fuiste un juguete, tú para mí eras mi amante favorito, el más lindo de todos—.

—Yo no siento eso y lo sabes, tú sabes dónde está mi corazón...

—Pasamos muchas cosas juntos, te enseñé tanto y aún me rechazas—.

—Solo me usaste en tu cama Tomura, no vivimos nada especial—.

El adulto se acercó al pecoso acorralándolo contra una pared, parecía furioso y triste a la vez ya que sus ojos estaban inundados de lágrimas. Izuku no entendía nada y jamás pudo comprender realmente a Shigaraki.