𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐: 𝐓𝐡𝐞 𝐄𝐧𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐞𝐚𝐥𝐢𝐭𝐲

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El encuentro con Jaeyun había dejado a Heesung con una mezcla de emociones. La familiaridad en los ojos de Jaeyun, la forma en que se habían reconocido, confirmaba la conexión que habían compartido en sus sueños. Sin embargo, el peso de lo desconocido seguía presente.

Después de ese primer encuentro fortuito, Heesung se encontró pensando constantemente en Jaeyun. ¿Cómo era posible que la persona de sus sueños se hubiera materializado en la realidad? Las dudas y preguntas llenaban su mente mientras intentaba comprender el significado detrás de esta extraña convergencia.

Un día soleado, mientras caminaba por un parque repleto de árboles verdes y flores en pleno resplandor, Heesung recibió un mensaje en su teléfono. Era un mensaje de un número desconocido, pero el contenido le dejó sin aliento.

"Nos vemos en la cafeteria "Musetta" a las 5:00 -Jaeyun"

El corazón de Heesung latía con fuerza mientras miraba el mensaje una y otra vez. ¿Era posible que Jaeyun también sintiera la intensidad de su conexión? Siguiendo el impulso del momento, Heesung se dirigió al lugar que había mencionado en el mensaje.

Era un café con encanto, un lugar tranquilo rodeado de libros y aroma a café recién hecho. Heesung entró y se encontró con la mirada de Jaeyun, que estaba sentado en una mesa al fondo. Sus ojos se encontraron, y todo pareció detenerse de nuevo. Como si los dos fueran los únicos habitantes de ese mundo, inmersos en su propia historia.

Se sentaron uno frente al otro y el silencio llenó el espacio entre ellos. No había nada de incomodidad; por más extraño que sonara ninguno de los dos estaba incómodo.

Lo único que los rodeaba era incertidumbre, confusión. Querían soltar tanto y nada a la vez, y fue entonces cuando Heesung se atrevió a romper el silencio:

—Debo decir que tu mensaje me quitó el aliento, y aunque se veía bastante firme, me sorprendió muchísimo la idea de que me escribieras. ¿Cómo conseguiste mi número? -preguntó Heesung con un tono que sonaba calmado pero escondía su nerviosismo.
Y no era por el hecho de que hubiera conseguido su número sin el dárselo; era por la idea de que estaban frente a frente.

—Sé que sonará como una locura, pero al principio solo quería hablarte, y no fue difícil conseguir tu número -dijo algo avergonzado por su atrevimiento-.
— Sé que mi mensaje pudo sonar raro, y realmente no esperaba que lo contestaras, pero podría jurar que mis dedos se movieron por sí solos, y cuando me percaté, era tarde -dijo.

Y a pesar de que Heesung lo escuchaba, su mirada se perdió en él, detallando cada cosa de él, desde su piel hasta las prendas que vestía. Se notaba por su ropa que Jaeyun tenía dinero, y estaba casi seguro de que no tenía que ser adivino para saber que el Audi rojo estacionado afuera de la cafetería era suyo.

— Si te soy sincero, me siento igual. Nunca me hubiera pasado por la mente venir aquí. Después de todo, eres un desconocido, pero mis pies actuaron por sí solos y cuando lo noté, ya estaba aquí -le confesó Heesung, sintiendo un nudo en la garganta.
A pesar de las incertidumbres y las lagunas en sus recuerdos, la conexión entre ellos era innegable. Era como si los fragmentos de sus sueños compartidos se estuvieran uniendo en ese momento. Los dos jóvenes comenzaron a hablar; sus palabras fluían como ríos que habían encontrado su curso.

— Yo... esto sé que puede sonar como una locura, pero siento que te conozco. Estar aquí en este momento solo me da una fuerte sensación de que ya lo viví.

— Como un déjà vu... -terminó Heesung-. Yo me siento exactamente igual y en serio me siento demasiado cómodo contigo a pesar de que no te conozco de absolutamente nada.

— Es una locura, pero podría jurar que esto no es una coincidencia. Esto sucedió antes y siento que tenía que volver a pasar -dijo jaeyun con tanta seguridad que incluso él estaba sorprendido por sus palabras.

En ese momento, Heesung supo que este encuentro no era una casualidad.
Heesung concluyó con un suspiro emotivo:

— En verdad, ahora lo tengo claro. Este encuentro no es fortuito. pero debo decir que aun asi sigue siendo demaciado soprendente

El silencio que siguió a sus palabras estaba cargado de un significado profundo, como si sus destinos pudieran entrelazar sus hilos en ese instante.
— Creo que este es un buen momento para intercambiar nuestros números -dijo Jaeyun, tratando de romper el silencio que había caído sobre ellos, aunque todavía se sintió un tanto avergonzado por el hecho de que él ya tenía el número de Heesung registrado.

— Ah, claro. Dame un momento para guardar el tuyo -respondió Heesung, sacando su teléfono y tomando un breve momento para teclear la información. Listo.

— Entonces, ¿nos mantendremos en contacto? -preguntó Jaeyun, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas debido al tono esperanzado que había adoptado.

— Claro que sí. Podremos hablar constantemente, no te preocupes por eso -dijo Heesung con una sonrisa, encontrando encantadora la timidez de Jaeyun.

— Bueno, me temo que debo irme ya. Espero que podamos hablar pronto -dijo Jaeyun, levantándose de la mesa y permitiendo que Heesung notara por primera vez lo pequeño que era. No parecía medir más de 1,70. Heesung se puso de pie también, observando aún más la diferencia en estatura, y sonrió para sí mismo ante ese detalle.

— Lo mismo digo, Jaeyun. Estaré esperando ansiosamente volver a verte -afirmó Heesung, extendiendo su mano, que fue rápidamente tomada por la mano pequeña y delicada de Jaeyun. Se dio un apretón suave como despedida, y en el momento en que soltó sus manos, una sensación reconfortante se apoderó de ambos.

Caminaron juntos hasta la salida, observando cómo Jaeyun se alejaba y subía a su Audi rojo, tal como Heesung había supuesto. Una vez que el coche desapareció de la vista.
Heesung emprendió su camino hacia su apartamento, lleno de pensamientos y emociones tras este inesperado y conmovedor encuentro. Recordó fragmentos de sus sueños compartidos, las risas y las confidencias, y supo que había estaba destinado a estar allí en ese momento; Era un capítulo en la historia que habían comenzado en sus sueños y que parecía tan solo iniciar.

Entwined Destinies: The Well of Forgotten DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora