𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒: 𝐁𝐞𝐭𝐰𝐞𝐞𝐧 𝐏𝐚𝐬𝐭 𝐀𝐧𝐝 𝐏𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭 𝐈𝐧𝐭𝐞𝐫𝐰𝐢𝐧𝐞𝐝

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Los días pasaron en un torbellino de emociones y experiencias compartidas. Heesung y Jaeyun se volvieron inseparables, sus corazones unidos por la amistad que habían construido juntos. Cada día traía consigo nuevos momentos de risas, confidencias y descubrimientos, y el lazo entre ellos se volvía más profundo con cada latido.

Un día, mientras exploraban un mercado callejero lleno de colores y aromas tentadores, Heesung se detuvo frente a un puesto de antigüedades.

Miró un collar de plata con un colgante de diamante azul, sus ojos brillando con un destello de nostalgia. — Recuerdo haber visto algo parecido en uno de mis sueños — murmuró Heesung, sus dedos rozando el colgante.

Jaeyun asintió con una sonrisa. — Quizás es un recordatorio de que nuestros sueños están enredados de alguna extraña manera con nuestra realidad.

Heesung miró a Jaeyun con una sonrisa. — Puede que sí, es una bonita idea pensar que estamos juntos ahora por nuestros sueños, constantemente se siente como un cuento de hadas.

Jaeyun sostuvo la mirada de Heesung, su expresión llena de genuina felicidad.
— A de ser un cuento de hadas muy lindo si es junto a ti — comentó con un delicado tono carmesí sobre sus mejillas.

Mientras los días se convertían en semanas y pasaban volando, Heesung y Jaeyun continuaron su viaje. Cada experiencia, cada conversación profundamente significativa, los llevó a comprender más sobre el otro.

Un día, mientras paseaban por un parque en pleno otoño, las hojas doradas caían en espiral desde los árboles. Heesung se detuvo y miró a Jaeyun con una sonrisa traviesa. — ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?

Una sonrisa se plantó en los labios de Jaeyun grabando mientras observaba las hojas caer con gracia. — Fue hace tanto tiempo, pero aún así se mantiene muy vivido, ¿sabes?

Heesung rió suavemente. — Fue realmente mágico, ¿sabes? Creo que es de mis mejores recuerdos. Fue el inicio de todo.

Jaeyun sonrió mientras los recuerdos volvían a él. — Sí, eso es cierto; fue muy her-... lindo — se cortó, nervioso.

Se sentaron en un banco, el sol de otoño calentando sus rostros. El murmullo del viento entre los árboles les grabó fragmentos de sus sueños compartidos. Habían tejido una historia única, una que se entrelazaba entre pasados ​​y presentes.

En ese instante, Heesung sacó algo de su bolsillo y lo sostuvo en su mano extendida. Era el collar de plata con el colgante de diamante azul que había visto en el mercado.

— Quiero que tengas esto, Jaeyun. Desde que lo vi, solo pude pensar en ti y creo que te quedará mejor que a mí.

Jaeyun miró el collar con asombro y luego a Heesung. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, supieron que este era un regalo más allá de lo material. Era un símbolo de la amistad que habían construido, una amistad. Tuvo que recordarse Jaeyun para calmar su sonrojo.
— Gracias, Heesung - dijo Jaeyun, tratando de que su voz no sonara tan emocionada. — Nuestros caminos pueden haber comenzado en los sueños, pero han convergido en una realidad que valoro profundamente.

Así, en medio de las hojas doradas y el susurro del viento, Heesung y Jaeyun continúan en su viaje, entre pasados ​​y presentes entrelazados. Sabían que habían encontrado algo raro y hermoso en el otro, algo que trascendía el tiempo y el espacio. Juntos, se embarcaron en un futuro lleno de esperanza y posibilidades, una historia que había comenzado en los sueños y ahora estaba siendo escrita en la realidad.

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El mercado del reino estaba lleno de vida y color, con puestos que ofrecían una variedad de productos que iban desde alimentos frescos hasta exquisitas joyas. Heesung y Jaeyun se deslizaron entre la multitud, disfrutando de la emoción que el mercado traía consigo.

— Es emocionante estar aquí. Últimamente mi padre no me deja salir mucho del castillo - dijo Jaeyun, con los ojos brillantes mientras observaba a su alrededor.

Heesung sonrió, encantado por la emoción de Jaeyun. - Pues ya estamos aquí, es un lugar donde puedes encontrar todo tipo de tesoros. Y hablando de tesoros...

Jaeyun le miró con curiosidad. Heesung le guiñó un ojo y dijo: Tengo algo que quiero mostrarte. -

Finalmente, encontro un lugar tranquilo detrás de un puesto de telas exquisitas. Heesung miró a su alrededor, asegurándose de que nadie les estaba prestando atención. Luego, sacó de su bolsillo un pequeño paquete envuelto en tela y se lo ofreció a Jaeyun.

— Es para ti - dijo Heesung con una sonrisa.

Jaeyun miró el paquete con curiosidad y asombro. - ¿Qué es? -

Heesung desenvolvió cuidadosamente el paquete para revelar un hermoso collar de plata con un colgante de diamante azul. El diamante brillaba con destellos de luz, reflejando el color del cielo en un día despejado.

Heesung miró el cuello con una sonrisa. -Jaeyun, este collar me recordo a ti automáticamente. Quiero regalártelo-.

Jaeyun se quedó sin palabras mientras observaba el collar. - Heesung, es hermoso, pero no puedo aceptar un regalo tan valioso -.

Heesung le miró a los ojos con cariño. -Jaeyun, no es el valor material lo que importa. Es el significado detrás de este regalo. Cuando vi este collar, pensé en tu belleza y en el brillo de tus ojos. Quiero que tengas algo que te recuerde lo especial que eres para mí .-

Las palabras de Heesung hicieron que el corazón de Jaeyun latiera con fuerza. Aceptó el collar con gratitud y se volvió hacia Heesung. - Gracias, Heesung. Es un hermoso regalo y significativo. Siempre lo llevaré cerca de mi corazón.-

Heesung fortaleció la mano y acarició suavemente la mejilla de Jaeyun. - Solo quiero verte feliz, Jaeyun. Quiero hacerte sentir especial, porque eres la persona más especial para mí.

Jaeyun sonrió, sintiendo un cálido nudo en su pecho. Se acercó a Heesung y lo abrazó con suavidad. - Eres increíble, Heesung. No sé qué haría sin ti.

Heesung sonrió enormemente, separándose del abrazo y tomó el collar. Se acercó a Jaeyun y lo coloco suavemente alrededor de su cuello. - Ahora, siempre estarás acompañado por un pedacito de mí, sin importar dónde estemos.

Jaeyun tocó el colgante con cariño y luego miró a Heesung con un brillo en sus ojos. - Y tú estarás en mi corazón, siempre -.

Ambos se quedaron mirándose, compartiendo un momento de conexión profunda y amor sincero en medio del bullicio del mercado. En ese instante, el regalo simbolizaba mucho más que una joya hermosa; representaba la relación que ambos resultaron y el amor que florecía entre ellos.

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Entwined Destinies: The Well of Forgotten DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora