𝖉𝖆𝖗𝖊 ★ 𝙊𝙥𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙈𝙚𝙢𝙗𝙚𝙧 ˖ 💭 𝓿

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Apenas llegaba al lugar que la formaría y su cuerpo quedó atascado en incertidumbre.

¿Le iría bien? ¿Podría realmente con ello? Eran las principales interrogantes que se alojaron en su cabeza apenas puso un pie en aquel campo abierto.

No sabía lo que le depararía ese sitio desconocido, pero se podría hacer una idea aproximada teniendo en cuenta el conocimiento que tenía de su propia carrera, la que ella había escogido para su futuro.

Llegó sin el más mínimo guión, o el más pobre plan sobre lo que haría. Lo único de lo que estaba clara era de que si hubiera creado uno para su estadía allí, se habría roto a las menos ya; ¿por qué? Por él. Un desconocido que paradójicamente le había hecho conocer las entrañas de la atracción.

Solo dios sabe cuan hipnotizada se encontró bajo su mirada penetrante, discordantemente genuina, atrayente, asomada entre aquellas pestañas de ensueño, realmente difíciles de encontrar en un chico. Diferente, pero hermoso, sin dudas su atributo predilecto.

Se sintió tentada a probar aquellos carnosos cerezos que amenazaban con tener un acercamiento con los suyos, expectantes.

Se acobardó al instante por su salamera y juguetona actitud y prefirió jugar a tener algo de conserva y a hacerse rogar; no sería totalmente malo ¿no?.

Le hizo caso omiso a sus verdaderos deseos y prefirió por ese instante no besarle. Sin embargo, el arrepentimiento le golpeó la espalda como un chorro de agua gélida y aún se preguntaba por qué no le había seguido la corriente, pero por el momento era tarde.

Pasaron los días y la chica se sentía cada vez más impregnada de aquella aura enigmática. El chico comenzaba a pasar demasiado tiempo rondando en sus pensamientos y eso la asustaba un poco.

Sentía curiosidad, necesitaba saciarla y poco a poco fueron solventando sus dudas sobre el otro con interacciones amenas y tranquilas.

Por otra parte, lo que había empezado por simples besos y calentura, comenzaba a tomar una forma más preocupante. Caricias, miradas furtivas y llenas de estrellas, besos cada vez más pacientes y llenos de suavidad, sonrisas, paz absoluta, tímidos y a veces lanzados "te quiero" en mitad de abrazos casuales que se habían hecho una costumbre entre ambos.

Madre mía, ella lo veía tan hermoso a sus ojos que le era imposible no querer mimarlo, tratarlo como un niño y seguidamente parecer un par de ellos mordiéndose con cariño o simplemente rozando sus narices con afecto.

Él tenía novia y ella lo sabía, pero aún así se arriesgó. Fue casi imposible no caer por más que su mente le advertía a menudo las consecuencias que podría traer para ella, pero simplemente pasó, aún si ella no sabe como.

Canciones iban y venían con el nombre del varón en sus recuerdos, letras dedicadas mirándose con el corazón desbocado pecho adentro.

La idea de dormir con alguien se le había hecho poco atractiva hasta que sucedió, tirados en el suelo despreocupadamente, ignorando a todos alrededor.

¿Y por qué todo comenzaba a cobrar sentido si ocurría con él?

Tampoco se explicaba el cortocircuito que le provocaban sus besos; el deseo que aparecía infalible cada que entraba en su campo visual su figura, uno que la quemaba de una forma casi ilícita; lo insaciable que se volvía si de él se trataba.

Sentía la alarmante necesidad de sentirlo, de tenerlo, de hacerlo suyo y de que él la tomara de igual forma. Se había vuelto severamente adictivo de la forma más inesperada.

Dios, todo de él le encantaba, desde el café de sus ojos, hasta la tonalidad de su piel.

Él era prohibido, y la telaraña de los prejuicios ajenos la fue envolviendo cada vez más. Quería que él fuera solo suyo y quería ser solo suya también.

Tan solo si se diera cuenta de que en realidad lo quiere, de que lo necesita y extraña si no están cerca, tal vez si entendiera que últimamente solo él abarca sus pensamientos, quizá si notara que él es el único para ella; tantas posibilidades habría entonces.

Él cada vez entendía menos el hecho de que ella se quedara a su lado conociendo que sería suyo en fracciones de tiempo y no en su totalidad y siendo franca, ella lo entendía menos.

Ella ya no quería esconderse y solo rezaba porque algún día el también se estremeciera en cada beso, en cada toque; que se enamorara de su forma atenta y afectuosa; que la mirara a los ojos y se sintiera afortunado de tenerla; que la pensara día y noche como ella lo hacía; que apreciara como ella, los pequeños, pero verdaderos momentos que pasaban juntos.

Negaba estar enamorada bajo cualquier concepto, pero más cerca no pudiera estar y aquello la ponía en alerta absoluta, se estaba engañando a sí misma.

Le quedaba esperanza a pesar de que él no le había asegurado nada antes y ojalá, ojalá la venda de sus ojos se deslizara pronto porque ella, deseaba que lo de ambos no quedase en una pobre visión de espejismo.

🐺💛

🍂  Ꮺ  ࣪  ִֶָ    𝙎𝙏𝙍𝘼𝙔 𝙆𝙄𝘿𝙎 𝙏𝙃𝙄𝙉𝙂𝙎 .   ֹ ✶  ׅ   스키즈.    ?!   ۫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora