Un día de libertad

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Blair

Después de hablar con Kara todo el día y platicar un poco sobre nosotras y planear todo lo que haríamos mañana, ya era demasiado tarde así que salí para dejarla descansar tratando de no pensar mucho ya que lo que estaba a punto de hacer es como una traición directa hacia la única chica que le había devuelto un poco de su felicidad en el tan poco tiempo que haba estado junto a ella, las dos estábamos destrozadas por las circunstancias que nos pusieron justamente para acabar juntas.

Quería tratar de decírselo, pero era inútil ellos estaban acorralándome y no tenía más opciones que tratar de defenderla de monstruos como ellos, cuando era solo una niña perdida tratando de buscar ayuda. Me sentía tan culpable que mi corazón latía con fuerza irregularmente y estaba llena de frustración.

Me dirigía a paso firme a esa sala grande en donde jugarían un poco conmigo para sacarme lo que más necesitaban para tratar de llegar a una conclusión lógica para ellos cuando en el fondo yo sabía que esto no terminaría nada bien, pero al final de cuentas yo solo era su marioneta en su cuentito de hadas si es así como se le podría decir.

Entrando me senté tranquilamente, con mi postura más firme que nunca, creo que esto sería algo a lo que me tendría que acostumbrar por esta sensación por un largo tiempo. Pensaba divertirme un poco con toda la información que tendrían en este momento ya que sin duda es algo que no se esperan, saber que en un posible futuro ya nada de esto existirá y que tenemos los días contados, o que somos unas de las pocas tierras que se lograran salvar después de la tal llamada crisis de tierras infinitas que Kara me conto.

Saber quién era ella más a fondo sin duda los estaba matando ya que en cuanto me senté en esa silla y los miré fijamente por unos segundos para mantener mi vista directamente a supergirl, me esposaron y me pusieron esa cosa tan asquerosa en mi brazo la sensación siempre seria desagradable.

Bueno ya sabes el protocolo saca todo a detalle o si no está cosita se hará cargo de todo – dijo Alex mirándome con diversión, sin duda hoy quería divertirme un poco con ellos, como ellos trataban de hacerlo conmigo, solo trataba de devolverles el favor.

Después de no guardarme nada y contarles paso a paso como ella lo explico conmigo, disfrutaba sus rostros llenos de miedo y algunos otros pensando si las teorías de la rubia eran ciertas, mi atención se centró más en Lena, esta me miraba fijamente como si tramara algo a fondo, en el fondo yo sabía que era la única que razonaba las cosas para llegar a una conclusión prudente no como los demás. Era la única que lo tomo con una tranquilidad demasiado envidiable, no me sorprendería si después de todo ella investigara a fondo tratando de dar una respuesta completa y verdadera.

Después de divertirme un poco me soltaron no sin antes decir algo y salir tranquilamente con las manos en los bolcillos para dirigirme a mi departamento y descansar. Desperté más temprano de lo normal debía de recoger a la tonta rubia para disfrutar de un día entero de libertad junto con ella, esperando a que sea tiempo suficiente para que se recupere totalmente.

Me duche y me arregle con ropa casual ya que no trabajaría y hoy era un día muy soleado, podría decir que el mejor en los últimos meses, me dirigí a la DEO y al llegar me recibió Alex junto con Lena y supergirl y en una silla de ruedas estaba mi rubia, evidentemente todavía no podía caminar.

Hola – dije con seriedad acercándome a la rubia y abrazándola un poco preguntándole pequeñas cosas como, que tal tu noche, te sientes lista, que quieres desayunar hoy, podremos ir a algún parque cerca, ella estaba muy emocionada y me respondía con una gran sonrisa

Con eso trataba que las demás presentes se dieran cuenta que ella no era peligrosa y que era más a una niña pequeña estando totalmente indefensa – Te comprare ropa sin duda está esta horrible – dije mirando los trapos con la que la tenían

Aún no es tarde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora