D I E Z

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Con sus miradas aún bloqueadas, Namjoon apenas pudo permanecer quieto mientras observaba como Seokjin cogía el auricular del teléfono conectado al panel del ascensor.

Después de una pausa de una fracción de segundo, Seokjin habló con el interlocutor: —El botón de emergencia acaba de atascarse accidentalmente.

En alguna parte del cuerpo de Namjoon, la válvula de liberación de presión se aflojó y su sangre se convirtió en vapor. Él se echó a reír, incapaz de concentrarse en la conversación, mientras Seokjin hablaba por teléfono. En su lugar, él se obligó a apoyarse contra la pared.

En todas sus experiencias con acción hombre a hombre -el noventa y nueve por ciento de las cuales implicaba al hombre ante él- Namjoon nunca consideró ser el de abajo. Hasta ahora. Tal vez había estado esperando este momento. Esperando por Seokjin hasta el día de hoy.

El hombre colgó, devolviéndole de nuevo a la realidad con el ruido que hizo al posar el teléfono.

—¿Qué dijo? —preguntó Namjoon.

—Dijo que estaremos atrapados aquí por unos cuarenta y cinco minutos.

Es hora de provocar. —Durante cuarenta y cinco minutos ¿Eh?

—Sí —dijo—. Y luego se disculpó por los inconvenientes.

—Él debería hacerlo —dijo Namjoon con una presuntuosa sonrisa—. ¿Qué vamos a hacer para pasar el tiempo?

Seokjin se cruzó de brazos manteniendo la expresión impasible. —Todavía no lo he decidido.

Las palabras sonaron muy parecidas a un tal vez, que era un infierno mejor que la respuesta que Namjoon había obtenido la otra noche, un claro no voy a joderte.

En un intento de mirar como si su corazón no estuviera latiendo a noventa kilómetros por hora, Namjoon se apoyó ligeramente en el pasamanos que tenía tras él, asumiendo una postura relajada con los brazos. La mirada de Seokjin nunca se movió, e hizo una pausa, como contemplando el siguiente movimiento, mientras distraídamente jugaba con el nudo de su corbata.

Jesús, ¿A qué se debió ese cambio?

La voz de Namjoon sonó ruda. —No vas a estrangularme ahora ¿Verdad?

—Lo he considerado. —Exhaló un suspiro—. Varias veces de hecho.

La imagen mental de Seokjin envolviendo las manos en el cuello de Namjoon hizo empeorar su nerviosismo .

—Especialmente hoy —dijo Seokjin con los hermosos ojos ardiendo—. Cuando tuve que ver como saltabas desde un lado del rascacielos después de que me avisaras con tan solo cinco segundos de antelación.

—Admítelo —Namjoon sonrió a pesar de su estado nervioso—. Eso fue caliente.

—Qué lo admita —dijo con el ceño fruncido—. Saltaste para hacerme salir de mis casillas ¿Pensaste que si me volvías lo suficientemente loco lo superaría?

新郎的选择² [ NamJin | JinNam ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora