S I E T E

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Meadowville, California, diez años antes

Seokjin dejó la bolsa de lona sobre la cama de Namjoon y se desplomó sobre el colchón tamaño King-size. Se había pasado semanas preocupado porque iba a conocer a los padres de su novio. Ahora que todo había salido bien, se sentía destrozado, azotado mentalmente por el torbellino que fueron los acontecimientos de este día. Miró al techo de la habitación ubicada en el sótano del hogar en el que Namjoon había pasado su infancia.

—Bonita habitación —dijo Seokjin.

Namjoon cruzó la habitación y se dejó caer en el colchó al lado de Seokjin. —Mis padres la reformaron cuando estuve la primera vez enfermo durante la escuela secundaria. —Él soltó un bufido divertido—. Un premio de consolación para compensar el sentirme como una mierda durante la quimioterapia, supongo. Por cierto —él giró la cabeza para mirarle con una expresión de disculpa—, siento lo de mi madre.

La sonrisa de Seokjin era tan amplia que le dolían las mejillas. —Ella es genial.

Ella era todo lo que su madre no había sido cuando salió ante su familia: Solidaria, cálida y ferozmente protectora de sus sentimientos. Rasgos que obviamente había pasado a su hijo. Y cuando ella había presentado a Seokjin como el novio de Namjoon ante su familia y continúo el anuncio con un, si alguien tiene algún problema con esto que venga a verme y yo le pondré derecho, algo cambió en el pecho de Seokjin.

Al igual que un amplio vacío que se había llenado y se había hecho más pequeño.

Él estudió a Namjoon. —No tienes que disculparte por tu madre.

—Tal vez no —dijo— pero ella no necesitaba pasar toda la cena de acción de gracias interrogándote sobre mi salud. —Él elevó los ojos en un gesto de Dios sálvame—. Está convencida de que voy a entrenar tan duro en las prácticas de fútbol que acabaré cayendo muerto o algo por el estilo. —Una sonrisa traviesa apareció en su cara —. ¿Crees que debo decirle que tengo más riesgo de sobre esforzarme en nuestra cama?

Ignorada la previsible oleada de necesidad, Seokjin luchó por poner una mirada seria. —No seas ridículo.

Namjoon se dio la vuelta, acorralando a Seokjin por debajo de él. La chispa en los hermosos ojos de su novio y el pene parcialmente duro que tenía entre los muslos envió una ráfaga de calor que hizo levantar su pecho.

Mierda.

¿Cómo lo hacía su novio? Pasaba de reflexivo y preocupado a excitado en menos tiempo del que tardaba en parpadear. Y, como de costumbre, el cuerpo de Seokjin tembló en respuesta. Él suponía que imaginarse teniendo sexo, era parte de la experiencia universitaria. Y, sí, él quería pasar cada minuto de su tiempo libre descubriendo nuevas y creativas maneras de hacer que su novio se corriera.

新郎的选择² [ NamJin | JinNam ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora