El Bosque De Lirio- En Curso (Primer Libro De La Trilogía Liliom)

Capítulo 6.- Los hermanos LeBlanc

Narrador desconocido

Domingo, 30 DE SEPTIEMBRE

4:35 a.m.

—Ya te dije, que quiero que te hagas cargo de la chica, no sé a qué estás jugando, te lo dije claramente.— me señala con el dedo, hace eso cuando está enojado, pero la expresión de desinterés en mi rostro no cambia.

—Lo sé, solo, necesito tiempo.— digo con aburrimiento, me da una mirada llena de enojo.

—Tiempo, tiempo es lo que nos falta fiú testvér, ¿tu crees que con observarla de lejos vas a conseguir algo?

—No.— ruedo los ojos con cansancio, ya va más de media hora diciendo lo mismo, ¿tanto le cuesta cambiar el tema de conversación?

—¡¿Entonces?!, más te vale que para el próximo domingo ya haya un avance, si no quieres que le deje ésto a Asturt, ¿Entendido?

—Si.—ruedo los ojos.

—Puedes irte.— dicho eso salgo los más rápido de su despacho, me cruzo a Danxís en la puerta principal, salgo de la casa y me voy combinando hasta la casa de la chica, subo por el árbol que va a dar a su ventana, me quedo ahí por unos minutos, escucho como su respiración se agita y sus latidos se aceleran, está teniendo una pesadilla, me meto a su cabeza, la hago despertar.

Se sienta en la cama, luego se levanta y sale de su habitación, reviso mi teléfono, lleno de notificaciones de mensajes de Margareth, están ahí desde hace una semana, antes de que Asturt la matara, muy en el fondo le agradezco que lo haya hecho, ella era muy desesperante, veo a la chica entrar a su habitación de nuevo, se queda quieta frente al espejo, se dió cuenta del pijama, le dije a Scarlett que no la cambiara, pero al parecer le gusta ignorar lo que le digo, se acuesta nuevamente, la veo dar vueltas por un largo rato hasta que logra quedarse dormida, entro a su habitación por la ventana, la miro dormir, recuerdo el día que la conocí, en un campamento a los ocho años, luego de eso no volví a verla hasta hace poco, que Xael me mandó a seguirla, no sabía que se trataba de ella, hasta que la ví, sigue teniendo la misma energía que hace doce años. Por algún motivo sentía la necesidad de quedarme ahí con ella, pero mejor me fuí, volvería después, al igual que siempre.

Abro la puerta de mi habitación, por la ventana se asoma un rayo de luz, camino hacia ella y la abro, la espesa neblina cubre una gran parte del bosque, no se ve más allá de dos metros de distancia, suena mi teléfono en mi bolso de la chamarra, lo saco y veo.

Llamada entrante

Xael LeBlanc

La rechazo, ya tuve suficiente de él por hoy, saco un cigarro de la cajetilla, lo enciendo, le doy una calada y luego dejo salir el humo lentamente, luego de unos minutos se acaba el cigarro, lo tiro en el suelo y lo piso para apagar lo restante, me saco la chamarra y la playera, le doy una mirada de reojo la espejo que está a mi lado izquierdo, la cicatriz en mi dorso sigue igual, con un ligero tono rojizo, al igual que las otras pequeñas cicatrices que tengo por todo el cuerpo, agarro una nueva playera de clóset, la visto, luego saco una chamarra de cuero negro y me la pongo, salgo de mi habitación y bajo a la cocina, no soy fan de cocinar, pero mi parte humana demanda comida, saco algunas cosas de la nevera y trato de hacer algo para comer, definitivamente ésto no es lo mío.

9:00 a.m.

Mi teléfono vibra debajo de mi espalda, me quedé dormido en el sofá de la sala y el teléfono hizo que despertara, lo saco de debajo de mi, lo reviso, me encuentro con un sin fin de mensajes de Xael y Valery.