El Bosque De Lirio- En Curso (Primer Libro De La Trilogía Liliom)

Capítulo 11.- Olvidarás todo lo que pasó

Sophie

16 DE OCTUBRE

Salgo de mi casa, la brisa sopla en mi cara, empapandome. Comenzó a llover hace como una hora, pero solo hasta entonces bajó la intensidad de la lluvia. Solo salí a tirar la basura, pero aunque el camino era corto, terminé mojada.

—Te dije que te llevaras un impermeable.—me dice mi mamá desde la cocina.

—No lo encontré y decidí aprovechar que la lluvia ya no estaba tan fuerte.

—Lávate las manos y luego vienes a cenar.— sale de la cocina con su plato, se sienta en la comedor.

—De acuerdo.— entro a la cocina ha lavarme las manos en el fregadero, tomo un plato y luego me voy al comedor. Mi mamá comienza a servirme la comida, mientras la espero pacientemente.

—Ayer en la madrugada, escuché ruido en tu habitación, ¿qué estabas haciendo?— me mira con curiosidad.

—¿Yo?- asiente.— Yo no estuve ayer, ¿recuerdas?, me quedé en casa de Eve.—Me mira confundida.

—Claramente escuché que había alguien, pensé que habías venido por algo, no sé.

—No, estuve toda la noche con ella, nos fuimos juntas a la escuela mamá.

—Si, si lo sé. Que curioso.

Ayer cuando me encontraba dormida en la casa de Evelyn me despertó un ruido, al abrir los ojos me dí cuenta que se trataba del chico que por alguna extraña razón podía hablarme telepáticamente y el cuál se había presentado un par de ocasiones. Me levanté con cuidado y fuí con él, me explicó que necesitaba el diario de mi abuela, el cuál yo había tomado antes de regresar a Szürke Hold, y que luego me lo devolvería, le indiqué en dónde podría encontrarlo. Supongo que mi madre lo escuchó mientras buscaba el diario, cuando llegué de la escuela el diario estaba en su lugar.

Al terminar mi cena, levanté mi plato y lo llevé al fregadero, lo lavé y lo dejé en su lugar, mientras lo hacía, pisé una tabla que se sentía suelta, puse un poco de atención y logré ver un pequeño brillo en la abertura. Mi madre entró en la cocina, me sentía curiosa por lo que podía haber debajo, estuve toda mi vida viviendo aquí y no me había dado cuenta de esa tabla.

—Me iré a acostar, me siento un poco cansada, ¿podrías terminar de recoger la mesa?— asiento.

—Si, yo termino.—me sonríe antes de abandonar la cocina. Luego de terminar mis tarea, reviso que no venga. Me arrodillo en el suelo, a un lado de la tabla, la levanto con mucho cuidado tratando de no soltarla para no hacer ruido. Frunzo el ceño, definitivamente no esperaba encontrarme un collar, estaba envuelto en un pañuelo de tela color blanco. Solo parecía ser un collar cualquiera, la cadena era plateada y el dige era una perla rosada con forma de lirio. Lo volví a dejar en su lugar. Me sentía un poco decepcionada, creo que me hice demasiadas ilusiones. Creí que encontraría algo que terminaría incriminando a mi mamá de un horrible delito y que tendría que defenderla de todas las acusaciones.

Subo a mi habitación, me quedo dormida al poco tiempo.

17 DE SEPTIEMBRE

Me sobre salta el timbre de mi teléfono, veo la hora, son las 00:23.

La llamada entrante de Evelyn me despertó. Contesto.

—¿Hola? hablo adormilada.

—¡Feliz cumpleaños!— sonrío, era obvio que lo haría, ya lo predecía.

—¿Era necesario hablarme a ésta hora?