El Bosque De Lirio- En Curso (Primer Libro De La Trilogía Liliom)

Capítulo 7.- Rojo carmín

Un golpe me sobresalta, me levanto lo más rápido que puedo de la cama, otro golpe más, pero éste viene de la parte de arriba de la casa, en el ático, me pongo un suéter luego de sentir el aire fresco entrar por la ventana. Bajo a la sala, no hay nadie, reviso la cocina y vacía, reviso las habitaciones y tampoco hay nadie, subo de nuevo, reviso la habitación de huéspedes para ver si mi mamá está ahí, pero tampoco. Se vuelve a escuchar un golpe seguido de pasos, se me acelera el corazón, mis piernas comienzan a temblar, mi respiración se vuelve pesada, siento el pánico recorrer por mis venas por cada parte de mi, trato de tranquilizarme, tal vez no hay nada y solo estoy haciéndome ideas en mi cabeza, una respiración cerca de mi oído me deja helada, mis vellos se erizan, el sudor recorre mi frente y los lados de mi cara, mi garganta se siente seca, mis frías manos aprietan mi ropa deseando que todo sea un sueño, cierro los ojos con fuerza.

No hay nada, no hay nada, no hay nada.

Trato de tranquilizarme.

El ático Sophie, sube al ático.

Una voz susurra dentro de mi cabeza.

Sophie...

Niego con la cabeza, tratando de sacar esa voz de mi cabeza, esa voz que parece venir de una mujer.

Sube al ático Sophie, hay algo que te interesa ver, sube y descúbrelo.

No es real.

Soy bastante real, abre los ojos Sophie, mírame estoy justo en frente.

Mis ojos se abren presos de la curiosidad, un lindo color lila mi recibe, tan brillante como delicado.

Sube al ático Sophie, hay algo que es tuyo.

Luego de eso solo veo una luz brillante y luego se vuelve oscuridad, ésta vez un rojo carmín me da la bienvenida.

¿Sophie?

Me pregunta la voz del restaurante, esa voz sin dueño que me roba los pensamientos.

¿Qué pasó?

Estás bien, ahora estás bien, ¿okey?

¿Qué pasó?

Te desmayaste, ahora estás bien, duérmete y descansa.

El rojo se va de mi cabeza y solo hay negro.

-¡Sophie!, ¡hija!, ¡ven a comer!- me sobresaltan los gritos provenientes de mi madre, abro los ojos de golpe con el corazón acelerado- ¡Hija!- Se escucha nuevamente la voz de mi madre, está vez logro escuchar de dónde viene, debe estar al pie de las escaleras, me quedo observando el techo unos segundos, antes de levantarme para ir a comer.

Al llegar abajo veo a mi abuela sentada en el sofá.- ¿En dónde estabas Sophie, te estuvimos buscando?- habla desde su asiento sin mirarme, una mueca de confusión se refleja en mi cara.

-Ahh...yo siempre estuve aquí, ¿de qué habla?- Un nudo se forma en mi estómago, el miedo se apodera de mi cuerpo.

-No hija, te estuvimos buscando con tu tía Danna y no te encontramos, pensamos que habías ido a caminar por ahí y luego volverías.- habla mi mamá desde la cocina.

-No, de verdad yo estaba aquí, ustedes eran las que no estaban, las busqué por toda la casa.- El tono de mi voz disminuye con cada palabra.

-Que extraño, nosotras aquí estuvimos, buscamos en toda la casa y extrañamente no te encontramos.- responde mi tía Danna, bajando de las escaleras, mi abuela comienza a reírse.

-Ay, recuerdo, que a ustedes también les gustaba hacer esas bromas, que desaparecían.- se levanta y se va al comedor, ella como siempre se sienta a la cabeza de la mesa.