CAPITULO 4

125 29 6
                                    

—He llamado a tu amigo.

Taehyung levantó la cabeza, apartando la mirada de su cerveza para mirar al barman. —¿A San?

—¿Tu novio?

Taehyung parpadeó por sus ojos borrosos. —¿Mi qué?

—San, tu novio. —Rowoon dijo.

Taehyung sonrió y volvió a mirar a su cerveza una vez más. Taehyung distraídamente quitó la etiqueta. —San no es mi novio. —Taehyung no era tan afortunado.

No es que quisiese estar con San, porque eran amigos y compañeros de piso. Era la idea de pertenecer a alguien lo que le atraía. Taehyung estaba cansado de estar solo y al único hombre que quería, él no le interesaba. ¿Cómo era de irónico? El hombre que él quería, pensaba que era un completo idiota. Taehyung inhaló drásticamente y elevó los ojos de nuevo, una enfermiza sensación empezó a construirse en su estómago.

—¿A quién has llamado?

—Busqué entre los números de tu teléfono y marqué el que ponía “Casa”. Un tipo contestó y dijo que vendría a buscarte.

Taehyung de repente no se sintió tan mareado como hace un momento. De hecho, se sentía definitivamente más sobrio. —¿Te dio su nombre?

—Su nombre es Jin.

—Taehyung

Taehyung gimió y su cabeza cayó a la barra. Conocía esa voz sin necesidad de girarse para mirar atrás. Dudaba que la olvidase jamás, ya que perseguía sus sueños e incluso sus momentos de vigilia. Apretando con sus manos la botella de cerveza, Taehyung envió al barman una mirada asesina. Traidor.

—¿Qué haces aquí Jin?

—Creo que la pregunta adecuada es qué haces tú aquí.

—Hacer todo lo posible porque siga la fiesta.

—Creo que has tenido suficiente —Jin dijo.

Taehyung rodó los ojos cuando la botella de cerveza desapareció de sus manos. Aquí viene. Jin iba a comenzar a darle un sermón y tratarlo como a un adolescente rebelde. Sólo por una vez, a Taehyung le gustaría que Jin lo viese como un adulto, preferiblemente un adulto que quisiera llevarse a casa para follarlo, pero como no iba a ocurrir nunca, se conformaría con que le tratase como a un adulto.

—Jin-…

—Hora de ir a casa Taehyung.

Oh, qué no daría porque fuese cierto. Pero no lo era, y necesitaba recordarlo. Su casa era un apartamento en el pueblo. La casa de Jin era una casa en el campo. Y había millas de distancia entre los dos.

—Llámame un taxi.

—Windy Spring no tiene taxis.

—Pide un coche de bomberos. —San podría traerlo.

—No seas ridículo Taehyung.

—¿Qué si quiero ser ridículo? —Taehyung giró en su taburete, y se agarró al borde del mostrador cuando la habitación empezó a girar. Puede que hubiese bebido un poco de más. Sólo un poco.

—Taehyung vamos.

Taehyung tropezó al bajar del taburete y Jin le agarró el brazo y levantó. Cayó justo sobre Jin. Por un momento, Taehyung se permitió sentir el musculoso cuerpo de Jin contra el suyo. Cuánto sufría por tener justamente esto. La camisa que Jin llevaba puesta estaba apretada, mostrando cada valle y colina del esculpido músculo del pecho y abdomen de Jin.

Taehyung tenía la insana necesidad de lamer cada centímetro de la piel que bien sabía escondía esa pieza de algodón. Taehyung se lamió los labios y subió los brazos, rozando los fuertes músculos de Jin. Dios, ¿había sentido alguna vez algo tan maravilloso? Jin era como una figura mitológica, un glorioso Dios griego en vivo y directo.

WINDY SPRING IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora