CAPITULO 8

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Taehyung apenas pudo suprimir su gruñido cuando Jin y Hyunjin entraron en Oh Koffee Masri donde estaba tomando un café con San y algunos de la estación de bomberos. Jin salió para torturarlo. Era tan simple como eso. El viaje en la montaña rusa se estaba convirtiendo en un tren aproximándose. Jin aparecía en cualquier sitio al que Taehyung iba. Si iba a almorzar al Windy Spring Café, Jin iba por una hamburguesa. Si iba a clases de cocina, Jin estaba allí. Si iba al mercado, aparecía allí. Infiernos, el tipo incluso comenzó a ir a la iglesia y se sentaba en la misma fila que Taehyung, la cual misteriosamente parecía estar siempre vacía, sin importar dónde se sentara Taehyung.

Era una conspiración. Tenía que serlo. No había otra forma de que Jin pudiese saber tanto del itinerario de Taehyung. Bueno, no a menos que alguien hubiese empujado un dispositivo de seguimiento en su culo, y no había tenido ninguna acción desde que durmió con Jin. No importaba cuánto lo intentó. Fue al bar unas cuantas veces en el último mes y no consiguió ni un bocado. Era como si lo rodease una enorme burbuja que nadie cruzaba. En este punto, dudaba de poder conseguir una cita.

—Hey, Jin, Hyunjin. —San gritó, levantando la mano al aire. —Únanse a nosotros.

¡Dios, no! Taehyung gruñó cuando los dos hombres saludaron con la mano y fueron a la mesa después de conseguir su café. Jin no se sentó al lado de Taehyung, sino al otro lado de la mesa. Había no menos de cuatro hombres en la mesa entre ellos, y Taehyung sentía como si Jin prácticamente estuviese encima de él. Su pecho dolía con la necesidad de correr en busca de aire fresco.

Taehyung agarró su café y se levantó. —Vuelvo a la estación. —No esperó a que nadie dijese nada, salió toda apresurado de la cafetería.

—Hey Taehyung, espera un momento.

Mierda. Taehyung paró, apretando los ojos cuando escuchó la voz de Jin. Presionó su mano en su pecho, deseando poder respirar.

—Hey, me alegra haberte alcanzado. —Jin dijo por detrás de él.

Taehyung abrió los ojos y fingió una sonrisa en su cara. —¿Qué ocurre?

—Felix quería saber si podrías cuidar de los niños este sábado sobre las seis. Él y Hyunjin quieren salir a cenar.

—Oh, sí —Taehyung se relajó. Esta era una conversación perfectamente inocente. No tenía sentido estar tenso porque Jin estuviese allí mirándole con sus grandes ojos color caramelo. —Supongo que puedo hacerlo.

—Genial. Tengo planes que de lo contrario lo podría hacer.

¿Planes? —No importa. —¿Por qué Taehyung de repente sentía que quería morder algo?

—Gracias. Se lo diré a Felix. Cuídate, Taehyung.

Taehyung esperaba que Jin dijese algo más, por lo que se quedó un poco confundido cuando el hombre se giró y regresó a la cafetería. Una vez más se quedó de pie allí sintiendo que había comprado un ticket para dar un viaje en la montaña rusa.

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Taehyung alzó a Jinnie y miró a Felix hacer un lío por su pelo. —Te ves bien. Hyunjin va a pensar que estás magnífico.

—Lo sé —dijo Felix y recogió un mechón de pelo de su frente y lo echó para atrás. —Pero quiero verme perfecto. No salimos muy a menudo. Hyunjin incluso lleva sus botas buenas.

Eso era muy grande. Hyunjin sólo llevaba sus botas buenas a la iglesia y a actos sociales especiales, como bodas y cosas así.

—¡Felix!

—¿Qué? —Felix se giró y miró a Taehyung.

—¿Hyunjin te ama? —Todo el mundo en Windy Spring ya sabía la respuesta a esa pregunta. Infiernos, el hombre en la luna probablemente sabría la respuesta. La sonrisa de Felix siempre que veía a Hyunjin era lo bastante brillante para ser vista desde esa distancia.

Felix frunció el ceño. —Por supuesto.

—Entonces deja de preocuparte. Va a amar pasar el tiempo contigo sin importar lo que lleves puesto o como tengas tu pelo.

—Sí. —Felix comenzó a sonreír. —Tienes razón.

—Duh. —Taehyung sonrió y Felix rio. Misión cumplida. —Ahora, sal antes de que el hombre decida ponerse a arar algo.

Taehyung siguió a Felix por las escaleras a la planta principal. Se quedó con Jinnie y Haerin en la entrada y vieron como Hyunjin ayudaba a Felix a entrar en su camioneta y luego salían. Conseguir que Felix fuese a una cita era más duro que sacarse un diente. El hombre se preocupaba por la cosa más pequeña. Pero era parte de lo que hacía a Felix tan especial.

—¿Qué les parece si hacemos la cena? —preguntó llevando a los niños de nuevo a la casa.

Una vez que estaba en la cocina, Taehyung puso a Jinnie en su trona y luego ayudó a Haerin en su silla de bebé. Por suerte para Taehyung y los niños, si no querían comer comida envenenada, Felix había cocinado antes de irse. Todo lo que Taehyung tenía que hacer era limpiar los platos.

—Yumm. —Taehyung dijo al levantar la tapa de la cacerola. —Macarrones con queso.

Al menos era casero… con pasta de formas de dinosaurios. Taehyung tomó dos platos y puso un poco de la pasta con queso en cada plato. Añadió la fruta troceada que Felix dejó fuera y llevó los platos a los niños. Cuando los dos comenzaron a comer, regresó al frigorífico y lo abrió, preguntándose si habría comida para un adulto dentro. Tomó un envase de yogurt de fresa y unos palitos de zanahoria. No era su idea de una buena comida, pero estaba mejor que la pasta con queso.

Taehyung había tomado suficientes macarrones con queso en su vida. Dudaba que alguna vez se convirtiese en una de sus comidas favoritas. Taehyung cerró la puerta del frigorífico… y chilló. Jin simplemente elevó una ceja como si no hubiese asustado a muerte a Taehyung.

—¡No hagas eso!

Jin sonrió de satisfacción. Idiota.

—¿Qué he hecho? —Jin preguntó fingiendo inocencia.

—No me asustes así.

La oscura ceja de Jin se arqueó sobre su rostro. —¿Te gustaría que llevase campanas?

—Sí —Taehyung le pisó el pie.

Jin rio y empujó la puerta. —Eres lindo cuando te comportas como un mocoso. —Dijo pasando junto a Taehyung como si no pasara nada.

—¡Y no soy un mocoso! —Para cuando Taehyung giró y gritó las palabras, veía la espalda de Jin mientras que el hombre se alejaba.

—Mocoso —gritó Jin sobre su hombro sin girar la cabeza.

Bastardo. Taehyung levantó la tapa de su yogurt y comenzó a comerlo mientras miraba la puerta por la que había desaparecido Jin. Él no era un mocoso.

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WINDY SPRING IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora