El tiempo pasaba inexorablemente, mis hijos iban creciendo, mi vida transcurría entre la casa, la oficina, reuniones laborales. los años transcurrían, y personalmente mi vida se habia hecho una rutina.
Mis padres estuvieron conmigo y los niños hasta el quinto cumpleaños de los gemelos, después al ver que todo iba sobre ruedas decidieron volver a su amada Corea, mi hermano y su esposa, habían tenido hijos y querían mis padres disfrutar de ellos también. Era lógico.
De los Bitis, solo veía a Nam, a Jinnie Hyung y a Hobi, continuamente. Jinnie había comprado acciones de Ddang y era ahora un socio "real". Se ocupaba de las relaciones públicas y la verdad era excelente, nos quito mucho peso de encima.
A Jimin, solo lo vi en dos oportunidades, en el nacimiento del hijo de Nam y en el nacimiento de la nena de Jinnie. Nos saludamos, hablamos de sus hijos, de los míos. De su brillante carrera como solista. Había hecho un disco tras otro. Pasaba su vida entre New York y Sorrento, sus giras según me contaba se le estaban haciendo pesadas y tenía en mente retirarse de la vida pública.
Ese día sucedió algo extraño, me preguntó si había recibido una carta especial. Le dije que no entendía a que se refería, me dijo: - olvídalo Hyung.
JK y Tae estaban viviendo en New York, Tae empezó a trabajar como actor en Broadway, Jk sigo siendo el Maknae dorado, tuvo éxito en todo lo que quiso hacer. Vivían juntos pero no daban aún el paso de casarse y adoptar. Los demás no entendíamos porque si se amaban tanto no lo hacían.
En el sexto cumpleaños de mis hijos, trate de hacer una fiesta en condiciones, quería normalizar sus cumpleaños, invite a mis amigos, a sus familias, a los Bitis. A mis suegros, quienes aun cuando venían seguido, nunca se quedaban en mi casa. Esta vez les pedí expresamente que lo hicieran como unas pequeñas vacaciones para que compartieran con los pequeños.
La fiesta quedó genial, Jinnie Hyung me ayudó en todo, el tenía ese espíritu que hacía que lo llamáramos "Omma" podía organizar en un pispas una superfiesta.
Gabriella me vio sentado un poco alejado de todos, observándolos, viendo jugar a mis niños. Y se me acercó.
- Hola hijo, cómo estás? Por qué estás aquí solo?.
- Mamá, me gusta ver disfrutar a los otros- dije con mi media sonrisa.
- Yoongi debes empezar a vivir tú otra vez. Tu vida no se acabó con la de Sara. Es importante que te diviertas, que salgas con gente, no todo es trabajo y los gemelos. Han pasado 6 años Yoongi, no has rehecho tu vida. Eso no debe ser. Todos sabemos lo gran padre que eres, pero te estás descuidando como hombre. Y eso está mal. Eso no lo quería Sara.- señalo preocupada.
Se levantó y me dejó solo. Reflexionando sus palabras, me fume un cigarrillo y bebí mi Hennessy, dándole vueltas y la verdad es que no habia salido con nadie en ese tiempo. Busque solo relaciones de unas horas para satisfacerme y poco más, sexo casual.
Al rato llego Jimin con sus niños, Youngssi estaba inmenso, era un muchacho muy educado, inexplicablemente tenía expresiones de Jimin, pero la pequeña Mingi era la gota exacta de Park, labios abultados, el color de su piel y esa eyes smile tan famosa. Era una ternura. Me agradaban mucho esos niños.
Se me acercó y me abrazó. De inmediato dijo:
- Jum¡¡¡ Yoongi Hyung, volviste a fumar. Vamos a qué te laves, hueles demasiado a cigarros y los pequeños te lo van a sentir. Es malo para ellos.- me tomo de la mano y me llevo a mi cuarto, saco ropa nueva y me señaló el baño. Se giró y se fue. Esas actitudes de Park, me hacían sentir bien. El seguía siendo el mismo conmigo.
Al salir a la terraza, lo vi hablando con Gabriella y el Sr Kim, con mi hijo Yoonji alzado en sus brazos. Me encanto esa escena, definitivamente me gustó. Le tomé una foto a escondidas, como siempre hacia desde que lo conocí, tenia un Drive, lleno de fotografías robadas de Jimin.
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Villa Smeraldo. La vida y amores de un músico coreano
Fanfiction¿ Que fue de la vida de Min Yoongi al entrar al Ejercito? ¿ Porque se fue tan repentinamente?... ..."El amor es una fuerza no domesticable. Cuando lo controlamos, nos destruye. Cuando intentamos encerrarla, nos vuelve sus esclavos. Cuando intentamos...