Emira estaba decepcionada.
Si, muy decepcionada.
Del mundo, de las personas y de si misma.
Especialmente, de si misma.
Permitió que un Vigilante le robara información de alta confidencialidad en una noche.
Era una desgracia, no solo para su pueblo, sino también para su familia y para el CGI.
El Círculo de Genios Investigadores debe estar pensando en deshacerse de ella. Dejo que algo como eso pasara, y se supone que es una genio.
Estaba a las afueras de una galería de arte no muy conocida y un poco apartada de las ciudad. Estaba mucho más cerca del bosque, así que era un buen lugar por el cual empezar a recuperar la pérdida información.
Aunque tenía copias guardadas, las copias no contenían toda la información.
Necesitaba despejarse de todo esto. Además, en esta galería habían pinturas de gatitos, los gatitos la llenaban de paz.
Eran pinturas que para otros eran sólo gatos, pero para Emira, una amante de los gatos, eran más que eso.
Por otro lado, era una artista en ascenso la que pintaba estas obras maestras.
Kanroji Mitsuri era el nombre de la artista. Un nombre muy extraño, pero bonito.
La artista nunca había mostrado su rostro. Solo se sabía que era mujer, de entre 18-20 años de edad. Bastante joven.
Emira, luego de admirar los cuadros de gatitos, decide irse de la galería. Estando fuera, ve como una chica de cabello rosa y verde hablaba con alguien un poco más bajito que ella.
Emira se queda un tiempo observando. La chica parecía alegre; en sus ojos se desprendía un brillo sin igual y sus mejillas tenían un rosa intenso. El acompañante era mucho más reservado, pero en su mirada se podía la satisfacción que le provocaba hablar con aquella chica.
Era la viva imagen del amor joven.
Amor...
Era un sentimiento que Emira había perdido hace muchos años; por la gente, por su familia y por si misma.
Hubo una persona que amo con gran devoción, pero la vida tenía otros planes.
Emira decide darse media vuelta. Al voltear, su mirada encuentra el bosque.
La última vez que escucho algo del bosque fue el día que Aizawa fue envenenado, desde entonces no volvió a escuchar tal palabra.
Los brillantes rayos del sol resaltaban el poco verde que empezaba a escasear en los árboles, siendo reemplazados por tonos amarillos y rojos.
Daba una bella imagen que poder pintar o fotografiar.
Aunque no era el mejor, Emira toma una foto con su celular y se adentra en el sendero del bosque.
Sinceramente le traía paz estar en un lugar tan silencioso. Estar lejos de las quejas y la presión, la responsabilidad y el estrés. Emira miraba a su alrededor, contemplando la belleza de la naturaleza con sus colores vívidos y las criaturas que allí habitaban.
Emira recordó al par de enamorados. ¿Alguna razón? Reflexionar en su vida. Se dice que los bosques son como portales al pasado, lugares a los que puedes ir sin necesidad de un quirk. Con solo estar solo en la tranquilidad del bosque se podía recordar la vida; lo bueno y lo malo, lo vergonzoso y lo que enorgullece.
Emira nunca se había dado la libertad de recordar su vida, apenas tenía 22 años ¿se puede llamar a eso vida? Apenas estaba en la flor de la juventud, pero no sabía si lo que estaba haciendo era lo mejor.
Emira creció en una familia de genios. Aquí lo que más importaba era el intelecto.
"Los sentimientos son pensamientos que entorpecen la capacidad para pensar" era ese el lema de la familia. No suena bonito crecer en un hogar sin amor, donde solo te felicitan si cumples las expectativas, donde la alegría o el amor fraternal pasa a segundo y hasta tercer plano.
Bueno, es el entorno que le tocó a nuestra querida Emira. Así lo quiso Dios ¿no?
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《VIGILANTES》 || °•MHA x KNY (AU)•°
FanfictionLa actual Tokio está tranquila...más o menos. El pueblo ha perdido su antigua fe "ciega" en los héroes y los villanos nuevos son pan de cada día. El regreso del estudiante Izuku Midoriya genera descontento en la gente, pero cambian de opinión tras u...
