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Una vez más, abrí lentamente mis ojos, encontrándome en un sofá dentro de la misma oficina, pero esta vez había tres personas más a mi alrededor

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Una vez más, abrí lentamente mis ojos, encontrándome en un sofá dentro de la misma oficina, pero esta vez había tres personas más a mi alrededor. La situación era agobiante y yo estaba desesperando. Todos estaban sentados en un círculo a mi alrededor, y me llevé un susto cuando me di cuenta de que alguien tenía su rostro demasiado cerca del mío.

—¡Maldita sea! ¡Casi me matas del susto! —exclamé, mientras aquel individuo retrocedía apenado.

Una voz dulce y femenina habló.

— ¿Te sientes bien? —preguntó.

—Oh, claro, estoy de maravilla. No todos los días te secuestran y te dicen que tienes un hermano —respondí sarcásticamente.

—Deja de lado los sarcasmos, Kim Lía.

— ¿Quiénes son ustedes? ¿Y cómo saben de mí?

La preocupación me invadía.

—Mira, querida, nosotros somos tus hermanos, y te hemos traído aquí para que te hagas cargo de la parte que nuestro padre te ha dejado... —dijo la chica de la voz dulce.—

Pero eso fue suficiente para que soltara una carcajada que resonó en toda la oficina. Las risas eran tan intensas que casi podía jurar que todo el edificio empresarial me había escuchado. Paré de reír al darme cuenta de las expresiones en los rostros de mis "hermanos", uno de incredulidad, otro con un dejo de amistad, y otro con una expresión de confusión total.

—¿Qué es tan gracioso? —intervino el chico pelinegro de puntas azules.

—Yo, bueno, primero, mis padres murieron hace años. Segundo, ¿están seguros de que esta chica anormal es su hermana? Podría haber ocurrido un error.

—No cometemos errores aquí, y está 100% confirmado que eres tú —afirmó.

—Ni siquiera han hecho una prueba de ADN —insistió.

—Lía, cuando digo que aquí no hay errores, es porque no los hay.

—Puede que yo sea un error —bromeé, y recibí un sentimiento irónico.

¿Debería sentirme ofendida? La verdad es que me daba igual.

— ¿Qué quieren de mí?

—Es sencillo, ya te lo hemos dicho. Queremos que asumas el puesto que nuestro padre te dejó. Antes de morir, dejó instrucciones para buscarte cuando cumplieras 18 años.

—Bueno, cumplió 18 hace dos semanas.

—Exactamente por eso —afirmó el chico.

— ¿Es decir que me han estado buscando durante dos semanas? —pregunté, sorprendida.

—Sí —respondieron los cuatro al unísono—. ¡Qué carajo!

Exclamación.

—Mira, Lía, tu trabajo es bastante sencillo, solo consiste en administrar, firmar, asistir a reuniones, viajar y ocuparte de negocios —explicó uno de los chicos.

—Ven en mí a alguien que sabe hacer todo eso? Ni siquiera fue a la universidad.

—No es necesario. Nosotros te enseñaremos —dijo la chica con ternura.

—Bueno, ¿podrían al menos decirme sus nombres? Porque está resultando agotador llamarlos "chicos".

—Soy Kim Namjoon... —dijo el chico pelinegro de puntas grises.

—Kim Seok Jin, un placer —guiñó un ojo.

—Mucho gusto, hermana, soy Kim Taehyung —el tipo cuyo rostro había estado tan cerca del mío.

—Y yo soy Kim Jisso.

—Guau, supongo que no hace falta que preste atención, ya saben mi nombre y, la verdad, hasta mi tipo de sangre.

—Tienes razón —concordó Nam—. Sabemos todo acerca de ti. ¿Cómo está nuestra tía?

—¿Tía? ¿Nuestra?

—Sí, bueno, para que entiendas un poco, nuestros padres se separaron cuando yo nací, y mi papá nunca supo que tu madre estaba embarazada. Nunca se lo dijo hasta hace cuatro años, cuando se enteró de su muerte.

—De hecho, murió hace más de 12 años —corregí.

—Sí, sí, como mar. Papá, antes de tenerme a mí, se casó, y de ese matrimonio nacieron Jisso y Jin.

—En resumen, ¿qué significa esto?

—Podríamos decir que somos medios hermanos —aclaró Jisso—, aunque a nosotros no nos importa mucho, ya que nos queremos mucho.

—Gracias a Dios no fui un hijo fuera del matrimonio —comenté.

—Estoy completamente de acuerdo —añadió Nam.

En ese momento, desearía que mi madre estuviera viva para explicarme todas estas confusiones o para decirme por qué hizo esto...

𝐻𝐸𝑅𝑀𝐴𝑁𝑂𝑆 𝐾𝐼𝑀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora