No pude evitar decir todo aquello, pero al hacerlo, experimenté una sensación de liberación que me tomó por sorpresa. Las palabras que habían estado acumulándose en mi interior durante semanas finalmente encontraron su salida, y Lia me miró con una mezcla de confusión y, extrañamente, de seducción. Era como si mis secretos compartidos la trajeran hacia mí en un juego peligroso de misterio y atracción.
El tiempo avanzó, y dos semanas se deslizaron sin previo aviso. El entrenamiento de Lia estaba progresando, y aunque me preocupaba estar creando un monstruo que pronto se escaparía a mi control, era innegable que su ascendencia mafiosa le fluía en la sangre. Hubiera deseado que ella pudiera evitar este oscuro camino, pero reconocía que ya era tarde para dar marcha atrás.
En el fondo de mi mente, se gestaba un plan maestro. No todo era oscuro; También podía vislumbrar una oportunidad en la persona de Lia. Sabía que podría usarla a mi conveniencia, especialmente en contra de Namjoon, ese desgraciado que me debía tanto y al que pronto le haría pagar con creces.
Pero, a pesar de todas mis intenciones ocultas, algo más comenzaba a manifestarse. No podía evitar enamorarme de Lia una vez más. Desde que era una niña, siempre había tenido una belleza única, y ahora, convertida en una diosa, era imposible no verla de una manera diferente.
Rezaba en silencio para que el daño infligido a su hermana por Namjoon desde temprana edad no hubiera sido en vano y que, finalmente, el karma lo alcanzara.
—¡Jimin! —un grito desesperado me arrancó de mis pensamientos y de mis preocupaciones internas. Era el grito de Lia, y sonaba como una llamada de auxilio.
Salí de mi despacho a toda velocidad, agarrando mi arma en el camino hacia el lugar de la emergencia. Lo que encontré me pregunté: Lia gritaba porque un cucaracho se había colado en su baño. Mi mente estaba tan enfocada en ella que no noté lo que pasaba a mi alrededor. Sin duda, mate al pequeño intruso que aterrorizaba a Lia, pero al hacerlo, me percaté de su apariencia: envuelta en una toalla con el cabello mojado, estaba sonrojada como un tomate a punto de estallar.
Fruncí el ceño, y en ese momento, me di cuenta de que mi mirada estaba centrada en ella de una manera que no era apropiada. Tragué con dificultad y desvié mi mirada de inmediato.
—Y-Yo, lo siento. Si necesitas algo más, puedes llamarme.
No dije más y salí rápidamente de su habitación. ¿Estaba avergonzado? ¡Claro que lo estaba!
Después de un rato, todos estábamos en el comedor, desayunando. En ese momento, Lia apareció con un conjunto atrevido: un shorts de mezclilla muy corto, botas negras, un top rojo y una chaqueta de cuero negra. No pude evitar fruncir el ceño y soltar un gruñido involuntario.
—Buenos días a todos —saludó Lia con tranquilidad mientras se sentaba a mi lado.
—Saldrás? —preguntó Jiyu.
—No, pero me gusta estar a la moda —respondió Lia, sin inmutarse.
Jiyu simplemente guardó silencio, incapaz de entender todo la elección de vestimenta de Lia.
Fue entonces cuando vi a Han correr hacia nosotros desde su despacho, luciendo claramente preocupado.
—Chicos, los Min quieren robarse la mercancía que tenemos en Daegun —informó Han con urgencia.
Golpeé la mesa con las manos, asustando a todos, y di la primera orden.
—Alistémonos, iremos a visitar a los Min de nuevo.
Lia ascendió y se levantó de inmediato, pero la detuve tomando su mano.
—Tú no, Lia —ella me miró enojada y se soltó de mi agarre para unirse al resto del grupo.
Sabía que persuadirla era inútil. Era terca, demasiado terca, y no tenía sentido gastar más saliva en tratar de convencerla de quedarse. Era una pelea perdida.
Park no iba a impedirme unirme a esta misión. De hecho, iba a ser la primera a la que asistiría, y esa perspectiva me emocionaba. Reuní las armas necesarias, cartuchos, municiones y todo lo que necesitaba para estar bien preparado.
Descendí nuevamente a la planta principal, donde todos estaban reunidos.
—Falta alguien? —preguntó Han, recibiendo negativas de los demás.
—Bien, vámonos —anunció, y todos comenzaron a prepararse para la misión.
Cada uno tenía sus órdenes y sabía exactamente qué hacer. Todos estábamos listos para cumplir con nuestra tarea.
Sin embargo, nadie podía prever lo que estaba por suceder, algo que me afectaría más de lo que jamás habría imaginado...
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𝐻𝐸𝑅𝑀𝐴𝑁𝑂𝑆 𝐾𝐼𝑀
FanfictionDesde que tiene memoria, Kim Lia vivió en la creencia de ser una persona común y corriente. Pero su vida dio un giro de 180 grados cuando desentrañó la verdad acerca de su familia. Aquellos a quienes consideraban hermanos ocultaron un tenebroso secr...