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Después del enfrentamiento con los Min, mi mente se volvió un torbellino de emociones y confusión

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Después del enfrentamiento con los Min, mi mente se volvió un torbellino de emociones y confusión. La explosión y el intento de proteger a Lia de aquel disparo me dejaron aturdido y, finalmente, me desvanecí.

Cuando recobré la conciencia, me encontré en una habitación blanca y estéril que claramente no era la mía. Cables y tubos se conectaban a mi cuerpo, y la luz brillante me lastimaba los ojos. Me tomó un tiempo acostumbrarme a la luz, pero al hacerlo, me di cuenta de que estaba en un hospital.

Sin embargo, lo único que realmente me importaba en ese momento era el estado de Lia. A pesar de mi debilidad, me obligué a levantarme de la cama de hospital y salí de la habitación en busca de respuestas.

Caminé con determinación por los pasillos del hospital, ignorando las miradas de sorpresa de enfermeros, médicos y pacientes por igual. La preocupación por Lia dominaba mi mente y mi corazón, y nada más importaba.

En mi camino, me topé con Jisso, quien me detuvo junto a Tae antes de que pudiera llegar muy lejos. Forcejeé y luché por liberarme de su agarre, pero mi debilitado estado físico me lo impedía.

Finalmente, me devolvieron a mi habitación, donde me recostaron en la cama. Mi desesperación por saber sobre Lia me llevó a preguntar en voz alta, sin importar la calma que se esperaba en un hospital.

—¡¿Dónde está Lia?! ¡Quiero verla ahora! —grité, sin poder controlar la ansiedad que me carcomía.

Jisso, con su habitual serenidad, trató de tranquilizarme mientras me informaba sobre el estado de Lia.

—Jimin, tranquilo. Lia sufrió una herida de bala en el hombro, pero está estable. Aún no ha despertado, pero los médicos están cuidando de ella. Tus hermanos solo sufrieron heridas menores, y Nam, al igual que Li, tuvo un roce con una bala.

Asimilé la información con dificultad, pero la culpabilidad comenzó a apoderarse de mí. No pude proteger a Lia, y ese pensamiento me pesaba como una pérdida. Mi determinación de velar por su seguridad y bienestar se fortaleció, y estaba decidido a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en nuestro camino.

Sin importar cuánto intenté mantenerme tranquilo, la culpa que sentía por no haber podido proteger a Lia me carcomía desde adentro. Me recosté en la cama del hospital, mirando al techo blanco de la habitación mientras las palabras de Jisso resonaban en mi cabeza.

Lia estaba herida, y yo no había estado allí para evitarlo. La sensación de impotencia y el peso de la responsabilidad me atormentaban. Quería estar a su lado, asegurarme de que estuviera bien, pero mi propio cuerpo herido me lo impedía.

Pasaron horas interminables mientras esperaba ansiosamente noticias sobre Lia. Los médicos y enfermeras entraban y salían de mi habitación para revisar mis heridas y asegurarse de que mi salud se estaba estabilizando.

Finalmente, un médico vino con la información que tanto ansiaba.

—Jimin, tenemos noticias de Lia. La operación fue exitosa, y hemos logrado estabilizarla. Aún está inconsciente, pero está fuera de peligro inmediato. Necesitará tiempo para recuperarse, pero creemos que se recuperará por completo —me dijo con una expresión tranquilizadora.

Un suspiro de alivio se escapó de mis labios. Saber que Lia estaba fuera de peligro inmediatamente me llenó de esperanza. Sin embargo, la ansiedad persistía, y no podía evitar sentirme culpable por no haber estado allí para protegerla.

Pasaron los días, y mientras mi propio cuerpo se recuperaba lentamente de las heridas, mi mente seguía centrada en Lia. Cada vez que me visitaban los médicos, les preguntaba ansiosamente sobre su estado. Seguía sin despertar, y eso me preocupaba profundamente.

Finalmente, una mañana, cuando la luz del sol inundó mi habitación, recibí una visita que había estado esperando. Era Jisso, con una expresión aliviada en su rostro.

—Jimin, tengo buenas noticias. Lia ha despertado —me anunció con una sonrisa.

Mi corazón dio un salto de alegría. No podía creer lo que estaba escuchando. Sin perder tiempo, me levanté de la cama y me vestí apresuradamente. Aún me dolían las heridas, pero nada podría detenerme en ese momento.

Cuando finalmente llegué a la habitación de Lia, me encontré con su mirada somnolienta pero llena de vida. Su rostro se iluminó al verme, y no pude evitar sonreír con alivio y felicidad.

—Jimin... —murmuró con voz débil.

Me acerqué a su lado y le tomé la mano con ternura.

—Lia, estás despierta. Estoy tan aliviado. —Mis palabras temblaban de emoción mientras le expresaba lo que sentía.

Ella asintiendo con una sonrisa cansada.

—No podía permitirme quedarme dormida por mucho tiempo... Tenía que asegurarme de que estuvieras bien. —Su mirada se llenó de gratitud y amor, y su mano apretó la mía con fuerza.

A partir de ese momento, su recuperación se convirtió en nuestra prioridad. Mientras nos apoyábamos mutuamente en el proceso de sanación, la fortaleza de nuestra conexión se hacía cada vez más evidente.

El enfrentamiento con los Min nos había dejado cicatrices físicas y emocionales, pero también había fortalecido nuestro vínculo. Juntos, enfrentaríamos cualquier desafío que el destino nos deparara, decididos a protegernos mutuamente y encontrar la paz en medio del caos de nuestro mundo.

[...]

Han pasado dos meses desde el intenso enfrentamiento con los Min. Durante este tiempo, todos nosotros hemos tenido la oportunidad de recuperarnos física y emocionalmente. Pero lo que más me alegraba era la recuperación de Lia, quien parecía más viva y fuerte que nunca. Su sonrisa y vitalidad me llenaban de felicidad, y no podía evitar sentirme agradecido por su supervivencia.

En este momento, me encontré en una discusión acalorada con Namjoon. El ambiente en la habitación estaba tenso, y las palabras se arremolinaban en el aire entre nosotros. Namjoon me estaba recriminando por haber llevado a Lia a esa misión peligrosa y por no haberla entrenado adecuadamente.

—¡No quiero que mi hermana participe en ninguna de tus putas misiones, Park! Y si me entero de que lo haces, juro que te cortaré los huevos !—me amenazó con ferocidad, sus ojos lanzando destellos de enojo.—

A pesar de su enojo, lo miré con calma y determinación.

—Tus amenazas no me asustan en lo más mínimo, Kim. Si Lia vive en esta casa, se someterá a mis decisiones, no a las tuyas. Tú no tienes autoridad aquí. Yo decidiré si Lia participará en nuestras misiones, no tú —le respondí ,sin dejar espacio para debate. No permitiría que este mal parido intentara darme órdenes en mi propio territorio.—Bien—sonrei con satisfacción —Ahora te puedes largar,tu presencia aquí me amargas el día. Ahí está la puerta —le señale la puerta con mi mano—

Namjoon no dijo una palabra más, solo gruñó y torció la boca en un gesto de frustración. Dio media vuelta y abandonó mi despacho, dejando atrás la tensión que había llenado la habitación.

Sin embargo, en el silencio que siguió, no podía evitar cuestionar mis propias decisiones. ¿Y si Namjoon tenía razón? ¿Y si debías proteger a Lia de los peligros de nuestro mundo? Mi mente se debatía entre la determinación y la preocupación, y la duda se anidaba en mi interior.

La responsabilidad de cuidar de Lia pesaba sobre mis hombros, y sabía que debía tomar decisiones que garantizaran su seguridad. Pero también estaba consciente de que Lia era fuerte y decidida, y no quería limitar su libertad ni su capacidad de elección.

El dilema de proteger a la persona que más amaba en un mundo lleno de peligros me atormentaba, y sabía que debía encontrar un equilibrio entre su deseo de involucrarse y mi responsabilidad de cuidarla. El futuro seguía siendo incierto, y las decisiones que tomaría tendrían un impacto duradero en nuestras vidas.

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⏰ Última actualización: Jul 22 ⏰

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