Capítulo 10

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Louis ya no podía procesar más información. Los ojos se le entrecerraban por el cansancio y las palabras de sus apuntes se cruzaban unas con otras formando una nebulosa. Su ceño había estado fruncido por tanto tiempo que ya no parecía poder relajar los músculos de la frente, sentía como si algo hubiera estado martilleando su cabeza por horas. "Respira, no olvides respirar" se dijo a sí mismo. Inhaló profundamente y, al exhalar, un gruñido proveniente de su estómago le indicó que también tenía hambre. Lo que faltaba. Si pedía ahora delivery no llegaría hasta dentro de una hora. Se levantó con pesar de la silla, se frotó los párpados con los puños mientras bostezaba y abrió la alacena. Las opciones eran reducidas: crakers, arroz del día anterior y... no, eso es todo. En el refrigerador sólo había cervezas y la crema para rostro que Zayn guardaba para mantenerla fría para que hiciera un efecto que Louis jamás entendió. Ojalá Harry estuviera aquí. Podría hacer hotcakes en menos de dos segundos. Hum... sí, hotcakes suena muy bien ahora.

Cerró la nevera cuando se dio cuenta de lo que había estado pensando. ¿Quería que Harry estuviera ahí sólo para que le cocinara? Eso sonaba un poco interesado. Aunque, en verdad, sería lindo relajarse con él y reírse un rato. Harry siempre lo hacía reír. De hecho, era con el amigo con el que más se divertía. Debía ser por eso que pasaban tanto tiempo juntos. Y, aún así, en ese momento estaba extrañándolo. ¿Eh? Lo viste ayer, loco. ¿Cómo iba a hacer para no extrañarlo cuando estuviera en Tunde? Serían tres largos meses.

En realidad, cuando estuviera allí, no tendría tiempo para extrañar a Harry. Estaría trabajando diez horas por día al rayo del sol, preparando cócteles como todos los veranos y el resto del tiempo lo aprovecharía para dormir todo lo que no pudo dormir en este semestre. Lo volvería a ver después del verano como a todos sus amigos de la universidad. Era lo usual. Sólo que... Sería mucho tiempo de no ver su sonrisa en vivo y en directo. Harry tenía una sonrisa contagiosa que hacía que su día a día mejorara considerablemente. Es sólo un amigo, ¿qué rayos te sucede? pensó mientras ponía una sartén sobre el fuego para calentar el arroz del día anterior. Haber estado estudiando tanto tiempo posiblemente había afectado su cerebro.

Si era cien por ciento honesto, a veces se preguntaba cómo sería sentirse atraído por un chico. Sí, entendía la parte física. Cuando veía una película donde salía Ryan Raynols, no le quedaban dudas de que le atraían físicamente los chicos. Es decir, ¿cómo podía haber gente que no se sintiera atraída por Ryan Reynolds? Pero lo que en realidad se preguntaba era cómo sería salir con un chico. ¿Le gustaría todo el combo? Caminar de la mano, sostenerlo y dejarse sostener por él. Tener citas, discutir por qué serie ver antes de ir a dormir... Tú sabes cómo se siente. No, Harry era un amigo. Se habían vuelto cercanos en poco tiempo pero no era lo mismo que realmente salir con un chico. Entraban en juego otras cosas. Además, él no se sentía atraído por Harry.

Ok, eso no era del todo cierto. Harry era jodidamente hermoso. No en el mismo modo que Ryan Reynolds pero lo era. Muy femenino por momentos y tan masculino en otros, a veces se sentía como si estuviera pasando el rato con un hermano y a veces como si estuviera en presencia de una chica linda. Se metía mucho en la cabeza de Louis. Desde que lo conoció, supo que Harry era una persona coqueta, le gustaba la atención y hacer que el resto de la gente se sintiera atraída por él. Lo había logrado en casi todos los lugares a los que habían ido, incluso se había ganado a sus amigos gamers. Tenía esa personalidad extravagante y magnética. Y eso no debería gustarle porque él no era para nada así, le importaba una mierda lo que la gente pensara de él.

No entendía cómo se habían vuelto tan amigos. Lo único que sabía es que no podía parar de verlo. Se había vuelto una presencia indispensable en su vida. Era como ese amigo que siempre está ahí, que con sólo mirarlo ya te hace reír. Y, algunos días, en los más confusos, Louis sólo quería apoyar su cabeza contra la de él, enterrar su nariz en esa maraña de rizos y llenarse de ese suave aroma a colonia de bebé.

Los chicos lindos también dan por el C**OWhere stories live. Discover now