Capítulo 12 (parte 1)

403 49 19
                                    


Viernes. Oficialmente el semestre había concluido. Harry tenía sentimientos encontrados al respecto. Por una parte, estaba eufórico porque no pisaría la universidad por los próximos tres meses. Pero, por otra, extrañaría a Sophie, a Jane, a Niall, a... Louis. En especial a Louis. Quizás su tiempo en Walminster lo ayudaría a superar este encaprichamiento que tenía por el cerebrito. Estarían a kilómetros de distancia, podría vivir más de un amor de verano en las sierras y volver a Richwood el próximo semestre como el antiguo Harry, el que no se comprometía con nada ni nadie.

Las fiestas de fin de semestre de Nu Delta no eran de las más concurridas. Competían contra la fiesta en la piscina de las animadoras y la enorme disco improvisada que armaban los deportistas en su patio trasero. Los bohemios los escogían a ellos pero, en fin, no eran demasiados. De todas formas, las chicas de la fraternidad se lo tomaban con mucha seriedad y habían tenido a Harry colgando decoraciones brillantes durante dos horas porque era el único alto. Habían decidido hacer la fiesta en la recepción y la sala que estaban conectadas por una arcada. Habían quitado muchos de los sofás y todas las mesas bajas se habían llenado con botellas de alcoholes varios, chupitos de gelatina y vasos de plástico rojo.

Sería divertido. Más divertido que las otras fiestas si le preguntaban a Harry. Allí no pasaban hits de Britney como aquí y podía ponerse lo que se le diera la gana porque nadie lo juzgaría. De hecho, como hacía mucho calor, se puso unos shorts holgados y una camiseta sin mangas que dejaba su ombligo al descubierto con una estampa que decía "Daddy's boy". Jane los llenó de brillos a él y a Niall cuando terminaron de vestirse. Harry pidió que le dibujara una bandera del orgullo, pero ella ya había puesto dorado sobre sus pómulos. El resto de las chicas también parecían salidas de Euphoria y habían combinado sus outfits con las decoraciones plateadas de las paredes.

Stacy, la líder de la fraternidad, estaba en algo con un DJ así que fue sencillo conseguir el equipo de audio. Estaba sonando un tema de Kesha a todo volumen aunque aún no hubiese mucha gente en la fiesta y las luces estaban bajas. Harry había empezado con un vaso de cerveza y estaba moviendo su cabeza al compás de la música, mirando el ambiente. Todavía no era momento de bailar, la mayoría de las chicas estaban saludando a la gente que iba llegando y tomando sus abrigos para llevarlos a una habitación de arriba.

—Oh, mierda, ¿quién demonios invitó a Xander? —refunfuñó cuando lo vio entrando por la puerta de la fraternidad. ¿Y por qué diablos llegó tan temprano?

—Jane —respondió Sophie a su lado—. Es amigo de su novio.

Harry se los quedó mirando a la distancia. Charlie, el chico con el que estaba Jane, era otro futbolista gigante y de sonrisa encantadora. Jane tiró sus brazos alrededor de su cuello, a unos pasos de la puerta aún, y él la levantó por la cintura, elevándola unos centímetros del piso. Xander miró alrededor mientras los tortolitos se saludaban. Entonces se topó con la mirada de Harry y sonrió, escaneando su cuerpo. Demonios, no tendría que haberme puesto esta camiseta hoy.

—Ahí estás, cariño —musitó una voz familiar y sintió una presión en su brazo de repente. Se giró y vio a Cody, el twink que frecuentaba el cine-debate. Éramos pocos y parió la abuela.

—Cody, ¿cómo estás? —saludó, sonriendo levemente. Miró de reojo donde estaba Xander y se percató de que su gesto se había endurecido. Se volvió hacia el chico—. Hace mucho tiempo que no te veía. ¿Sigues asistiendo al cine-debate?

Harry tocó su brazo mientras le hablaba y luego apretó la palma de su mano. Utilizar a Cody para que Xander no se acercara era una jugada deshonesta. Pero situaciones desesperadas requerían medidas desesperadas.

Los chicos lindos también dan por el C**OWhere stories live. Discover now