Tensión ; pedri nd gavi [en hiatus]

21. Propuesta

- ¡Sal conmigo!

Gavi se quedó paralizado, mirando los ojos brillosos contrarios y la enorme sonrisa que tenía en su cara. El pelo se le pegaba a la frente debido al sudor, su cara brillaba y sus mejillas estaban rojas del ejercicio. Pedri soltó una risa al ver cómo había desconcertado al otro y dejando un beso en la frente se fue de nuevo a su posición en el campo, aplaudiendo agradeciendo a la afición sin borrar su sonrisa.

Qué acababa de pasar.

Esa mañana, Gavi se había despertado en la cama de Pedri, completamente emocionado como si de un niño en Navidad se tratase. La sonrisa no se iba de su cara, y sin controlar su felicidad, saltó encima de su compañero para despertarle.

- ¡Buenos días princeso!- exclamó, botando varias veces como podía ya que no era fácil al estar tumbado completamente encima del otro.

- ¿Me vas a despertar así siempre que te quedes a dormir? Porque entonces no te quedas más- murmuró algo adormilado, cogiendo la almohada libre y poniéndosela en su cara.

- Nop, solo hoy. ¡Es que es hoy Pedri, es hoy!- chilló, completamente emocionado y sin intención de ocultarlo.

- ¿No debería ser yo el feliz y nervioso?- habló el canario, con sus palabras ahogándose en la almohada pero ahora con tono divertido.

- ¡Y yo también! ¿Cómo mierda quieres que no lo esté si hoy debutas con el Barça?- se quejó, cogiendo la almohada y sacándosela de la cara revelando así la sonrisa de bobo que el otro llevaba.

Tenía los ojos cerrados, pero sintió la necesidad de abrirlos. Parpadeó varias veces intentando acostumbrarse a la luz, maldiciendo que al otro se le hubiese ocurrido subir la persiana y abrir las cortinas. Cuando se acostumbró a la luz, fijó su mirada en la cara ilusionada del otro, en sus ojos marrones brillando y esa sonrisa de niño pequeño que te haría olvidar de cualquier cosa. No se controló y alzó su mano para acariciar la mejilla contraria, haciendo que el sevillano se restregase un poco sobre su mano.

- ¿No estás nervioso?- murmuró, y aunque sabía la respuesta quería escucharlo.

- Me tiembla hasta el pene.

- ¡Pedriii!- se quejó Gavi, separando su cabeza de la mano y dejándose caer en el pecho contrario, el cual vibró por la estruendosa risa que soltó Pedri.

- Perdón, perdón. Pero si, estoy nervioso- murmuró, ahora con su mano en la nuca contraria y acariciando el pelo castaño.

Estuvieron un rato más así, con Gavi tumbado encima de Pedri mientras se daban caricias y hablaban bajito. Todo hasta que el menor no podía estar más rato quiero y obligó al otro a levantarse, que entre quejas lo hizo. Se vistieron con unos pantalones de deporte y salieron camino a la cocina, uno dando pequeños saltitos y el otro casi arrastrando los pies descalzos por el suelo de madera.

- ¡Buenos días!- exclamó Gavi al entrar a la cocina, donde se encontraba el hermano de Pedri. Este le dio una mirada divertida a su hermano, quien se encogió de hombros y rodeó por la espalda la cintura del sevillano, quien se había sentado en un taburete del centro de la isla.

- Buenos días, enano- saludó Fer, sin intención de ocultar su tono divertido.

Pedri no dijo nada, simplemente se quedó ahí y escondió su cabeza en el cuello de Gavi, el cual le ignoró completamente y se empezó a montar el desayuno con la comida que Fer había preparado y dejado en el centro de la isla.

Estando así, en frío, y escuchando de fondo la conversación que su hermano y su amigo mantenían, los nervios y la inseguridad empezaron a invadirle. En unas horas jugaría el primer partido de La Liga con el club de su vida, y quería hacerlo todo a la perfección.