6. Sorpresa

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Se frotó las manos, maldiciendo en su cabeza el hecho de haberse olvidado los guantes. Se recolocó el gorro y se abrochó más el abrigo, mirando distraído la vitrina sin ver que nada le interesase. Escuchaba a su hermana hablar con el dependiente de la tienda y como supo que eso iba para rato sacó su móvil del bolsillo.

Entró a Whatsapp y contestó a varias personas, pero entre ellas no estaba Pedri. Hablaron por última vez esa misma mañana, y desde entonces no le había contestado. Quiso pensar que era porque al ser nochebuena, estaría ocupado pasando tiempo con su família. Además, solo habían pasado unas pocas horas, no tenía que pensar demasiado.

-¡Mira! ¿Te gusta?- apareció Aurora frente a él, haciéndole levantar la vista del móvil. Estaba sosteniendo una pulsera que parecía ser bastante costosa- Pienso que a la mama le quedaría genial.

-Yo sigo pensando que cualquier persona, y más ella, le haría mucha más ilusión un ramo de flores que nada- murmuró, volviendo a guardar el móvil.

-Podemos regalarle las dos cosas. Lo pagamos a medias y todo solucionado. Paga y luego te hago bizum.

Pablo suspiró y se acercó a la caja, donde una mujer ya estaba esperándoles con el datafono esperando a cobrar la pulsera. Pasó el móvil por ahí, pagando lo pertinente y sonriéndole a la cajera por pura cortesía.

-¿No le vas a regalar nada al canario?- preguntó Aurora, ajustándose la bufanda alrededor de su cuello.

-¿Para qué?- murmuró- de aquí a que lo vea le deberé veinte navidades y cumpleaños.

- Que deprimente eres, podéis pasar las vacaciones de verano juntos. Y puedes mandárselo a Gran Canaria, así le sorprendes.

Se lo pensó, no era tan mala idea. Le hacía más ilusión regalarle algo en persona, pero las circunstancias lo impedían, así que mandárselo era una buena opción. Le podía preguntar a Fer su dirección, o incluso pedirle que se lo llevase la próxima vez que se viesen.

- ¿Podemos parar aquí?- preguntó, frenando en una tienda de zapatillas.

Su hermana simplemente sonrió y entró con él a la tienda. Este sitio, por suerte, tenía calefacción, cosa que le permitió relajarse un poco y no estar tan encogido como antes.

Estuvieron ahí una media hora, indeciso por cuales le gustarían más a Pedri. Aurora se estaba cansando ya e insistía mucho en volver a casa, pero Pablo llevaba toda la tarde de compras con ella así que ahora le tocaba aguantar. Al final, eligió unas que deseó que fuesen para él de lo mucho que le gustaron.

Cuando llegaron a casa, fueron recibidos con un olor que les abrió el estómago a los dos. Su madre, pese a que todavía eran las siete de la tarde, estaba preparando ya la cena de Navidad. Ese día iban a ir todos sus tíos y primos, que pese a que no tenían una relación tan cercana, se llevaban bien y le hacía ilusión verles después de tanto tiempo.

- A la ducha y a arreglaros los dos, que vais tarde ya- les ordenó su madre, y le obedecieron casi al instante.

Dejó los zapatos en su habitación pensando en que luego envolvería el regalo, y cogió una toalla para dirigirse al baño. Cogió el móvil para ponerse música, no sin antes desilusionarse por ver que Pedri todavía no le había contestado.

Se duchó con toda la calma del mundo, intentando no pensar mucho. Pedri le había dicho que esa noche la pasaría con su família pero que luego había quedado con sus amigos y amigas para tomar algo, así que entendía que estuviese ocupado.

Al salir, lo primero que hizo fue secarse un poco con la toalla y atársela en la cintura. Luego sacó el secador del armario y se estuvo secando el pelo escuchando la música mientras bailaba un poco.

Tensión ; pedri nd gavi [en hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora