Natalia.
Entramos en su cuarto, obligándome a sentarme en el comienzo de la cama para buscar algo en su armario.
Dejó una caja cerca de donde estaba, logrando ver algunas cosas.
- Quiero que quites tu camiseta.- Susurró enseñando unas esposas con peluche.- Si hay algo que no te gusta, me lo dices.-
- Confío en ti.- Susurré tendiendole mis manos para que las junte, acercando un antifaz para cubrir mis ojos.
Dejó besos por mi cuello, siendo una tortura placentera el no poder tocarla y mucho menos ser yo quien haga algo, volviéndome loca al sentir sus uñas rasguñar mi abdomen.
Bajó mi pantalón, sintiendo como su mano pasó por encima de la tela de mi bóxer, acariciando mi miembro.
- Makis.- Comencé a desesperarme, quería que hiciera algo más.
Y lo hizo.
Sentí como lo introducía en su boca, siendo algo que antes hubiera sentido que me daba asco, saber que alguien hacía eso conmigo no era algo que hubiera disfrutado.
Pero ella es ella, no entiendo cómo pero logra hacer que yo no me sienta mal y me haga probar cosas nuevas.
- Tienes alguna queja?- Lanzó pasando la yema de sus dedos por mi cuerpo antes de buscar un preservativo.
- Por favor.-
- Qué?- Se sentó en mi regazo, sin soportar más que mi imaginación me juegue de esa manera.
Makis es hermosa y hablándome así, teniendome así e incluso tocándome así, me volvía loca de solo imaginarlo.
- Hazlo.- Su mano dirigió mi miembro a su entrada, sintiendo como liberó las esposas para que el deseo se apodere completamente, temiendo por hacerle daño, pero no podía soportarlo más.
La observé encima mío, moviéndose en un mismo vaivén, hasta que mis embestidas fueron más fuertes y sus uñas se clavaron en mi espalda, viniendonos juntas.
Me quedé en silencio, abrazandola por un momento antes de cambiar las posiciones.
- Mi turno.-
Makis.
Nos dormimos a altas horas de la madrugada, despertandome con un dolor placentero en mi entrepierna, observandola dormir a mi lado, analizando las pecas en su nariz antes de bajar a observar el puchero en sus labios.
Me di una ducha rápida, dejando que ella descanse.
Es adolescente, dudo que no disfrute de dormir hasta altas horas del día.
Preparé en una bandeja el desayuno, llegando a la habitación justo cuando ella estaba despertándose.
- Buenos días.- Dejé un suave beso en sus labios, sintiendo su mirada recorrer mi cuerpo al ver su camiseta puesta.- Espero que no te moleste.- Negó suavemente, aprovechando que ella no tenía camiseta para observar su torso desnudo.
- Espero que no te moleste.- Repitió con su voz ronca, sintiendo un cosquilleo recorrer mi cuerpo.
Me obligó a estar cerca de ella, sintiendo sus labios posarse en mi cuello, mientras acercaba algo de fruta a mi boca.
- Natalia.- Conecté nuestras miradas.- Yo feliz que sigas, pero vas a tener que tener cuidado.- Frunció su ceño.- No sé qué tan lubricada estoy si anoche prácticamente me dejaste seca.-
Se aguantó las ganas de reírse, sintiendo sus brazos rodearme.
- Para algo existe el lubricante, no?- Dejó repetidos besos en mi rostro, pegándome aún más a ella al sentir una extraña timidez abordarme.
El desayuno fue algo divertido, sobre todo por su facilidad por hacerme reír, ya sea por hacerme cosquillas, darme besos que produzcan cosquillas o decirme cosas que me hagan sentir cosquillas en mi interior.
Aproveché a ver su trasero blanco antes de que se meta en el baño, limpiando el desayuno mientras ella se duchaba.
Acomodé mi cama, sintiendo sus brazos rodearme.
- Debería irme.- Susurró suavemente.
- Tu madre?-
- Exacto.- Formó una mueca.- Qué harás hoy?-
- Debo adelantar trabajo.- Parecía estar pensando en algo.
- Solo eso?- Asentí suavemente.- Entonces podría volver aquí con mis libros, yo debería estudiar.-
- Sin distraernos?- Asintió rápidamente.
- Me concentro fácil.- Susurró suavemente.
- Entonces puedo llevarte a buscar tus cosas y volvemos.- Teníamos un plan.
De alguna u otra forma, no nos íbamos a separar tan fácil.
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Cuando Nadie Ve- (Ventino)[Makia]
FanfictionEn las noches, cuando nadie ve, dos amantes se encuentran para fundirse en su amor "prohibido" y buscan la manera de ser felices, a pesar de que el mundo no esté de acuerdo con ellas.