Capítulo 13.

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Pov: Yae.

Todo estaba sospechosamente perfecto en mí día a día. Llevaba el colegio al día, un trabajo estable con un sueldo más o menos aceptable, una novia hermosa que cualquiera moriría por tener, me había alejado completamente de las sustancias ilícitas, osea ya casi ni me encontraba con Keo. Claro, perfecto. Era perfecto así, pero había algo que todavía no estaba bien para mí, algo malo se acercaba.
Eso me pesaba por supuesto, y como mí ansiedad no podía aceptar que el resto de las cosas fueran tranquilas y fácil de llevar, inconcientemente me fui auto-saboteando, fue esta semana, esta semana comencé a causar estragos, y que peor momento que pasando por la etapa de las peleas en una relación para dar el paso a aceptar los defectos del otro.
Yunjin comenzaba a conocer mí lado malo y viceversa, un momento donde no podíamos soportarnos y simplemente lo resolvíamos con sexo o algo por el estilo. Sí, se estaba yendo todo a la mierda y ninguna de las dos sabíamos cómo resolverlo. Y entonces en esos mismos días, tuve un altercado con un cliente en la cafetería que se atrevió a tocar mí trasero, yo que muy tranquila no soy, reaccioné como cualquier otra chica lo haría, le tiré el café hirviendo en todo cuello, lo que me llevó a ser despedida a las patadas del estúpido lugar. Eso solo significaba una cosa para mí, volver a Keo de rodillas pidiéndole que me vuelva a tener en sus planes.

Narrador Omnisciente:

—Claro que puedes volver a vender para mí, te dije que te esperaría de brazos abiertos— Dijo Keo palmeando la espalda de la menor con una sonrisa tranquila.

—Que alivio, porqué me despidieron hace hace unos días y se me van a acabar los ahorros en cualquier momento— Explicó la japonesa asintiendo con la cabeza mientras miraba a la nada.

—¿Sabes qué significa eso, no?— Preguntó Keo con una pizca de suspenso en su tono.

—Si...— Respondió Yae en un suspiro mientras mordía su labio. Sabía lo que tenía que hacer. —No te defraudaré Keo, gracias por confiar en mí, si comienzo a vender en el instituto nos irá de diez— Agregó Yae con una voz cansada mientras caminaba por las calles oscuras junto al más alto.

—Sabía que podía confiar en ti, hermanita— Manifestó con un toque empalagoso mientras abrazaba a la menor entre risas. Era cierto que Keo muchas veces fue lo que el hermano desaparecido de Yae jamás se dignó a ser.

—¿Entonces... Me das un par ahora y... Mañana comienzo?— Cuestionó dudosa.

—Sí, mañana antes de irte para tu colegio pasas por mí casa y te llevas un par, ¿Suena bien?— La japonesa asintió silenciosa mientras se iba por el camino contrario y el mayor sonreía mientras la veía desaparecer en la oscuridad.

Yae se sentía completamente devastada, cuestionando que carajo hacía con su vida, estaba por hacer lo que siempre prometió que jamás haría. Lo qué más temía era terminar resignada a vender droga en su colegio, ¿Y sí alguien la descubría? ¿Qué pasaría con el director? (El padre de Yunjin más bien), y lo más importante ¿Qué pasaría con Yunjin? Sabiendo que esta estaba totalmente en contra del tráfico de drogas y el consumo de este. Yunjin solía estar al tanto de que Yae consumió todo tipo de drogas en algún momento y solo creía que las dejó y listo. Eso quería decir que si alguien le dijera "¿Acaso sabías que Yae me vendía cocaína un tiempo atrás?" Yunjin caería al suelo desmayada de no creerlo.
Así que Yae estaba completamente cagada, no quería hacerlo pero tenía que hacerlo, o si no moriría de hambre en cualquier momento.

(...)

Ahora Yae estaba en la entrada del colegio, con escalofríos recorriendole por la espalda a todo momento. Y claro, su mochila más pesada que de costumbre, solo tenía que hacer un par de "ventas" y listo, aún que claro, el día siguiente sería igual, y así, y así.

—Hey, Nijiro— Susurró una chica mientras se le acercaba, con dinero en mano. La japonesa la analizó con la mirada y luego asintió con su cabeza. Sin dar siquiera una palabra, esta ágilmente tomó el dinero y le pasó una bolsita realmente pequeña, donde había un diminuto fragmento de lo que era una tableta de lsd. La chica apenas sintió la bolsita en su mano se fue por su camino, y la más alta por su lado siguió haciendo de delivery para Keo.

(...)

Finalmente era la hora de salida, Yae estaba contando el dinero que había recaudado en el día apoyada en su casillero. Y aunque las circunstancias fueran un tanto inesperadas, definitivamente había ganado más haciendo esto en un día que lo que ganaba en dos semanas en la cafetería. Sí, lo estaba considerando tan seriamente... Dedicarse a eso sería como ganar la lotería de cierta forma, y que mejor que con un socio fiel como Keo.

—Nij-... Wow... ¿De dónde sacaste tanto dinero? Pensé que te habían despedido— De repente Yunjin había aparecido, apoyando una mano en su hombro, quien se encontraba un tanto desconcertada por la cantidad de dinero en efectivo que la japonesa tenía en las manos.

—¿Eh? No... Esto...— La más alta se quedó en silencio pensando que decir. —Son mis ahorros, no se porqué carajos los guardé en el casillero del colegio así que me lo estoy llevando para mí departamento— Dijo mientras se mordía los labios tensa, Yunjin estaba sospechando un poco.

—¿Y como estás haciendo ahora para ganar dinero?— Preguntó curiosa la coreana mientras posaba sus manos en la cintura de la japonesa.

—Lo... Estoy ayudando a un amigo... En su bar, sí, por ahí en mí barrio— Formuló con rapidez Yae mientras sonreía nerviosa y también posaba sus manos en la cintura de la contraria.

—Me alegra saber que pudiste solucionar las cosas rápidamente, me encanta tu ingenio— Comentó la mayor en un tono suave acariciando suavemente la mano de esta. —¿No te gustaría salir a cenar conmigo hoy? Hace mucho tiempo que no salimos y solo charlamos...— Agregó luciendo un poco decepcionada, quizás por que sabía que su novia le volvería a cancelar.

—Tengo que trabajar hoy también... Lo siento...— Se disculpó la menor apenada. La contraria simplemente asintió silenciosa mientras se daba la vuelta para ya irse del instituto de una vez, y sus amigas aún la estaban esperando.

—Nos vemos— Dijo Yunjin en un tono seco y poco audible mientras se iba alejando. Yae ni siquiera trató de detenerla, viéndola irse una vez más.
La menor simplemente no podía identificar en que momento fue que las cosas comenzaron a tornarse raras, era como si ya no le importase demasiado, tenía tanto en la cabeza que en lo último que podía pensar era en Yunjin por momentos. Claramente se le estaba haciendo tarde para arreglar las cosas... ¿No?

First Time; Huh YunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora