Capítulo 9.

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Pov: Yae.

Caminaba, como podía caminaba. Con una presión en el pecho que me robaba la posibilidad de respirar como una persona normal. No creo que fuera por la cantidad inhumana de cigarrillos que fumo, era el hecho de que me habían dado un golpe de realidad y no podía soportarlo.
No podía soportar que mí madre ya no esté, no podía soportar que nunca la detuve, no podía soportar que la abandoné como ella lo hizo, nos abandonamos, no nos importó lo que la otra hiciese. Solo compartíamos un techo, sangre y apellido, y tal vez, un par de transtornos.

Sacaba un cigarrillo de la cajetilla, sacaba otro, después otro, y otro, y otro. Excedida por la ansiedad, compraba una cajetilla más. Todo esto en un lapso de dos o tres horas.
Aspiro, exhalo, aspiro, exhalo, y así, y así.
Intento no pensar en nada y pienso en todo. Hago lo mejor posible para no terminar con todo ahora, darle un fin, porque me gustaría vivir un poco más si es con ella, con Yunjin. Que no me merece, por qué está sufriendo por saber si estoy bien, y yo no me digno a tomar el teléfono y contestar, no se ni porqué pienso que es mejor así.

Doy otro respiro con dificultad, tomo el teléfono temblando, del frío y del miedo, ha estado helado y yo solo tengo mí camisa del colegio.

—¿Yunjin?— Con la voz temblorosa hablé, luego de que contestara al segundo.

—En donde andas— Su voz se escuchaba temblorosa también, sentí un dolor en el corazón, ella no merecía esto.

—E-estoy yendo para mí departamento— Contesto viendo hacia los dos lados para cruzar la calle. Ya me estaba acercando al departamento.

—Voy para allá— Dijo seca, algo me hizo sentir que ya la estaba cansando, mis ojos comenzaban a humedecerse nuevamente.

—De acuerdo— Y corté la llamada.

(...)

Pov: Omnisciente.

Knock Knock

Yae se paró de golpe de su cama, era Yunjin, fue como un robot hacia la puerta. Intentando verse dura, haciendo un esfuerzo para no explotar en llanto y desplomarse en el suelo esperando a que la coreana la contenga besando su rostro suavemente.

—Hola...— Saludó apenada la japonesa pretendiendo que nada había pasado en todo el día, con lágrimas amenazando salir. Yunjin tenía ganas de abofetearla, pero no ganaría nada con ello, y no tenía derecho, o quizás si. Pero sabía que la contraria lo que más necesitaba era alguien que la contuviera. Acunó el rostro de Yae en sus manos y beso tiernamente sus labios.

Cómo era de esperar, la japonesa no pudo contener las emociones ni un segundo más, perdió el equilibrio y se sentó permitiendo escapar las lágrimas.

—Niji...— Yunjin hizo un puchero sentándose en el regazo de la contraria, rodeándola en sus brazos y dejando descansar la cabeza de esta en su pecho. —Está bien, déjalo salir—

—No... Yo... Perdón... Tu no deberías lidiar conmigo, no mereces tener que aguantar estas cosa-...— La más alta intentaba alejarla pero Yunjin no la soltaba, y no iba a hacerlo.

—No estoy aguantando nada, Nijiro, quiero estar aquí contigo y apoyarte, quiero ayudarte a mejorar tu situación actual— Interrumpió  la coreana totalmente segura de sus palabras. La japonesa sonrió un poco dolida, jamás se había sentido protegida y ahora por primera vez sentía que podía cerrar los ojos y dejarse caer hacia atrás. La más alta permaneció en silencio, más bien, sollozando y sorbiendo sus mocos mientras Yunjin acariciaba su nuca y tarareaba una canción de cuna, besando su frente en ocasiones, haciendo sentir a la contraria totalmente cómoda y confiada de ella. —Vas a salir de esta, te lo prometo— Susurró mientras posaba una mano en su mejilla y dejaba un tierno beso en sus labios.

—Es... S-solo que extraño a mí mamá— Reveló Yae, algo que Yunjin sabía obviamente, solo quería escucharlo salir de la boca de esta. Por fin estaba dando el primer paso en el proceso del luto.

—Estabas en un estado de negación, ahora estás finalmente aceptando que ella ya no está aquí. Se que puede dolerte, realmente lo es, es un arduo proceso— La menor la escuchaba atenta con los ojos brillosos, quizás por las lágrimas o porque estaba comenzando a amar a Yunjin aún más y su corazón saltaba de la alegría cada que sentía el tacto de esta sobre su cuerpo.

—Mh...— Yae asintió sin decir una palabra más, aún no tenía muchos ánimos para hablar pero luego de las palabras de ánimo de Yunjin se sentía un poco más tranquila, al saber que tendría a alguien a su lado finalmente. La coreana la miraba enternecida, mordió su labio y luego habló.

—¿Quieres que me quede contigo esta noche?— Yae asintió repetidas veces como un perro desesperado por comida.

—S-si, si quiero— Respondió de inmediato limpiando sus lágrimas...

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First Time; Huh YunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora