Mi Destino como Thysía

Capítulo; Décimo Q/uinto.

Cibila.

—Estamos en problemas —Le susurré a Euhemeros a mi lado.

La adrenalina comenzó a correr por mis venas en cuanto lo vi entrar. Desde hace un mes que empezamos a trabajar en el juicio contra el príncipe. La condición de Nicolyn no ha variado demasiado desde entonces, lo que sí lo ha hecho son los tratos del príncipe hacia... todo, en realidad. Sus reuniones con la nobleza han cesado, sus deberes como príncipe han disminuido significativamente y Ceallaigh ha tenido que encargarse solo de muchas cosas. Sí esta situación sigue así será crítica para el reino. Sobre todo para Nicolyn.

El príncipe piensa que es nuestra interferencia lo que está haciendo que ella no mejore, así que disminuye cada vez más las visitas de todos, incluso ha propuesto que ya no entremos en el palacio.

He hablado con la mayor cantidad de expertos que he podido y ahora, hoy, en este momento, un juicio noble contra él se está llevando a cabo.

Como todos los juicios de este estilo, se llevará a cabo con solo las cabezas de las casas nobles y sus herederos proclamados en absoluta discreción. Se esperaba la presencia del Rey pero es difícil verlo a no ser que sea en algún consejo de guerra o en alguna fiesta.

Todos estábamos sentados aguardando, mis hermanos Edward y Ceallaigh estaban en el lado izquierdo del estrado como los representantes de la demanda, Euhemeros, Deirbhile y yo estamos en las gradas como público al igual que los demás nobles.

Si no fuera por las conexiones políticas de Deirbhile jamás habríamos podido tener un caso tan solido como el nuestro.

Cuando las puertas se abrieron y una multitud de soldados a cargo del príncipe entraron tomé las manos de mis hermanos, cada uno a mi lado. Nos rodearon a todos en las gradas y, por último, el príncipe entro en la cámara.

Los nobles comenzaron a vitorear escándalos y la situación se tornó tensa.

—Ve al palacio y saca a Nicolyn de ahí —Me susurró Deirbhile—. Nosotros resolveremos el resto.

Su mirada decidida me impulsó a moverme. Le susurré lo que haría a Euhemeros y Deirbhile se paró y, magistralmente, desvió la atención de todos a su dirección. Ahora que Nicolyn empezó a mejorar y que la necesitábamos en mejores condiciones para nuestro juicio, mi hermana demostró una fuerza de voluntad inquietante, como si no pudiera ser derribada por nadie.

Junto a otros altos nobles comenzó a alegar el trato mientras yo me escabullía del lugar.

Salí por una ventana y evité al resto que estaba fuera. Alcancé un carruaje lejos de donde estábamos, en un espacio más público y me dirigí al palacio con prisa.

Al llegar a las puertas del palacio noté el despliegue del ejército del príncipe bordeándolo todo. Ni siquiera podía acercarme sin que me vieran, no sabía que hacer. En eso, el descendent al dragonului apareció frente a mí.

Sfântul soartei promise, nos encontramos nuevamente.

—Necesito tu ayuda, por favor —Le rogué apenas al verlo—. Necesito llegar con Nicolyn. Temó que esté en peligro.

—No hay cosa que me atreva a negarte, Sfântul soartei promise. Vamos con ella.

Sin necesidad de más me acompañó a dentro, nadie lo desafiaba ni preguntaba nada aunque era palpable su preocupación por la situación.