Cap. 1

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— Bromeas, ¿cierto? —le preguntó algo enojado.
Johanna negó mientras limpiaba la sala.
— Creí que sería buena idea.
Nos casamos hace dos meses, y nuestra luna de miel fue aquí, en nuestra casa. —dijo algo nerviosa.
— Pero, irnos un mes de vacaciones a París... No lo sé. Johanna, no debiste hacer planes sin antes consultarmelo.
No puedes hacerlo, sabes que tengo trabajo. —se levantó del sofá y fue hacia ella.
— Lo siento... Es sólo que... Quería darte una sorpresa... —bajó la mirada y Jungkook la miró confundido.
— ¿Sobre qué?
— Mi hermana nos regaló una casa en París. —Jungkook suspiró y se mordió en labio inferior, pensando si deberían ir o no.
— Tal vez podríamos ir dos semanas cuando mucho... —Johanna sonrió feliz y lo abrazó.
— ¡Gracias, cariño! Lo prometo, serán inolvidables estas vacaciones. —dejó un casto beso en los labios de su marido y salió directo a su habitación para empezar a hacer las maletas.

Jungkook sólo sonrió leve y se volvió a sentar en el sofá.

Jungkook conoció a Johanna porque ella había sido su estudiante.

Hubo días en los que tenía que ir de sustituto a la universidad, aunque él no era profesor de ello.

En esas pocas veces en las que tuvo que dar clases, la conoció.
Era una gran estudiante, por no decir la mejor, porque sí, era una gran estudiante.

Poco a poco la fué conociendo, quedando maravillado por lo decidida, preparada, audaz, competitiva, tierna y hermosa que era.

Un día, cuando iba a despedirse de sus alumnos porque ya no sería su profesor hasta nuevo aviso, ella le confesó que estaba enamorada de él.
Él, por supuesto que no sentía lo mismo, sólo la veía como alguien que sobresalía entre todos, como una hermana cuando mucho, no sentía algo amoroso ni romántico, sólo un aprecio.

Además, él nunca estaría con una de sus estudiantes, claro que no, eso sería inaudito, como decía su difunta madre.

Apenado le aclaró que él no sentía lo mismo, pero que sí la veía como una buena amiga. Y le dijo que muy pronto un hombre llegaría y la haría muy feliz, como se lo merecía por ser una gran mujer.

Ella trató de ocultar sus lágrimas y asintió levemente, después, salió corriendo directo al baño, para llorar.

Jungkook estaba triste por ella.

Pero no podía hacer nada, él no la amaba.

Pasó un año, él no había vuelto a saber de ella hasta una navidad en donde caminaba rumbo a casa de su madre.
En aquél entonces, ella aún no fallecía.

Era de noche y hacía mucho frío, ahí fue cuando la vió, caminando entre la multitud, parecía apagada, triste.

Él se acercó a ella y la saludó, y como si hubiera sido por arte de magia, ella sonrió feliz y sus hoyuelos se hicieron presentes.

Empezaron a hablar, y Jungkook se dió cuenta que ella nunca dejó de amarlo.

Ella lloraba porque su tía había muerto hace poco, se encontraba completamente sola. Sus demás familiares vivían a millones de kilómetros, y no se habían tentado el corazón como para venir a verla.

Él la abrazó y...

¿Qué creen que pasó?

Pues él empezó a tratarla, trató de sentir algo por ella, y sí, sintió un enorme cariño por ella, pero como siempre, fue como una hermana.
Es que no la miraba de esa manera, pero aún así fingía que la amaba como mujer, y pues ella se veía tan feliz y hermosa cuando estaba con él.

Una tarde, mientras cenaban en un lindo restaurante, ella le pidió matrimonio.
Él en verdad que sintió algo quebrarse dentro suyo.
Ser su novio era una cosa, pero casarse con ella... Era algo mucho más serio.

Años AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora